Capítulo 19

113 27 19
                                    

La chica merodeaba por la habitación, inspeccionando el techo y los alrededores, como si estuviese ideando qué hacer con el ala.

Me crucé de brazos y moví un pie, canalizando la ansiedad que llevo encima en estos momentos.

La chica giró hacia mí, entonces me vio. Como si no me hubiera escuchado llegar; prácticamente acabo de aventar la puerta.

—Hola —saludó con una sonrisa de oreja a oreja. Su voz suena como un canto, desde que la conozco lo he pensado, aunque eso no me es importante. Tomó asiento en el brazo del sillón, con vasta delicadeza y espalda enderezada—. Supongo que estás muy cómoda aquí —apuntó mirando los licores. Su comentario me hizo mirar a donde ella; nunca he siquiera tocado una de esas botellas.

—No me puedo quejar —contesté volviéndome a Gala.

Me había quedado de pie dándole la espalda a la puerta que yo tampoco cerré, esperando que con dicha acción dedujera por sí sola que prefiero que se retire, porque no tengo ganas de hablar ni con ella ni con nadie.

Al ver que yo no tenía intenciones de acercarme, se puso de pie para aproximarse, tanto que me hizo dar un paso atrás. Ella es más alta que yo, por lo que me sentí más impaciente de lo que ya estaba.

Con los hombres no me importa, pues sé que hay muchas probabilidades de que sean naturalmente más altos que yo, en su mayoría, no obstante, con una mujer me perturba.

—Luces pálida —apuntó con expresión cansada—. Como siempre —añadió.

—...

—Sabes, hay muchos productos cosméticos que pueden hacer mucho por tu... —me escaneó de arriba hacia abajo—, apariencia —sonrió.

—No los...

—No te preocupes, poco a poco. Nada más vine a decirte que me digas el color del vestido que vas a usar, para no repetir.

—¿El vestido? —inquirí decepcionada. Eso es un tema muy poco importante como para tratarlo, es insignificante.

—Ajá —la chica asintió.

—... No sé... Me da igual.

—¿Segura? —frunció el ceño—. Porque no todos te van, por ejemplo, el azul te hace ver más pálida; el blanco, ni hablar; con el negro te verías muy insípida, más; rojo... —miró al techo y negó con la cabeza.

—¿Intentas decir que ningún color me va bien?

—Por supuesto que no —respondió sorprendida—. Digo que habrá alguno que no se te vea ¡tan! mal. Pero lo tienes que ir pensando, mi mamá ya le puso fecha al evento. Solo te hago el favor de avisarte.

¿Favor? Acaba de insultarme, eso creo, porque me siento mal gracias a lo que dijo.

—No...

—Y quiero saber una cosa, pequeña —movió una mano al aire—, ¿Alexey te está dando dinero? —cuestionó en voz baja.

—... No, no me está dando dinero —susurré.

—¿No es por lo que estás aquí?

Al escucharla, hice esfuerzos por no reírme. Entiendo que no lo comprenda, e igual, más que insolencia, me parece hilarante que cualquiera piense que yo estoy aquí por dinero, siendo esto lo que menos me interesa.

—En lo absoluto.

—Bueno, personas como tú, es lo que necesitan —apuntó con lástima, como si de verdad le preocupara la clase baja—. Dime, ¿quieres dinero para tus hermanos?, ¿para ti?, ¿tu mami? Porque puedo ayudarte.

[3] CCC_Eros | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora