Capítulo 39

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Los pasos apresurados en las habitaciones me hicieron abrir los ojos de pronto. Por un instante pensé en el viejo y sus botas descendiendo al sótano.

Cuando mis pupilas volvieron a su tamaño original, parpadeé repetidas veces.

Ya bien despierta, esperé hasta que el ruido despareciera, en cambio, llamaron a la puerta del ala.

—Alexey —me giré hacia él. Está dormido—. Alexey —insistí y no respondió—. ¡Alexey!

—¿Qué? —se quejó.

Volvieron a tocar, esta vez más fuerte.

¡Señor! —se escuchó la voz de Phil.

—Maldición —murmuró el sujeto y no tuvo más remedio que ponerse de pie e hice lo mismo.

Alexey salió de la habitación y fue a abrirle a Phil. Yo me quedé, esperando hasta que fuera buen momento de irme a mi habitación.

El joven Kay acaba de llegar —explicó el mayordomo.

—¿Y por eso me despiertas? —preguntó molesto.

Lo trajo uno de sus amigos, está muy mal; lo golpearon, señor —lo ultimó lo expresó con evidente preocupación.

Alexey bajó enseguida y, ya que yo no podía verme tan desinteresada, tuve que ir también.

Iba caminando con la vista fija en el piso, pensando en que Kay debió haber estado metiéndose en problemas por ahí y no creo que le haya sucedido nada grave... Levanté la cabeza hacia el chico en una silla del comedor y cada gota de sangre en mi cuerpo se congeló; no solo lo golpearon, le destrozaron la cara.

Se me hundió el corazón en el pecho.

Sentí nauseas cuando una de sus heridas bombeó sangre, tanto que tuve que desviar la vista.

—Kay, escúchame, ¿qué te pasó?, ¿quién fue? —le preguntó Alexey, luego de tomar asiento frente a él y sujetarle la barbilla.

—... —el chico emitió un doloroso quejido. No puede ni hablar.

Apreté mi estómago con una mano, con la otra me cubrí el ceño fruncido y, de paso, los ojos.

Karen se encuentra en una esquina llorando y Yale junto con Gala, con ayuda de Rafaela y Yolanda, le estaban tratando las heridas a su hermano, trabajo que le dejaron a Alexey para ir a buscar más antiséptico.

—Tú —Alexey se dirigió al supuesto amigo que trajo a Kay—, ¿dónde estaban?

—No estaba con él, me llamaron de su teléfono pidiéndome que fuera a un restaurante, casi a las afueras de la ciudad y él estaba tirado en la calle —explicó el indefenso muchacho que se encuentra de pie cerca del comedor y bastante nervioso.

—Por Dios... —Karen rompió en llanto.

Espero que ni Alicia ni Logan tuvieran algo que ver. No era eso a lo que me refería pidiéndoles su ayuda.

En el transcurso del día, estuvieron entrando y saliendo de la habitación del herido. Un médico vino a verlo y dijo que lo aparatoso fue el sangrado, no obstante, las fracturas no tardarían en sanar una vez que la hemorragia se detuviera. Asimismo, le ordenaron una placa del tórax para descartar lesiones internas.

No podía razonarme ajena a todo, entones estuve en la sala junto a la desconsolada Karen que no podía ni mirar a su hijo.

Le di una taza de té que Vera preparó.

—Gracias... —dijo aceptándola. No bebió ni un sorbo y volvió a llorar—. Un día lo van a matar —musitó—. Nunca quiso decirnos quién lo golpeó la vez anterior y ahora esto...

[3] CCC_Eros | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora