8 de diciembre (1 mes)
Apartamento de la familia Kurusu Suwa
Después de unas semanas tras los sucesos que acontecieron en la Mansión Suwa, Rei, Kazuki y Miri habían vuelto al apartamento. Para el Omega al después de toda la masacre se sentía aliviado de regresar a lo que si consideraba un hogar con su familia: su Alfa y su bebé.
Había sido exhausto, pero era bueno saber que todo lo malo que pasaron desde el nacimiento de la bebé ya había pasado. Ahora se encontraban juntos en la habitación del Alfa, la cual ahora se volvió de los dos como pareja con la excepción de que, en el primer mes de adaptación de su hija, pues ella se encontraba durmiendo con ellos en el nido con sus feromonas en esa pequeña cuna con superficie dura que le habían comprado para que se sintiera segura y que nada le iba a hacer daño.
Fue bueno que jamás se deshicieron de aquel montón de ropa con la esencia de Kazuki. Este reconfortó mucho a Rei después de todas las inseguridades que emanaban en su piel como también ayudaron a Miri a estar tranquila durmiendo todas esas horas que descansaba junto a su padre Omega mientras su padre Alfa se ausentaba (aunque su bebé no le gustaba tanto la distancia) para trabajar con unos encargos al mismo que este evaluaba su situación.
Sabían que la vida que llevaban como mercenarios debía de acabar, incluso dejarla atrás por la carga valiosa de carne y hueso que ahora tenían entre sus brazos. Eso fue algo que tuvo a Kazuki distante y pensativo los primeros días en los que estuvieron separados como ahora que se había vuelto un pensamiento más recurrente mientras su compañero se recuperaba, realmente con aquello en su mente había olvidado de disfrutar con su hija, pero era por eso: su preocupación y cómo mejorar el bienestar de todos.
Se volvió evidente la idea que tenía, tanto que, Rei lo percibía en esas feromonas añejas de pan cuando se iban a dormir y se veían por unos minutos para asegurarse de que seguían lado a lado y, sobre todo, en la reacción que su hija tenía cuando las distinguía por sus agudizados sentidos de Alfa. Algo que, sin duda, le inquieta al Omega por sentirse un poco inútil porque no ayudaba a los dos Alfas que más le importaban.
Durante ese primer mes eran muchas emociones que emanaban, nuevamente como cuando la noticia de que Miri venía en camino salió a la luz. Una sensación un tanto extraña, de cierta manera, sentía que estaba volviendo a empezar, pero sin la preocupación de que su padre se encontraba al acecho. La verdad, su cabeza estaba dando un poco de vueltas de pensar en esta nueva etapa que estaba en sus vidas.
—¿Aún no te deja dormir? —preguntó Kazuki sacándolo de sus pensamientos en el momento que entró al cuarto después de aquella llamada con Kyutaro.
—¿Mmm? No, estoy bien, ella solo está terminando de comer —respondió con su vista en su niña mientras la amantaba—. Descansaré después, por ahora, solo me causa curiosidad cómo puede alimentarse y dormir al mismo tiempo.
—Es una bebé que sabe lo que hace. Ella es bastante fuerte y con un gran apetito, el cual no me sorprende si no dejaba de darte antojos cada dos por tres.
—Sí... Ella es especial. Debo decir que, por eso, me gusta que huela a tostadas francesas... —acarició la mejilla de su hija enternecido de la manera en que esta se aferraba a su pecho buscando ese calor paternal—. Es linda. Después de todo, es una Alfa, no me equivoqué en eso...
—¿Eso te molesta, Rei? —cuestionó su destinado sentándose en el borde la cama.
No recibió ni una afirmación, mucho menos una negación. Solo vio como se tensó como también cambió su expresión a una de preocupación por ese tema de las jerarquías.
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Un Regalo Inesperado |Buddy Daddies| Kazurei
FanfictionRei y Kazuki eran compañeros, solo eso. Ninguno tenía interés en el otro, a pesar de ser completamente opuestos, ni siquiera en sus muchos momentos que podían haber estado respirando sus propias feromonas por tanto tiempo. Sin embargo, como...