Mariah.
Tenía mis maletas hechas para el viaje de mañana. Me juntaría con toda mi familia, como lo hacíamos cada dos años. Una tradición familiar.
Ahora papá conducía de camino a la casa de Nevenka, donde estaban todas reunidas.
Nos entregaríamos esta noche los regalos, porque cada una tomaría su destino después. Afuera había una gran tormenta de nieve.
-Vamos adentro, te ayudo con la bolsa- Maureen me ayudo con los regalos mientras bajaba del auto.
-Hace mucho frío- comenté.
Después de tomar una taza de cappuccino para entrar en calor, comenzó la repartición de regalos. Nos sentamos frente al gran árbol navideño.
-De mí para ti- Andy me entrego un paquete color rosa con lazo dorado.
-¡Mierda es el CD que quería!- grite al abrirlo.
-La boca Mariah- me regaño Andy luego plantó una carcajada.
De inmediato le di mi regalo para ella. Un par de colgantes con la bandera británica.
-Son preciosos, gracias amiga- nos dimos un cálido abrazo.
Seguimos así, hasta que terminamos de entregar los paquetes coloridos.
-Oh, Alguien me ha dado un regalo para ustedes dos- recordé.
Corrí al auto y saqué los regalos faltantes. Luego se los entregué a Ann y a Maureen.
-¡Es un collar, que bonito!- exclamó Maureen- esperen, una nota.
La leyó en voz alta.
-“Para la novia que permanece en mi corazón a pesar de todo, te quiere, León”
Lanzamos un suspiro de ternura.
-Ahora es tu turno.
Andy abrió la caja rectangular de terciopelo negro. Había una pluma roja con circones verdes.
-Joder ¿Quién te dio el regalo?- pregunto Neve.
-Mary, ¿Quién ha sido?- Andy me miraba expectante.
Sonreí traviesa, ya tenía mi respuesta planeada hace mucho.
-No nos habías dicho que Luke Harrison estaba loco por ti.
Abrió los ojos como platos y examinó detenidamente el lápiz.
-¿Me estas tomando el pelo?
-No estúpida, el chico estaba muy nervioso cuando me dio la caja. ¿Ha pasado algo entre ustedes?
No contesto. Maureen cambio el tema diciendo que era tarde y debía irse.
Todas nos levantamos y abrazamos fuertemente, despidiéndonos hasta unas semanas más.
-Gracias por no decir nada de Christian y yo- le dije a Nevenka mientras me subía al auto.
-Deberás decírselo algún día, pero es tu asunto- se encogió de hombros.
Cerré la puerta y papá partió. Ya pensaría el día. Pero no sabía cómo se lo tomarían, porque nunca antes me había enamorado y yo era la menor de todas. Quizás enloquecerían.
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Locuras Adolescentes
Teen Fiction¡Sinopsis! Cuatro amigas adolescentes totalmente diferentes, viven en la ciudad de Sídney, Australia. Su vida es bastante particular, ya que en el día son adolescentes que se aburren de su escuela, hablan de cosas triviales y son comunes; no son pop...