𝓜𝓪𝓷𝓲𝓱𝓵𝓪𝓹𝓲𝓷𝓪𝓽𝓪𝓹𝓪𝓲. || 𝓖𝓸𝓳𝓸 𝔁 𝓖𝓮𝓽𝓸

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 9.

¿Y si reescribimos las estrellas?

Di que fuiste hecho para ser mío

Nada nos separaría

Serías la única que debía encontrar

Depende de ti, y depende de mí

Nadie puede decir lo que llegamos a ser

¿Por qué no reescribimos las estrellas?

Tal vez el mundo podría ser nuestro

Esta noche.

REWRITE THE STARS- [Zac Efron y Zendaya]

Narra Suguru Geto.

No pude dormir en toda la noche, no dejaba de pensar y en torturarme que fue mí culpa que terminemos así, si hubiera alejado a Kawai antes tal vez no estaríamos así, era una mierda todo.

Estuve todo el día en cama sin querer moverme, Shoko fue a verme varias veces pero no hice caso, de que servía contarle, ella no iba a resolver mis problemas.

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-ya puedes ir -me dijo la castaña entrando con una bolsa de dulces, curiosamente, los favoritos de Satoru -tú y Satoru deberían hacerme un altar.-dijo para irse.

No perdía nada con intentar hablar con él.

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Fui a hablar con él, aunque estaba nervioso, no sabía que hacer o que decir.

-hey- saludé pero él me miraba para ignorareme -Ssatoru, vamos háblame, no lo hacemos desde ayer, ni siquiera me respondes los mensajes.

Puse mi cara de cachorro, esperaba que funcione.

-Satoru..

-Suguru, ya no estoy enojado, ahora ya no al menos.

Lo miré interesado.

-¿Por qué te enojaste?

Lo miraba de forma intensa que sea el motivo que me dijo Shoko.

'"-es obvio, estaba celoso, llevaste a una chica a su cita especial y no te separaste de ella, yo también estaría enojada -me dijo obvia la castaña- ¿Que no piensas? Que idiota eres."

-me enoje porque...ella se comió mi comida, y eran mis favoritos -mintio.

Mi corazón se desilusionó, tal vez el no quería nada con alguien como yo, soy asqueroso, de seguro es por eso.

-oh, está bien, igual tranquilo no volveré a tener contacto con ella, así que...podemos volver a ser amigos -le dije sonriendo de lado aúnque me dolía el pecho. Pero otra vez no volvía a hablarme, esto es una mierda, lo arruiné -Satoru...al menos acepta los dulces...

-te perdonaré...con una guerra de Bolas de nieve.

-¿Sin infinito?

-sin infinito, ¡aunque deberías dejarme usarlo! Después de todo tú "amiga" me arruinó la noche -me dijo con esa burla y esa sonrisa traviesa haciéndose el ofendido, era adorable, me encantaba esa parte berrinchuda de él.

-esta bien, puedes usar Infinito -le dije.

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Una vez afuera la guerra de nieve empezó, lo que empezó como juego se convirtió en una pelea de nieve de verdad porque ambos éramos jodidamente competitivos hasta aquel saque mi Dragón y Vi esa mirada brillante.

-¡Dejame subir! ¡déjame subir y te perdonó todo!- me dijo agarrándose de mi brazo mirándome con ilusión y un rubor en sus mejillas.

Los copos de nieve en su cabello, su nariz como mejillas rojas, con sus ojos brillando era una imagen realmente hermosa de ver. Sonreí e asenti para dejarlo subir.

Él se fue volando sobre mi maldición lo escuchaba gritar de felicidad.

-amo eso de tí -le dije desde el suelo mirándolo, se veía tan hermoso, estando allá arriba, sobre todos, con su cabello volando con el viento, su sonrisa gigante, el brillo de sus ojos, él era alguien superior, que se lo debía admirar. -....te amo Satoru, pero se que no soy dignó de tí.

Cuando él bajo vino hacia mí con una sonrisa enorme, se lanzó a abrazarme y ambos caímos a la nieve.

-¡eso estuvo genial! ¡Amo a esa maldición!- me dijo feliz, no dude en abrazarlo hundiendome en su cuello inhalando su aroma dulce.

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Cuando volvimos adentro estábamos congelados de pies a cabezas pero riendo a carcajadas entre los dos dándonos empujones. Nos metimos a las duchas juntos, lavando nuestro cabellos en las duchas para después meternos al Ofuro* caliente. Él vapor y el agua caliente era realmente bueno para el frío.

Hacer esto con él era cómodo, las duchas eran buenas para el frio, pero yo las disfruto más por poder ver el cuerpo delgado de Satoru, apesar de ser más delgado que yo estaba con su abdomen marcado. Era perfecto

-achu- estornudo, creó que ya lo mire mucho tiempo, aparte mi mirada para seguir duchando

Lo miré de reojo y me quedé mirándolo otra vez deleitandome con él, era simplemente hermoso, tenía ganas de tocar su cabello, de tocar su piel palida. Mire sus labios, moría por besarlo, eran rosados, redondos, de seguro eran dulces como él.