XXVIII.

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Los días en Cerdeña pasaron más rápido de lo que me hubiera gustado

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Los días en Cerdeña pasaron más rápido de lo que me hubiera gustado. Había sido una inyección de energía y, después de pasar un tiempo en familia, me sentía con más fuerzas que nunca.

Y quizá fue por eso que, la primera mañana después de volver a casa, le pedí a Max hacer nuestra visita al cementerio. Juraría que hacía meses y meses que no le veía así de feliz. Después de su intento por llevarme a aquel lugar a la fuerza, había tirado la toalla al ver que yo no tenía ni la más mínima intención de poner un pie en el campo santo.

Es por eso que, cuando miré a mi izquierda en el coche, tan solo vi una pequeña sonrisa. En la radio sonaba 'I won't give up ' de Jason Mraz, y diría que representaba a la perfección lo que eran nuestras vidas en ese momento. No nos dábamos por vencidos; él no lo había hecho en ningún momento conmigo, cuando parecía que no había nada que pudiese ayudarme.

-¿Vamos? -preguntó cuando apagó el motor del coche delante de la floristería. Asentí respirando profundamente.

Delante de nosotros había la floristería más grande y hermosa que había visto en mi vida. Ni siquiera sería capaz de nombrar los diferentes tipos de flores que allí había. Rosas, tulipanes, claveles, jazmines... Pero los tulipanes blancos siempre serían su flor.

Fui hacia aquella flor sin pensarlo mucho, quedándome embobada mirándolas mientras Max pasaba un brazo por encima de mis hombros.

-Si no estás preparada...

-Lo estoy -respondí rápidamente a pesar de no estar completamente segura.

Siempre tendría aquella presión en el pecho cuando se trataba de Fynn. Tenía la sensación de que jamás me acostumbraría a su ausencia. Era algo que había aprendido con el paso de los meses.

-¿Necesitan ayuda? -preguntó una mujer de cabello grisáceo y una sonrisa francamente tranquilizadora.

-Quería un ramo de tulipanes blancos -pedí intentando devolverle el gesto, sonriendo a pesar de los nervios.

-Perfecto. ¿Algo más? -preguntó mientras empezaba a tomar las flores para formar el ramo.

-Un ramo de rosas amarillas -pidió Max para mi sorpresa.

-A Fynn no le gustaban -respondí, haciendo que él sonriese con incredulidad.

-A él no, pero a ti sí. Y quiero tener un detalle contigo para recordar este momento; para que sepas lo orgulloso que estoy de ti -mis ojos se llenaron de lágrimas, y no supe muy bien la razón. Quizá era el hecho de que Max estuviese a mi lado en todo momento, apoyándome; o quizá era el hecho de que me estuviese enfrentando a mis miedos.

-Las rosas amarillas tienen un significado precioso -habló esta vez la florista. -Todo el mundo piensa que representan la amistad, pero es mucho más que eso. Representan a los compañeros de vida, esas personas que están a tu lado pase lo que pase. Es un símbolo de alegría, optimismo y buena energía.

Salvation | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora