Capítulo 28

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Posterior a que concluyera la melodía, era momento de retirarnos, de modo que fuimos con Susana y Nhean para despedirnos.

Todo fue por pura cortesía, dado que, en efecto, vi la tensión entre Nhean y Alexey, no hacía falta que siquiera se voltearan a ver.

—Gracias por venir —enunció la efusiva chica.

—Espero que seas muy feliz —expresé de la manera más sincera posible.

—Oh... —la chica sonrió y sus ojos brillaron. Intentó abrazarme, a lo que di un paso atrás y la otra retrajo sus manos. No se molestó, e igual le vi la misma expresión confundida que la mayoría hace—. Gracias —articuló con una sonrisa y se limpió una lágrima amenazante—. Por cierto, ¿ya conociste a mi hermana? Si quieres, te la presento —me ofreció acomodándose los aretes de diamantes—. Te va a encantar su cabello, se lo tiñó de rosa.

—Tu hermana es Harmony —dije segura.

—¡Sí! —contestó con entusiasmo—. ¿Ya la conoces?

—Estudio con ella en el Liceo.

—¿En serio? Qué bien, espero que sean amigas. Ella siempre está sola.

No lo creo, pues planea irse con Sander directo a la casa de Mijaíl, donde Vivian y Ulises la esperan. ¿Que su familia no está al tanto de con quién pasa el tiempo?

—Seguro —apunté. No voy a meterme en un tema que no me incumbe.

Después de que Alexey felicitara a la pareja y recibiera un abrazo de Susana, a las ocho en punto volvimos a la Mansión. La única persona que nos recibió fue Phil, quien tenía todo listo para cubrir cualquier necesidad; aspirinas, café cargado, una cena ligera, agua helada, entre otras cosas.

Stan y Karen volverán en el momento que les plazca, no es como que, cuando nos fuimos, ellos tuvieran que venir con nosotros, así como Yale y sus hermanos. Y, con respecto a Marina, Felipe tiene el trabajo de llevarla de vuelta a casa de Alicia.

Subí con Alexey al ala y pensaba nada más en entrar a la cama e idealizar un escenario en que no tuviera nada cerca de mí. Ya antes intenté dormir en ese piso y me fue imposible, entonces estoy buscando otras alternativas.

Antes tenía que humedecer una toalla por si es que el dolor de cabeza regresa.

—¿No piensas dormir? —le hablé a Alexey, quien había tomado asiento en el sofá y se retiró la corbata.

—Sí... —contestó con cierto grado de cansancio.

—... ¿Estás molesto por algo? —Alexey me volteó a ver luego de que le pregunté eso.

Guardó silencio por un momento.

—No.

—Es que parece que sí —apunté—. El otro día, tú... —me acobardé por un instante—. Me rechazaste como si estuvieras molesto conmigo.

Ese día sentí que no quería que me acercara a él y la verdad es que no he sacado dicha idea de mi cabeza.

No dijo una sola palabra durante unos segundos, mirándome y creo que sin pestañear.

—Janette...

—Si te hice algo, por lo general no me doy cuenta...

—Janette...

—No, en serio, me cuesta mucho...

—Janette...

—Si no lo recuerdas...

—¡Janette! —me interrumpió definitivamente. Decidí quedarme callada. Se puso de pie y se aproximó a mí—. Me acuerdo muy bien de que te rechacé.

[3] CCC_Eros | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora