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27 de Julio

Apartamento de Rei y Kazuki

—¿Qué te parece Alegna?

—No.

—¿Glenda? Es un dulce nombre podríamos ponerle.

—No.

—¿Dana? ¿Julie? ¿Lea? ¿Michelle?

—No, no, no y no.

—¿Hay alguna otra palabra que puedas decir además de "no", Rei? —le preguntó Kazuki a su compañero estando cansado de recibir puras contestaciones negativas.

—Posiblemente tendré la respuesta que quieres oír cuando me des un buen nombre —contestó Rei estando acostado en el sofá sobre las piernas de su compañero recibiendo su dosis diaria (en cantidades suaves) de feromonas—. Todos los que has dado son pésimos.

—No entiendo cómo ninguno te gusta —le dijo el hombre cerrando el libro de nombres que tenía entre sus manos para ponerlo en su costado—. Es el tercer libro que leemos esta semana. Estoy agotado de ver tantos nombres de origen japonés, griego, alemán y latino para que ninguno te parezca llamativo.

—Al menos, suenan mejor que tus primeras opciones que salieron de tus telenovelas como Teresa, Betty, Rubí o Tamara —dio como punto a favor el embarazado—. Incluso, cada vez suenan más convincentes a comparación de la opción de tu nombre con una "a" en vez de una "i" al final de este.

Eso hizo que el Alfa suspirara.

Por esta vez, él se rendía a seguir buscando opciones que le diesen una identidad a su hija que tenía ya ocho meses y medio en el vientre del Omega. El aspecto de este se notaba que era relativamente más grande a cuando recibieron las noticias a principios del este tercer trimestre, pero ambos sabían que no debían de precipitarse del todo.

Más aún, cuando en la última clase de maternidad a la que asistieron, la mamá de Hinata entró en un parto prematuro, y eso activo las alertas del Kazuki para que a Rei no le pasase lo mismo. Realmente, si pasaba, no le preocupaba mucho porque ambos sabrían cómo actuar si se daba la ocasión después de esa larga charla que tuvieron (estuviese Kazuki en el trabajo o no), puesto que Kyutaro entendería la situación si surgía como sus últimos celos sincronizados.

Aunque la piedad de su jefe no estaría totalmente de su lado. Cuando fueron juntos a la última entrega de papeles falsificados que hizo, aquel hombre con anteojos le habló severamente acerca de, sí su "asesino perfecto" presentaba las señales en su condición, que le dijera con antelación antes de confiarla un encargo de suma importancia.

A menos que, como bien está enterado de la gestación (y como vio su físico ese día) de su subordinado dado de baja que su bebé decidiera nacer con una gran entrada ante estos últimos contratiempos.

Ciertamente, ese tema se había vuelto más presente en su rutina porque las feromonas a pudín de Rei estaban más liberadas que de costumbre a cada lugar al que iban, haciendo reaccionar a todos los de jerarquía tanto inferior como superior cuando salía con Kazuki, indicándoles a todos su delicado estado como un reflejo de su propia preocupación.

Recordar eso en todo el tema de la hija que tenían en común había tenido otra vez en las nubes al Alfa, tanto así que el Omega se había quedado dormido en su regazo sin que se diera cuenta. Solo se dio cuenta cuando su fragancia a pan estaba más predominante en el aire, logrando que, brevemente, volviese a la realidad y se percatara de que su Omega últimamente estaba volviendo a dormir más de día que de noche por quedarse despierto hasta tarde, pero aún no sabía exactamente una razón porque lo esperaba cuando tenía que hacer una que otra de las misiones de forma presencial por un poco de dinero extra.

Un Regalo Inesperado |Buddy Daddies| KazureiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora