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13 de septiembre

Cafetería Yadorigi

A medida que el tratamiento para retrasar el embarazo de Rei funcionaba, este tuvo el efecto las semanas siguientes de que Kazuki atendiera después de cada dosis de progesterona sus necesidades sexuales. Ambos ganaron en ese tiempo, después de todo, era lo que más tenían entre ellos, pues, desde que los demás padres (que consideraban sus amigos) de las clases de maternidad dejaron de ir porque habían dado a luz o se estaban preparando para el momento fue que decidieron no volver a dicho lugar.

         Sin embargo, mantenían contacto entre ellos en un grupo que crearon desde que nació la bebé prematura de Hoshi para estar al tanto de sus vivencias y quedaron en reunirse en persona nuevamente cuando todos los bebés ya hayan nacido.

         Pues bien, eso era lo último que habían hablado entre todos, pues de todos los padres solo faltaban por dar a luz eran Jin y Akiro y, por supuesto, Rei y Kazuki. Sabían que por el tratamiento tardarían aún más, así que, no quisieron verlo como competencia.

        Aunque en el fondo el Alfa de esencia a pan junto a su Omega de aroma a pudin quisieran ganarles por el hecho de que consideraban a su pequeña Miri una ganadora. Ciertamente eso era lo que comentaban estando en la cafetería con su jefe hablando de lo que había pasado los últimos meses desde el incidente.

        Este se río cuando mencionaron que querían que su hija ganara la carrera de bebés para no quedar en último lugar, pero les recordó que no se precipitaran, pues como bien lo sabía: la dulce espera siempre termina siendo más larga de lo que se debe.

        Eso era lo que le decía Kyutaro a sus subordinados cuando notaba que se ponían a pelear por esas tonterías al compararse con otros padres y sus bebés, incluso que mencionase que su hija (a través de sus patadas) estuviese de acuerdo con sus argumentos positivos de que debía ganar.

        La charla simplemente giraba en torno a rememorar aquello, después de todo, tenían el tiempo que quisieran en el local Yadorigi para conversar, lo cual tenía extrañado a Rei, ya que, las veces que su jefe los citaba cuando no había nadie en el lugar era para hablar de trabajo, regañarlos o incluso resolver un problema con sospechosos que pudiesen estar rondando en el lugar para perjudicar a la pequeña organización.

        Pero ese tema aún no había sido tocado.

        —Ah, sí que es bueno salir de vez en cuando a hacer algo más que trabajos —dijo Kazuki bebiendo de su habitual taza de café que disfrutaba siempre que iba—. Esto con Miri, el tratamiento de Rei y sus caprichos me tienen agotado.

       —¿De qué hablas, Kazuki? Si esta mañana tú...

       —No tenemos por qué sacar el tema, Rei —pidió sintiendo los nervios—. Sobre todo, porque te complací con tus papas fritas con helado acompañadas de salsa de tomate como desayuno.

       —Estaban deliciosas. La próxima vez deberías de echarle cebolla —le mencionó relamiendo sus labios.

       —Tus antojos son cada vez más extraños a la última vez, pero la doctora nos dijo que ese efecto también se debía al tratamiento con la hormona —expresó el Alfa de esencia a hogaza—. Veamos si cuando todo esto acabe los seguirás queriendo.

       —Conservaré los dulces. Saben tan bien —el Omega inconscientemente se acercó al brazo de su compañero para abrazarlo—. Espero sigas preparando esas tostadas francesas, son lo mejor de todos tus platillos.

       De manera evidente, ese halago a la comida de Kazuki, tuvo el efecto de que este se sonrojara, especialmente acompañado de que Rei estaba muy pegado a él mirándolo con ternura.

Un Regalo Inesperado |Buddy Daddies| KazureiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora