Capitulo 24

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SEIS MESES DESPUÉS

Abigail

Me encontraba en el hospital caminando de un lado a otro esperando respuestas sobre Leah, a mi lado estaba Landon igual de preocupado que yo.

En horas de la madrugada a Leah le habían dado los dolores, pero aún no estaba dilatada para tener a su bebé, los médicos estaban haciendo lo posible desde que ella entró, pero ya eran las tres de la tarde y ella aún estaba sufriendo en el cuarto de hospital.

Cuando me hicieron la ecografía solo tenía un mes de gestación, ahora estaba en siete meses y Leah me llevaba dos por delante. Su bebé era mayor que el mío, claramente.

En este tiempo mi barriga había crecido mucho más de lo que creció con Emily, estaba cansada todo el tiempo y algunas veces estaba vomitando en la mañana, pero no había nada de qué preocuparse.

—¿Crees que se demore aún? —Preguntó Landon terminando de contestar unos mensajes en su teléfono.

—No lo sé, iré a la cafetería. Estoy cansada.

—Nos vemos, te llamo si pasa algo—Me dice con una sonrisa cansada.

Tomé mi bolso y salí del hospital, tomé un taxi y enseguida llegué a mi cafetería.

En estos últimos meses había invertido el dinero en una cafetería, estaba al frente de una de las empresas de Maxim, y obvio era lo más vendido al estar frente a la empresa.

—Buenas tardes—Saludé.

—Buenas tardes, señora Abigail—Respondieron al unísono dos meseras y la cajera.

—¿Cómo les ha ido?

—Bien—Respondió Maggy, la cajera—¿Desea algo de comer?

—Quiero un café con leche para llevar, un café sin azúcar y dos galletas de leche.

—Enseguida sale—Respondió Mariah.

Le dí una sonrisa y me acomodé en la silla.

Mi cafetería era un éxito, todos venían aquí especialmente a probar las tartas de limón y chocolate que salían los lunes y viernes, en la empresa siempre pedían varias porciones para compartir en esos días. Me hacía feliz saber que todo estaba bien en mi vida y que la cafetería de mis sueños era un éxito.

En cuanto a mí embarazo todo estaba saliendo bien, sería mamá de un hermoso niño en menos de dos meses, Emily era la más emocionada por su hermano, todo el tiempo decía que iba a jugar con él y le enseñaría a usar la pelota, pero también las princesas.

Ya había decorado su habitación, y comprado toda su ropita. Tenía la pañalera lista porque en cualquier momento él podía conocer el mundo.

—Listo su pedido señora—Me lo pasó y lo tomé con una sonrisa.

—Muchas gracias, nos vemos más tarde.

Regresé al hospital y Landon estaba en el mismo sitio donde lo dejé, le tendí la pequeña merienda y me dió una sonrisa cansada.

Terminamos de comer en silencio, y boté la basura en la caneca de al lado, una hora después el sonido de una campana inundó el hospital, Landon se levantó gritando y me abrazó con cuidado.

Aquí tenían la pequeña tradición de que cada vez que naciera un bebé se tocaba el botón en la sala de maternidad, y el sonido indicaba que había una nueva vida aquí.

El médico bajó con una pequeña sonrisa y nos vió a ambos.

—Felicidades, Señor Williams, es padre de una hermosa y saludable niña. Pueden subir a ver a la madre y a la bebé.

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