Maxim
Terminé de teclear en mi computadora y le mandé el nuevo informe a mi nueva secretaria, anny o anigail. Cómo sea que se llame. Cerré el documento y escuché a la chica salir de su oficina.
La observé disimuladamente y la falda que llevaba puesta resaltaba sus atributos, pero realmente no me importaba porque solo tenía ojos para una sola mujer. Por siempre y para siempre.
Me fijé en su rostro y tenía el ceño fruncido al leer el informe que había mandado a su oficina a imprimir.
—¿Por qué estás poniendo esa regla otra vez? Tu abuelo…
—Mi abuelo era un blandengue que se dejó poner el pie en el cuello de todos sus empleados, se mezcló con ellos y cambió todo el reglamento de la empresa. Pero ahora las cosas se hacen como yo digo y quiero que les des copias del nuevo reglamento a cada uno.
Suspiró profundamente y apretó los dientes con estrés.
—¿Por qué no quieres madres solteras trabajando aquí? ¿Es que acaso ellas no tienen el mismo derecho que una chica que no tiene hijos?
—Sabes que este trabajo es de muchos viajes, muchas reuniones y una mujer que tenga hijos tiene que estar saliendo siempre por sus responsabilidades y ocupada con cosas de su casa—Contesté cruzando mis manos—. Por eso no queremos ese personal aquí, luego de entregar eso quiero que me pases los informes de todos los trabajadores, no quiero mujeres con hijos aquí, y no me importa si estoy siendo grosero, pero necesito a alguien comprometido con el trabajo.
—No tiene caso seguir hablando con usted—Masculló enojada y salió de la oficina.
Rodé los ojos ante su actitud y mi celular vibró con una notificación de mensaje. Lo abrí y era de Landon.
¿Ya almorzaste? Porque tengo que hablar contigo, hay problemas en el paraíso.
Nos vemos en quince minutos.
Ok
Landon era como un ave, feliz y libre sin compromisos, estuvo casado ocho meses, se separó y conoció a una nueva chica en cuestión de días, ahora estaba viviendo con ella y siempre hablaba conmigo cuando tenía problemas. Hoy era un día de esos.
Me levanté de la silla y salí de la oficina sin mirar a nadie, bajé por el ascensor y al salir de él, me choqué con alguien más pequeño que yo. Bajé la vista a quien se encontraba en el suelo y ví a mi secretaria recogiendo papeles del suelo.
Dios, ¿por qué me mandabas personas incompetentes?
—La próxima fíjese por dónde camina, señorita anigail —Dije viendo cómo recogía los papeles con rapidez.
—Es Abigail—Me corrigió posándose frente a mí.
—Lo que sea, quiero los informes en mi oficina cuando llegue de almorzar.
No contestó, simplemente se posó a mi lado y me salí del ascensor dejándola sola. Por último salí de la empresa y me subí a mi auto conduciendo al restaurante que tenía en la dirección que me mandó Landon. Llegué en cuestión de minutos y me lo encontré sentado en la mesa habitual.
Me dió un vistazo y tomé asiento frente a él.
—¿Qué era lo que querías decirme? ¿Qué pasó con Alexandra?
—Me está pidiendo un hijo—Soltó asustado tomando un sorbo del vino que había pedido.
—¿Un hijo? ¿Tuyo?
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Destinos Cruzados
RomanceAbigail Clark es una chica con una vida común y algo aburrida, pues, es soltera, vive sola y tiene un trabajo de empleada doméstica con el que puede sobrevivir. Por el momento. Una noche su mejor amiga decide llevarla a una de las discotecas más lu...