Capítulo 42

112 28 16
                                    

Un día antes de la fiesta, misma que será en la Mansión por cuestiones de seguridad que la verdad no pregunté por falta de interés, Karen me pidió hacerme cargo de una lista de objetos que debían traer para las decoraciones y hacer el conteo de las bebidas. Todo lo que tenía que hacer era revisar que no faltara nada, así como del directorio de vinos que piensan ofrecer.

En la cocina se encontraban las botellas, donde me vi obligada a leer el nombre de cada una, compararlo con el de dicha lista y marcar el recuadro. Por suerte cuento con la ayuda de Emma, ella ya antes había estado presente en esta fiesta y sabe de qué va todo esto.

—Falta un vino rosado —musitó la chica.

—¿Y qué hago?

—Ah, los vinos no los compran —anunció. La miré en espera de una explicación, a lo que la chica me sonrió—. Me refiero a que los guardan en la cava.

—¿Cava?

—Sí, es donde se guardan los...

—Ya sé qué es una cava —la interrumpí.

—Disculpe... —se cohibió—. Nada más debe mandar a que lo traigan.

—¿No podemos ir? —pregunté.

—Por supuesto, si no es molestia para usted.

Emma le dijo a Phil que nos guiara a la cava, porque él tiene la llave y dijo que no se la puede prestar a nadie.

La puerta se encuentra al fondo del pasillo a un costado de la sala y en realidad es pequeña, puesto que esta solamente dirige a las escaleras hacia la cava.

Tanto Phil como Emma descendieron... hacia la oscuridad.

—Señora —me habló Phil desde abajo. Me había quedado en el umbral de la puerta, no quería dar un paso y, en este punto, olvidé por qué dije que quería ir.

—...

—¿Señora? —Emma se inquietó viendo que no me movía, ni parpadeaba.

Tres migajas de pan, tres míseras migajas de pan, un vaso de agua y apenas un poco de luz. El viejo me encerró en un sótano durante cuatro años...

Mi respiración se dramatizó.

—¡Señora! —gritó Phil y me hizo reaccionar.

—¿Le asusta bajar? —cuestionó Emma, subiendo por mí. No pude negar o asentir, no dejaba de temblar.

—Mire —Phil se dirigió al fondo de la cava, tanto que lo perdí de vista, encendió las luces y el cuarto dejó de parecerme aterrador.

—Así ya no da miedo —apuntó Emma sonriéndome.

—No me trates como a una niña —le dije a la chica.

Bajé observando a mi alrededor. No hay ni una sola esquina donde quepa la oscuridad. Está repleto de vinos y parece que constantemente le dan aseo a este sitio.

Es muy diferente a lo que recordaba de los sótanos, esto no es más que una habitación hundida.

Por suerte no hay olor a humedad, ya que eso es lo que más me perturbaba; era el hedor en el sótano de aquella casa y de vez en cuando siento que yo misma emito ese aroma.

—Este es el vino —Emma tomó cuatro botellas de uno de los muebles, las colocó dentro de una caja y se dispuso a subir de vuelta.

Nos retiramos ya con el objetivo cumplido y Phil cerró como era debido.

—Phil, ¿quién más tiene llave de este lugar? —pregunté.

—Indira, pero nunca la carga consigo —respondió.

[3] CCC_Eros | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora