Maureen.
Era ya fin de semana y esta noche iría a competir. Me estaba preparando ahora para la salida semanal a Londres con las chicas. Iríamos a comprar disfraces para el baile benéfico que había organizado Seelight. Mariah iría acompañada de Christian, un chico repartidor muy simpático. Creo que ya habían tenido algo. Neve y Andy nos acompañarían pero no tenían un chico especial. Yo tenía a mi León.
Si, definitivamente era mío. Sonreí al recordar esa noche en el lago.
Estábamos apreciando el lago a la luz de la luna. De un momento a otro, León se saca su camiseta y se tira al lago. Quede plantada en el suelo sin saber qué hacer. Su abdomen me había dejado babeando.
-¿Por qué no vienes?- grito mientras nadaba más hondo.
Sonreí y negué con la cabeza.
-Está muy fría.
El nado de vuelta y se salió. Me colgó en su espalda y a pesar de mis suplicas me lanzo al agua junto con él. Estaba heladísima.
-Me dará una pulmonía por tu culpa- intenté nadar de vuelta pero me abrazo por la cintura impidiéndome seguir. Antes de que le gritara que me dejara ir me callo con un dulce beso.
-Déjame preguntarte algo- dijo cerca de mí.
Asentí mirando sus labios.
-¿Quieres ser mi novia?- soltó sin titubeos.
Sonreí hasta que me dolió la cara y asentí frenéticamente. Me dio un apasionado beso y luego nos salimos para poder devolvernos al internado.
Quería ir vestida de princesa, porque para él eso era. Eso me había dicho.
Me aplique brillo labial y salí en dirección al bus. Tome asiento al lado de Andy.
-Tengo que hablar contigo Maureen- me dijo Andy en un susurro.
-¿Qué pasa?- ella nunca me decía así a no ser que fuera algo serio.
-Mamá me ha llamado diciéndome que viajaríamos la próxima semana.
-No entiendo cual es el problema- le dije.
-Solo tú y yo. Mamá me comento que tus padres estaban viendo la opción de cambiarse a Canadá y llevarte con ellos.
Eso me tenso por completo.
-¿Me estas jodiendo?- Esperaba que dijera que sí.
-No. Ojala lo hiciera- suspiro.
-¿Y tu porque vas?
-Chequeo médico.
Asentí. Solo yo sabía el secreto de Andy. Y por eso la he conocido.
Cuando tenía catorce años comencé a cortarme por maltratos en mi escuela. Mis padres se enteraron por un profesor y me internaron de inmediato en un centro psicológico que trataba todo tipo de trastornos.
Allí en la sala de espera conocí a una chica bastante pálida y delgada. Con cabello liso color chocolate. Su mirada era vacía. Esa chica fue alguna vez Andy.
Comencé a hablarle, cuando nos tomamos confianza ella me comentó el porqué de sus visitas al psicólogo. Ella era bulímica porque sus compañeras la llamaban gorda. Ese secreto lo sigo guardando hasta ahora.
-¿Estás bien?- le pregunte a la chica que miraba por la ventana.
-Sí, solo que no quiero viajar tantas horas- sonrió levemente.
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Locuras Adolescentes
Teen Fiction¡Sinopsis! Cuatro amigas adolescentes totalmente diferentes, viven en la ciudad de Sídney, Australia. Su vida es bastante particular, ya que en el día son adolescentes que se aburren de su escuela, hablan de cosas triviales y son comunes; no son pop...