Cap. 21: Raro

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Andy.

En solo un par de días me iría devuelta a casa. Tenía que comer bien para que no me internaran en un centro de rehabilitación. Ahora me encuentro almorzando sola, porque cada chica tenía algo que hacer. Mierda, soy la única sin un ligue en esta puta escuela.

Ya había visto como cinco parejas besuquearse, a eso hay que agregarle los que están haciéndose cariño y esas mierdas. Desagradable e incómodo.

Tenía mucho sueño, las carreras tardaron en empezar porque los inspectores revoloteaban por todos lados, creo que alguien la había cagado. Mariah me contará luego, ella siempre sabe los rumores.

-Andy- saque mi vista del libro que me encontraba leyendo- Te he buscado por todas partes.

Tenía a James mirándome preocupado y cansado, como si hubiera corrido.

-Pues ya me has encontrado-le dije fría.

Aún no perdonaba el hecho de que ni se moviera cuando Danielle me humilló.

-Por favor ¿puedes escucharme un segundo?

-No estoy sorda, creo que puedo- di una mirada gélida.

-Mira, sé que debes estar furiosa por no haberte defendido en la fiesta. Sé que estuvo muy mal mi reacción y por eso te pido que me disculpes, no sabía qué hacer porque entre cómo en shock.

Creía que era fácil ganarse mi perdón, que tierno e ingenuo imbécil.

-¿De verdad crees que con ojitos y esas mierdas caballerosas vas a ganarte mi perdón?- mi enojo volvía a surgir. Esta escuela me estresaba demasiado.

-Pues… yo, s-si- genial, tartamudeaba- Digo, no. No lo sé- se había ahogado en sus propias palabras.

- La respuesta es no- dije firme, luego de una pausa hable nuevamente- Un día me dijiste que te gustaba mi personalidad y mi forma de pensar, porque no era como el resto de las chicas que hay aquí. Me dijiste que tenía cerebro y dignidad. Y eso lo mantengo Murray.

-De verdad lo siento mucho Ann, soy un idiota- se acercó a mí.

-Primero, para ti soy Andy o  Strauss. Segundo- enumere con mis dedos mientras me levantaba del árbol y me sacudí la nieve- No necesitaré más tu ayuda en la biblioteca, desde ahora me valdré sola; y tercero, puedes irte a la mierda- me colgué mi mochila para irme.

La tormenta había durado un par de días y hoy recién había cesado. Por fin libertad de poder salir al patio y este imbécil arruina mi emoción.

-Strauss- me toma del brazo y me gira- me gustas- y sin previo aviso me besa. Era un beso brusco y apasionado que yo no quería responder.

Mi mente gritaba el nombre de Luke. Pero sabía que no pasaría nada con él, porque había vuelto con la zorra mayor. Si, volvieron. Pero la perra se disculpó por lo que me había dicho y las humillaciones que me había hecho pasar. Obviamente Luke la había obligado pero me valía un pepino.

Ahora con Luke no hablamos nada, el solo me mira en los pasillos y en el salón, pero estoy muy decepcionada al saber que cayó nuevamente ante las chicas fáciles.

El tipo al ver que no reaccionaba se separó de mí y se soltó con expresión decepcionada.

-Mierda, creo que me he equivocado en todo. Y la he cagado aún más ¿cierto?

Mi respuesta fue una bofetada que lo hizo tambalear.

-Vale, con eso me ha quedado claro- se tocó la mejilla enrojecida.

Me fui a paso rápido hacia las aulas, hoy creo que llegaría algo temprano a las clases. Mire mi horario, dándome cuenta que me tocaba la materia que más odio, Química. Choque con alguien mientras guardaba un chicle en mi bolso.

Locuras AdolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora