Cap. 2: Accidente

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Andy.

Iba llegando a mi velocidad máxima y con la adrenalina recorriendo mi cuerpo cuando escucho que hay gritos a mi espalda, pero no miro hacia atrás, de seguro que será alguna pelea estúpida entre borrachos. Solo pasaron segundos cuando siento que nadie está compitiendo conmigo, por lo que miro rápidamente hacia atrás y veo a lo lejos las populares luces rojas y azules que representaban a la policía.

-No puede estar pasando.

Comencé a sentir miedo y ansiedad por escapar de ahí, así que di vuelta en U y acelere al máximo en dirección a la carretera. Pensé rápidamente en mis amigas y roge mentalmente que hayan podido escapar, porque si las atrapan, moriremos en manos de nuestros padres.

Logre llegar a la carretera, relajándome de que nadie e hubiera seguido y reduje la velocidad con mis manos sudadas. Di un gran suspiro y agache la cabeza.

-Gracias a Dios- dije para mí misma.

Cerré los ojos para controlar el manojo de sensaciones que había tenido, pero no duro mucho ya que cerca oí la sirena de las patrullas. En mi pánico para que no me vieran pase los cambios y anduve por la carretera en una velocidad rápida pero que no se viera sospechoso.

-Señorita deténgase por favor- hablaron por altoparlante los uniformados.

Si me detenía estaba jodida, así que hice lo primero que se me ocurrió: escapar de ellos hasta que se aburrieran de mí.

Así que la persecución de mi vida. Llegue a las entradas de la ciudad y anduve por las calles a mi antojo, la patrulla a mis espaldas amenazándome, ignoraba semáforos y toda señal. Mi meta en este momento era salir de esta. Cada cierto tiempo miraba hacia atrás asegurándome de la distancia, pero algo salió mal.

En una de mis miradas rápidas, pase por una calle de varios sentidos, y de mi costado derecho apareció un auto rojo que impacto de lleno contra mí.

Salí expulsada de mi moto unos 50 metros y caí adolorida al suelo, muy adolorida. Me quite mi casco y sentí que mi cabeza iba a explotar, además que mi nariz se encontraba sangrando.

-No puedo morir ahora- me salió una lagrima.

Escuche como la patrulla estacionaba cerca y luego no pude mantener mis ojos abiertos, dejándome llevar por la oscuridad.

Sentí  que estaba acostada pero no en el suelo como lo último que recuerdo, si no que estaba en una especie de camilla.

-Estoy en un puto hospital- pensé.

Decidí abrir mis ojos lentamente ya que la luz los quemaba y las paredes blancas dolían. Me encontré con mis amigas acostadas todas juntas al lado de la puerta durmiendo. Tuve un enorme alivio al ver que estaban aquí y no en un calabozo.

Tome el control que manejaba la postura de la camilla e hice que me colocara sentada.

-Oigan perras despierten- dije lo más fuerte que pude.

Mis amigas se removieron un poco y reaccionaron con los ojos desorbitados al verme.

-¡ANDY!- gritaron y se acercaron de inmediato.

Les sonreí débilmente.

-¿Cómo estás?- Me pregunto Maureen.

-Me duele todo.

-No creo que te puedas sentir genial después de un choque- hablo Mariah.

-Supongo que me quebré costillas porque me duelen como el demonio- me queje.

-Sip, 3 costillas para ser exactos. Y algunos varios moretones- Neve finalmente hablo.

Asentí y les dije que pudo haber sido peor. Mi Yamaha quedo con daños considerables y tendré que invertir mucho para tenerla devuelta, pero no era chatarra. Luego las chicas me contaron como escaparon de la policía y que nadie sabía cómo se habían enterado de las carreras.

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