Andy.
-Buenas noches enferma- me despedí de Mariah y camine a mi puerta.
Solo tenía ganas de dormir, últimamente no había tenido buenos días. Me habían estado llegando amenazas extrañas diciendo que sabían mi secreto, y ofendiéndome. La clásica era llamarme gorda o cerda horrible. Obviamente pensaba de la manada de zorras, pero no quería decirle a nadie. Sentía que había algo raro; como un presentimiento.
Cerré la puerta con pestillo y al girarme me tomaron bruscamente de la cintura y me taparon la boca. Deja Vú.
-No grites- susurro Luke.
Me soltó y trague una profunda bocanada de aire tratando de tranquilizarme.
-Si me vuelves a dar un susto como ese te juro que te corto las pelotas- lo empuje.
-Oye ni que fuera un asesino en serie.- se defendió.
-Como sea, hoy no te enseñare nada- me tiré en mi cama- quiero dormir, además no sé como mierda entraste- lo mire- ¿Qué haces aquí?
-Tengo mis trucos guapa- guiño un ojo- hay muchas cosas que no sabes de mi, ya lo sabes.
-No me interesan tus “truquitos”, te avisare cuando tenga ganas de soportarte de nuevo. Ahora hazme el favor de salir y dejarme en paz.- Puse mi cara contra la almohada.
-Huy andamos de buen humor- dijo sarcástico- Parece que no te toco anoche, le diré a Murray que despabile-río.
Mierda, ¿Cómo sabía que yo conocía a James?, solo Mary sabía que lo conocía. Pero no había nada entre nosotros, se había convertido en mi tutor cuando iba a la biblioteca y congeniábamos bien, pero nunca se daban segundas intenciones. Levante mi cabeza.
-Que te jodan- le lancé un cojín- Somos solo amigos.
-Infórmaselo a él.
-¿Así como se lo informaste a Danielle?- levante una ceja.
-Deja de sacarme ese tema, ya no existe para mí. Y ella ya no me molesta.- se encogió de hombros.
Pero a mi si maldito idiota.
-Bien por ti- cerré mis ojos cansada.
-Oye ven, quiero mostrarte algo- me ofreció su mano para que me levantara.
-¿No puede esperar? Luke de verdad quiero dormir.
-Ven o si no te obligaré.
-A ¿sí?, y como harás eso- dije curiosa.
Se acerco corriendo a mi cama y comenzó a hacerme cosquillas. Eran mi punto débil.
-¡YA, IRÉ!- intente regular mi respiración.
-Así me gusta.- se levanto y tomo mi mano levantándome a mí también.
No me soltó hasta que llegamos hasta la puerta de las escaleras de emergencia. De inmediato recordé la escena donde él se follaba a la otra tipa. De inmediato mi curiosidad por saber dónde íbamos se transformo en asco.
Él noto mi cambio de actitud.
-Andy, ¿estás bien?
Solo desvié mi mirada hacia la ventana que había a un costado. Esta noche no había luna.
-Eres un hijo de puta. Parece que el necesitado eres tú, que me haz traído a uno de tus lugares designados para tus polvos- mascullé con rabia.
El me miró confundido, pero luego pareció entender.
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Locuras Adolescentes
Teen Fiction¡Sinopsis! Cuatro amigas adolescentes totalmente diferentes, viven en la ciudad de Sídney, Australia. Su vida es bastante particular, ya que en el día son adolescentes que se aburren de su escuela, hablan de cosas triviales y son comunes; no son pop...