Epílogo

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23 AÑOS ANTES.

Entre las manos del matrimonio ya hacía un papel manchado en tinta, con un reluciente blanco que iluminaba. 7

­ <<-¿Crees que la profeta tenga razón, cariño? ¿Crees que debamos hacerlo?>>

<<-Ella nunca se equivoca, Cristian. Lleva años prediciendo a nuestra familia, y nunca se equivoca.>>

<<-¿Y qué pasa si Mordor se entera?, ¿qué haremos?>>

<<-Si seguimos lo que dijo ella, nunca lo sabrá.>>

<<-¿Lo harías, por tu reino, por nuestras hijas?>>

<<-Claro que sí.>>

<<-Bien, cuando Auna cumpla la mayoría de edad, lo haremos. Llamaremos la atención de algunas de esos monstruos y será un accidente, como un accidente.>>

<<-Que así sea.>>

Dijo antes de tirar el delicado papel al fuego, convirtiéndose en cenizas, sin que el matrimonio supiese que esa profecía, desbocaría el caos. Un llanto los hizo alarmarse, y casi corriendo, acudieron a la cuna de madera que estaba junto a ellos, cogiendo en brazos a la nacida de tan solo 2 semanas, a la cual llamaron; Auna.

<<-No te preocupes, Auna, todo estará bien; todo estará en tus manos.>>

Su mirada era fuego.

Su ser era autoritario.

Su persona representaba respeto.

Y la sangre de los inocentes la hizo resistir.

Ella era, es y será eso.

Porque la sangre real recorría lo que ella es...

Fuego.

Fuego

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Tras el espejo dorado [PROXIMAMENTE EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora