Mi mente me incitaba a ir pero mis pies no se movían fuera del coche, ¿Qué debía hacer y decir si mis pies finalmente respondían a mis pensamientos? No tenía idea. Con el Cd de canciones grabadas en la mano junto con mi celular, que contenía las mismas canciones, un par de auriculares blancos y un manojo de nervios inexplicables salí del coche cruzando la calle, llegando a estar parado a menos de dos metros de Jamie.
- ¿Harry? -preguntó ella; instantáneamente sonreí al ver que reconocía hasta mis pasos.
- Hola, Jamie -la saludé aún con la sonrisa dibujada en mis labios- creo que tendré que cambiar de zapatos, reconoces hasta mis pasos –dije; tratando de hacerla reír y alagarla indirectamente; funcionó.
- Mis oídos están súper desarrollados –espetó con una mueca amigable que seguía en su rostro.
- Ya me di cuenta –suspiré– ¿Puedo sentarme?
- Por supuesto, no tienes que pedir permiso para sentarte en un banco público –cerró su libro y se hizo a un lado, solo unos centímetros.
- Elementalmente –rió por unos segundos, me encogí de hombros aunque no se diera cuenta.
La observé por unos segundos y en ese corto periodo de tiempo pude constatar que el libro marrón que había estado teniendo los tres días anteriores había sido reemplazado por un libro blanco con el título de El guardián entre el centeno y una sucesión de puntos extraños en él.
También me di cuenta de que en la canasta que poseía, el número de claveles blancos y rosas había disminuido, nuevamente mi curiosidad me mordisqueaba el cuello exigiendo respuestas pero la alejé a lo más profundo de mis interiores.
Tenía que ir al grano y por lo que he estado tan deseado de contárselo y hacérselo escuchar. Respiré profundamente, ella pareció notarlo e inclinó la cabeza hacia mi dirección sin mirarme a los ojos, para mi suerte; si llegase a mirarme a los ojos directamente seguro flaquearía ante ese mar en perlas.
- Oye, Jamie –capturé su atención- Me he preguntado qué tipo de música de gusta escuchar... -sonó más como una confesión que como una pregunta; ella frunció el ceño.
- ¿Y por qué te preguntarías eso?
Si, Harry, ¿por qué?
- Anoche mientras conducía de vuelta a casa escuché una canción muy buena y se me vino a la cabeza preguntártelo –casi susurré- Entonces, ¿Qué clase de música escuchar? ¿Algún artista en específico?
Pensé que me dejaría con la pregunta en el aire pero para mi sorpresa solo se quedó uno segundos pensando. En cuanto a mí decidí conectar los auriculares por mi celular y esperar a su respuesta.
- Creo que me gustan diferentes tipos de música, en realidad escucho más la letra que cualquier otra cosa ya que eso es a lo que el artista quiere llegar –respondió después de varios segundos- todos deberían prestarle más atención a la letra que a otra cosa, ¿no crees?
Era evidente que ella le prestase más atención a la letra de la canción que a la voz del cantante o los instrumentos utilizados, no solo por no poder ver y tener un oído realmente familiarizado con los sonidos y las palabras sino que también era inteligente, Jamie era muy inteligente; de hecho, todas las personas deberían fijarse plenamente en la letra de las canciones y no en los efectos ni en los retoques de éstas.
- Sí, tienes toda la razón –asentí varias veces; tenía tanta razón-
- Además, ¿acaso no es eso lo que quiere el artista? ¿Transmitir sus sentimientos y pensamientos a través de una canción? –continuó; yo no hacía otra cosa más que no fuese asentir- Es triste que haya pocos artistas así ahora, ¿es triste, verdad?
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NUMB |h.s|
Fanfiction¿Te arriesgarías a intentar algo nuevo sabiendo que uno no conoce el rostro del otro? Harry accede a llevar a su hermana de Holmes Chapel hasta Manchester a un instituto para discapacitados todos los días, y no pensó encontrarse con una maestra de l...