Cap. 20: Aterriza

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Nevenka.

Mi mente ha estado en otro lado todo el día, me han regañado en todas mis clases y casi me gano un castigo en Matemáticas. No he prestado atención a nada más que a Bruce y su acto de anoche.

Estaba bastante confundida sobre lo que sentía ahora, y una de las cosas que más odiaba en la vida era sentirme confundida. Estaba saliendo todo bien con Thomas y viene Bruce y me besa sin previo aviso, lo peor es que apenas lo conozco.

Ni siquiera habíamos dado ese paso con Thomas, con suerte nos tomábamos de las manos y solo besos en las mejillas. Lento pero seguro.

El problema era que ahora no sabía si era segura nuestra relación. Maldito Bruce.

-Tierra llamando a Galliano- una mano paso por mi cara despertándome de mi trance.

-¿Ah?, perdona ¿qué me decías?- estaba sentada en las mesas de picnic con Mariah una Andy de mejor humor.

-Te estaba contando lo de mi noche con Chris- dijo Mary rodando los ojos, creo que era como quinta vez que lo relataba.

-Creo que de tanto repetirla, ya me sé la historia de memoria Gómez- le dije cansada.

-¿Pero qué les pasa? Deberían apoyar mi emoción, no tratar de hundirla- creo que se estaba enojando.

-Nadie está tratando de hundirla, solo es que la recargas mucho cuando fue una noche bastante… novedosa para las cuatro Mariah, no solo para ti- Andy estaba apoyada en su brazo.

Mariah enojada se levantó tomando su bolso y se fue. Creo que nos estamos tomando las cosas demasiado personales.

-Al parecer la hiciste enojar- le dije a Andy.

-Ya se le pasará, pero debe aprender que no todos deben estar felices al mismo tiempo que ella.

Tomé un libro de mi mochila y comencé a leer con música de mis audífonos. Strauss colocó su mochila debajo de su cabeza y al igual que yo, escuchaba música pero con los ojos cerrados.

Un largo rato paso cuando sentí movimiento en la mesa. Me quite un audífono y Andy me respondió antes de que preguntara.

-Maureen está mal, ha peleado con León.- se colgó su bolso- ¿vienes?

-Yo creo que paso, tú eres más… eres como la psicóloga del grupo, creo que con tu compañía es suficiente.- Asintió, se despidió con un beso en la mejilla y se alejó.

-¡Hola Newman!- escuche la voz de la pelo liso. Creo que me estaba avisando o molestando.

Solo ella sabía que algo había pasado con Bruce y eso que no le había dicho qué. En verdad creía a veces que era una bruja o algo, siempre lo sabía todo cuando se trataba de nosotras.

-Hola Strauss, luces bien- le respondió.

-Gracias, tú también.

Mi madre me enseño que espiar es malo, pero un poco no hacía daño. Más si se trataba de las acciones de mis amigas con chicos.

-Emm... tengo que hacer algo, ¿hablamos luego?- Andy corto su conversación. Bien.

-Ok, nos vemos.

No escuche más palabras, por lo que tranquilamente coloque mi audífono en su lugar y seguí con mi lectura. Lo pensé un momento y mi cerebro volvió a funcionar.

Andy me había dado una señal de que Newman estaba cerca, así que tenía dos opciones:

O corría en este momento, O me quedaba para hablar con él si es que se acercaba.

Tomé mis cosas con una velocidad impresionante y a paso rápido, bueno más bien trotando, Salí en dirección al edificio de habitaciones. No podía verlo a la cara todavía.

Toque tres veces en la puerta de Mau, me gritaron que pasara. Andy tenía abrazada a Maureen y le acariciaba el cabello. Tenía los ojos un poco hinchados y la nariz rojiza.

Se había plantado un llanto más o menos grande.

-¿Cómo estas pequeña?- me acuclille enfrente de ella y tome su mano.

-Mejor, es solo el momento, ya sabes- se encogió de hombros. Tenía la voz un poco rasposa todavía.

-¿Y por qué pelearon? Eran como la pareja perfecta. No me digas que por una estupidez- enarqué una ceja.

Andy paró de hacerle cariño y Maureen se sentó derecha. Ambas se miraron.

-Llama a Mary, tenemos que contarles algo- mandó Andy.

A los minutos llego agitada nuestra última amiga. Sus rulos estaban alborotados por haber venido corriendo.

-Ya. Estoy. Aquí- respiro hondo.

Nos acomodamos en forma circular en el piso de la habitación. Me hacía recordar a nuestras pijamadas en Australia.

-Mamá me llamó el otro día para decirme que al final de la semana tenía que viajar a casa. Y en ese viaje también viene Maureen.

-¿Y nosotras qué?- aún estaba enfadada con Andy, lo notaba en su dura mirada.

-No vienen, solo nosotras dos.

-Ahora viene la parte más intensa.- Mau jugó con sus manos- Puede que yo no regrese con  ustedes.

-¿QUÉ?- gritamos yo y Mary al mismo tiempo.

-Mis padres están buscando cupos en Canadá. Y quieren que estudie allá si se mudan.

-Pero tienes que decirles que te quieres quedar con nosotras. Somos tus mejores amigas- dije incrédula.

-Estoy tratando de ver la forma de convencerlos, pero hasta ahora sigue todo en sus manos.

-Por eso pelearon con León, no quiere que te vayas- dijo Mary entendiendo- bueno es lógico que se molestara, pero no tiene derecho a tratarte mal por algo de lo que no es directamente la culpa.

Todas asentimos dando la razón a lo dicho.

-No me veo siendo solo tres, ¿Qué pasará con la Harley?

-Cassie puede correr por mí.

-No será lo mismo Foster- lo dije en forma de regaño.

-Como sea, debemos ser fuertes como siempre y seguir siendo ganadoras- sonrió Andy.

Nos levantamos y cada una fue a hacer sus deberes.

Locuras AdolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora