Las horas pasaban y Kai no volvía, cosa que extrañamente preocupó a Auna. La morena se encontraba en su ahora nuevo despacho, que antes era una minibiblioteca que tenía la casa, solamente ordenó el lugar, hizo algo de espacio para poder organizarse bien.
Auna tecleaba sin para, sus dedos se movían ágilmente por el portátil mientras leía en su mente cada palabra que escribía, su ceño se marcaba levemente, su expresión era dura ya que estaba concentrada. Ya había empezado a trabajar, hace unos minutos su respectiva jefa la había llamado para arreglar poca cosa, avisándola de que recibiría varios gmails sobre algunas cosas no nombradas en su entrevista o simplemente información que debería saber.
Auna cerró sesión, cerrando el portátil soltando una queja, seguidamente levanta su vista, observando aquella biblioteca para pasarse una mano por la cara. Se levanta, comenzando a caminar alrededor de las estanterías con un sin fin de libros, revistas y demás.
De repente siente como el ambiente comienza a enfriarse, extrañada, se rodea a sí misma con sus brazos para intentar darse calor a sí misma, sin éxito alguno. Ella presentía que algo pasaría, lo sentía en el fondo de su ser, cuando una ráfaga de viento pasar por uno de sus costados, preocupándola aún más, ya que era imposible que el viento paseara por ese lugar, porque no había ventanas, o ningún tipo de fuga en las paredes o techo.
Se queda quieta, cerrando los ojos y respirando profundo, cuando siente por un instante que algo le roza, Como si hubiese sido un instinto, se gira con agilidad atrapando a lo que sea que la haya tocado.
Abre los ojos encontrándose con una de esas sombras, o, mejor dicho, un Bushcrek. La respiración se le corta, y sin poder reaccionar, es lanzada por los aires, sin embargo, Auna se agarra con fuerza a la criatura llevándose con ella. Una de las estanterías es derribada, libros caen de ellas esparciéndose por todo el suelo.
La chica se levanta lo antes posible, sin prestarle atención a una brecha en su frente. Auna siente una extraña sensación, como si ya no quisiera huir, como si ya no sintiera el mismo miedo que antes. Busca con la mirada a la sombra, y cuando la tiene frente a frente, se retracta con aquellos sentimientos que hace unos segundos no sentía. El terror la invade cuando la imagen de como el Brushcrek empieza a abrir aquel espacio en su respectiva boca, mostrando aquella infernal luz, que, a la misma vez, se sentía como la oscuridad.
Siente como es hechizada por esplendor, como poco a poco se va desvaneciendo y se entrega a la criatura, pero esa sensación no dura mucho, cuando observa borrosamente como el Brushcrek es atravesado por una daga justo en la cabeza, haciendo que automáticamente se vuelva trozos de cristal, hasta convertirse en cenizas.
–-Vaya, me voy unas horas y ya pretendes jugar a las batallas— bromea Kai, mientras una sonrisa burlesca adorna su rostro, pero Auna no se ríe en lo absoluto.
Antes de que diga algo, una afilada mano lo aparte de un tirón extremadamente fuerte, haciendo que este se estampe contra el piso, soltando la daga en el proceso.
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Tras el espejo dorado [PROXIMAMENTE EN LIBRERÍAS]
Science FictionDolor. Eso era lo único que sentía Auna tras la pérdida de sus padres. Un doloroso año ha pasado desde que Victoria y Cristian Miller fueron encontrados muertos por un terrible accidente automóvil. Un año desde que Auna y Lydia Miller solo podían s...