Maureen
Media semana que ha pasado como una tortuga. Todos siguen pálidos y con ojeras. Muchos se han cambiado de internado y otros han dejado de ir a clases para encerrarse en sus cuartos. El profesorado ha estado muy estricto con los horarios de los exámenes y los inspectores no bajan la guardia por nada del mundo, ya nadie se puede escabullir de los cuartos.
Entre en mi helada habitación muerta de sueño...Que irónica expresión ¿no? Me senté en mi cama y quité mis zapatos dispuesta a dormir una siesta. Mire la lámpara de mi escritorio por casualidad y me fije en un sobre blanco sin abrir.
Con incertidumbre lo tomé y lo di vuelta en mis manos varias veces pensando si lo habría o no. Me había vuelto muy desconfiada estos últimos días. Lo único escrito en el sobre era mi nombre completo en una letra muy prolija, de estilo antiguo.
"Para: Maureen Helena Foster"
Con la curiosidad ganando, abrí con cuidado el sobre y saque su contenido. Una carta.
"Eres muy hermosa, me gustaría que mis hijas fueran como tú. Me gustas, algún día podríamos vernos en el campus del internado."
Di vuelta la hoja varias veces para saber si había más que eso, pero solo eso estaba escrito. Quizás estaba siendo paranoica y era un admirador secreto o una broma estúpida de Danielle y su sequito. Me sentí un poco aliviada al saber que no era ninguna amenaza o algo por el estilo.
Guarde la carta en el cajón del escritorio y me dormí casi en seguida de acostarme.
Desperté justo a la hora de cenar. Baje y comí con Neve y Mary, luego fui a la biblioteca. Andy estaba sentada en una mesa un tanto apartada, lanzaba miradas efusivas hacia el mesón de la bibliotecaria. Observe a qué le prestaba tanta atención y me sorprendí al ver al profesor Mcclaire conversando con la joven. De lejos se veía una conversación con segundas intenciones.
Camine en lo más silenciosa posible hasta la silla al costado de mi amiga, ella no se inmuto y siguió observando la escena.
-¿Qué ves tanto?- le pregunte casual
-¡Shhh!- hizo un ademán con la mano para silenciarme
Fruncí el ceño y volví a mirar en su dirección, el profesor se despedía con una sonrisa seductora de la hija de la directora Lilith. Andy dio un largo y cansado suspiro, como si hubiera estado reteniendo aire por mucho tiempo.
-¿Qué haces aquí Maureen?- pregunto enojada
-¿Estudiar? Oye no me trates así, que yo no te he hecho nada- espeté cansada por su actitud
-Sí, lo siento... no he tenido buenos días- sonrió forzadamente- quizás mañana esté mejor
Andy se levanto tomando sus libros del gran mesón de madera dispuesta a irse.
-Mau- se volvió a sentar- de casualidad ¿sabes algo sobre la bibliotecaria?
Me puse a pensar sobre las cosas que se hablan en los pasillos y en clases.
-Solo sé que es hija de la directora y comenzó su trabajo desde el comienzo de las clases- intenté recordar su nombre- y por lo que recuerdo su nombre al parecer es Margaret. Luke es amigo de ella, si quieres le puedo consultar algo más.
-¿Harrison es su amigo?- encarno una ceja
-Sí
-Ok, me tengo que ir- se levanto nuevamente- nos vemos
Se fue a paso rápido, yo me quedé confundida en mi asiento. Pero se paró a conversar con la joven de unos veintitrés años, intente leerle los labios pero solo alcancé a entender lo que decía Margaret, que tenía las mejillas sonrosadas.
-Lo enviaron a entregarme esto
Andy quien antes le sonreía cálida ahora estaba blanca como el papel y con una cara de espanto, una parecida a las que ponen los niños cuando sienten ruidos en su armario. Margaret que tenía ojos azules y pelo rubio ceniza le pregunta si está bien y la otra asiente y abandona rápidamente el edificio.
Comienzo a sospechar que Strauss sabe más que nosotros sobre el caso, y esconde algo que no es bueno.
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*Aviso que la novela tiene 56 capítulos más un Epílogo. Ya me da pena terminarla porque amé escribirla... Pero les aseguro que es un final que les dejara satisfechas ;)
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Locuras Adolescentes
Teen Fiction¡Sinopsis! Cuatro amigas adolescentes totalmente diferentes, viven en la ciudad de Sídney, Australia. Su vida es bastante particular, ya que en el día son adolescentes que se aburren de su escuela, hablan de cosas triviales y son comunes; no son pop...