Nevenka.
Otro día para correr en mi amada. Ya estaba preparada para correr nuevamente. En pocos días volveré a ir a Londres, pero como se debe, con muchísimo dinero.
No había vuelto a correr junto a Bruce, había intentado evitarlo lo más posible, y hasta ahora mi plan estaba resultando. Seguía ansiosa por la cita que tendría con Thomas. He tenido muchas cosas que me han hecho aplazar esta cita, pero finalmente sucedería esta semana.
Mis amigas seguían ganando al igual que yo. Aunque hoy Maureen iba a competir, según ella iba a pasar el rato con León. Yo a esa frase le pongo comillas.
Andy venia refunfuñando hacia el cuartucho que usábamos como garaje.
-¿A quién quieres matar ahora?- pregunte.
-A Danielle, la zorra se está buscando una golpiza que recordaran hasta sus bisnietos.
-¿Por qué no lo haces y ya?
-Mamá me dijo que no me metiera en problemas o si no me iba a internar en una cárcel juvenil.
-Auch, eso de tener una mamá abogada no ayuda ¿cierto?- pregunte con una mueca.
-Para nada- suspiro y se sentó en el sillón color rojo que había allí mientras abría una lata de cerveza.-Y Maureen decide enrollarse con su novio justo cuando necesito un consejo.
-No puedes culparla por eso Andy- reí.
-Como sea- bebió de su cerveza.
Andy ha estado bipolar desde hace unos días, le he preguntado pero siempre responde que no es nada. Seguro andará con su periodo.
-¿Estás segura que no te pasa nada? ¿Quieres contarme algo?- me senté a su lado.
-Por milésima vez Neve, no tengo nada que contarte.- rodó los ojos.
-Bueno, pero si necesitas algo, sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.
Ella sonrió y agacho la cabeza.
-Lo siento por tratarte así, es solo… no he dormido muy bien.
-No te preocupes, todos pasamos por días malos- la animé.
Monté en el vehículo y me fui a mi carrera. Se supone que correría con chicos de último curso. Los observe bien, y pude reconocer el casco de la persona que intentaba evitar a toda costa.
-Hijo de puta- pensé- me sale hasta en la sopa.
Siempre me lo encontraba en los pasillos, pero solo miraba a otro lado o les hablaba a mis amigas tratando de ignorar su presencia. Había hecho un agujero en mi orgullo que no podía recuperar.
-Que tal Galliano- grito desde el otro lado Bruce.
Levente el dedo corazón en su dirección y me concentre en la pista.
Por segunda vez en consecutiva el desgraciado me ganó. Estoy segura que hace trampa o algo por el estilo, porque iba a máxima velocidad.
Me quite el casco y lo lancé al piso con rabia. Mary corrió hacia mí y se dedico a tranquilizarme diciéndome algunas palabras de apoyo. Andy solo me miraba inexpresiva. Solo me abrazo cortamente y se fue. Ella había perdido solo una carrera contra Luke Harrison y fue solo porque le falló una pieza de la moto.
Todas llegamos a la conclusión de que Monique Aniston, amiga de Mierdelle había saboteado la Harley. Ellas no comprendían el dolor de perder. Me sentía inexperta y estúpida.
-Creo que se te cayó esto- Bruce me entrego el casco que había dejado afuera.
-Gracias- agradecí brusca.
-Oye no te asesines mentalmente, ni que fuera una carrera por tu vida. Es solo una carrera de cientas- el muy hipócrita me ganaba y me venía con idioteces.
-Vete a la mierda- jugué con mi celular.
-Oye sinceramente no entiendo porque me odias, la vez que nos conocimos fuiste súper simpática conmigo y ahora es como que si yo fue un mosquito para ti.
-¿Entonces porque insistes en hablarme?- inquirí.
-Porque quiero conocerte, me pareces interesante y diferente. Pero creo que diferente para mal- me miro con el ceño fruncido.
-Primero, no te odio. Segundo, me molesta el hecho de que haces trampa.
-¿Trampa? Yo no hago trampa- me dijo.
-Claro- dije sarcástica.
- Si te digo como gano ¿me dejaras de tratar como la mierda?- se sentó a mi lado.
Lo dudé por unos segundos. Me revelaría sus técnicas a cambio de hablarle bien. Era algo así como una oferta que no podía rechazar.
-Trato hecho- estruje mi mano con la suya.
Conducimos a un lugar apartado de las pistas y comenzó a darme claves de cuando pasar los cambios y cuando acelerar, además de unos pequeños truquitos mecánicos que me serian útiles. Todo increíblemente legal.
-Y así es como lo hacen los profesionales- me guiño un ojo.
-Bien- suspire cansada- muchas gracias, de verdad. Y lamento haberte tratado mal.
-No es nada muñeca, no todos los amores comienzan con el pie derecho- sonrió pícaro.
Mi sonrisa se transformo en una línea y le golpeé el brazo.
-No te aproveches de mi buen corazón.
-Está bien, está bien no te enojes- levanto los brazos demostrando inocencia.
Me despedí de él con la mano y me fui a realizar mis deberes de una semana. Creo que no podría dormir esta noche, la vagancia me había ganado esta semana y realmente estaba copada con trabajos e investigaciones.
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Locuras Adolescentes
Novela Juvenil¡Sinopsis! Cuatro amigas adolescentes totalmente diferentes, viven en la ciudad de Sídney, Australia. Su vida es bastante particular, ya que en el día son adolescentes que se aburren de su escuela, hablan de cosas triviales y son comunes; no son pop...