Capítulo 51

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Fui a buscar a Nicolás para pedirle que me dijera lo que sabía, si es que yo no era hija de Alicia, o por lo menos si cabía la más mínima posibilidad de ello.

Estoy comenzando a exasperarme. Salir de todo esto depende de que ella no sea nada mío.

—Te juro que no sé nada —dijo Niko con las cejas hacia abajo.

—Oye, viejo —le habló Ramiro—, pensálo un poco más, ¿no ves que está desesperada?

—¡No te metas! —le ordenó su padre y volvió a mí—. Alicia es una mujer muy complicada, miente, todo el tiempo, ¡pero yo no sé nada! Lucas nunca mencionó algo acerca de que uno de ustedes no fuera su hijo. Cuando desapareciste y le pregunté a tu mamá por ti, ella dijo que estabas con tu abuela. Siempre fue esa la explicación que dio. Desde entonces, cualquiera que conoce a tu familia sabe que «son siete, pero aquí viven seis».

—¿Me estás diciendo la verdad? —pregunté intentado dejarle ver que su ayuda es la única que tengo en estos momentos. No tengo a nadie más a quien recurrir, más que la misma Alicia.

—Claro que sí, no tengo por qué mentirte —aseguró en un tono de consuelo.

Es inútil que siga aquí. No es culpa de Salvik no querer decirme nada y mucho menos juzgo a Nicolás por no saber lo que necesito. Todo me lleva a Alicia, la única que podría resolverme este embrollo en el que yo sola me metí.

No quise hablar de esto dentro de la cafetería, de modo que estábamos conversando afuera y en el momento justo llegó Mijaíl, quien al parecer venía agitado.

—Te estuve buscando por todos lados —expresó ya delante de mí.

—Estoy muy ocupada —le advertí dirigiéndome al auto.

—Escucha —sujetó mi brazo—, mi papá me dijo de qué fuiste a hablar con él.

—¿Y? —me detuve al mismo tiempo que me alejé de él y me crucé de brazos.

—Lo que él te diga no te va a servir de nada.

—... —enderecé la espalda—. Entonces, lo que él sepa, tú también lo sabes —aseguré a punto de enfurecerme.

—No todo —se encogió de hombros—, solo me contó algunas cosas.

—¿Qué cosas? —dejé de parpadear.

—... Pues cuando conoció a tu papá y... —rodeó los ojos—, nada más.

—¿Sabes que es posible que yo no sea hija de Alicia? ¡¿Sabes cuánto me serviría saber eso?! ¡Mi divorcio con Alexey depende de ello! —expuse ante su evidente negativa de decirme lo que sabe.

—¿De dónde sacaste eso? —inquirió con desdén—. ¿Quién te dijo que no eres su hija?

—Los papeles, pibe —le respondió Ramiro, lo que le costó una severa mirada por parte de Mijaíl.

—Hay seis registros de nacimientos —expliqué y el peliblanco volvió su atención hacia mí—. Fui yo la que no creció con ella, fui yo la que apareció hasta hace dos años...

—¡No eres tú! —me interrumpió exasperado—. Es Derek, Derek no es su hijo, no es tu hermano.

Guardé silencio. Al igual que los tres caballeros ahí.

Derek...

Sin importar que es cierto que él nunca tuvo una actitud afectuosa hacia ella, me quedó claro que tampoco la detestaba, únicamente era receloso con respecto a lo que hacían tanto uno como el otro. La relación que yo vi entre ellos era... la de dos simples conocidos.

[3] CCC_Eros | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora