Capítulo 12

435 28 2
                                    

Abigail

El transcurso de la gala hacia donde me quería llevar, fue corto, habíamos llegado rápido al lugar del que había hablado conmigo durante un tiempo en el auto. Me bajé agarrada de su mano y nos adentramos al lujoso edificio.

En la recepción estaba un señor en silencio mientras observaba el computador, subimos por el ascensor tomados de la mano aún hasta que llegamos al último piso donde se adentro a una habitación hermosa y lujosa.

Las paredes eran color crema, las ventanas eran las más grandes que había visto alguna vez, podía ver Gardenia y las luces de la noche, estaba tan tranquilo y calmado.

—Este lugar es hermoso—Susurré caminando hacia él.

—Si que lo es, siempre dicen lo mismo—Me dió una sonrisa y me pasó la copa de champagne.

Sentí la presión en mi pecho, pero no dije nada, sabía que no era la única que conocía este apartamento.

—¿Vinimos a hablar? —Se acercó lentamente quitándome la champagne.

—No..no sé qué quieres hacer.

Estúpida.

—Pasar una noche increíble, y sé que tú también—Se pegó de mis labios y comenzó a besarme ferozmente.

Ya estaba bajo los efectos del alcohol, podía sentirlo en su boca y su forma de actuar.

Sus manos recorrieron mi cuerpo con lujuria sintiendo cada parte como si fuera algo magnífico, desamarró las tiras de mi vestido y me dejó simplemente en bragas y tacones.

Pasé mis manos por su cuerpo y le quité el traje dejándolo por algún lado de la sala, posó sus manos en mi trasero y me cargó caminando conmigo a la habitación sin dejar de besarme, me encantaban sus labios.

Me posó en la cama con fuerza y dejó de besar mis labios para comenzar a chupar mis pechos suavemente, siguió bajando con desespero hasta que me quitó las bragas y me abrió las piernas metiendo su lengua en mi coño.

Dios que delicia.

Mis gemidos comenzaron a hacerse más fuertes y levantó su rostro dándome una sonrisa, estaba loca por él, quería tenerlo dentro ya.

Volvió a subir y me besó nuevamente, sentí como se quitó los boxers de rapidez y lo tiré a la cama tomando el control de la situación, me monté encima de él y comencé a introducir poco a poco su polla en mi interior. Observé su rostro y me moví encima de él como si hace rato no tuviera sexo.

Sus manos agarraron mi cadera y me mecieron de adelante para atrás.

—Eres una reina en esta posición —Salté con más rapidez y le dí una sonrisa mientras jugaba con mi cabello.

Mis gemidos cada vez eran más altos, y su rostro se contrajo varias veces del placer que ambos sentíamos.

La noche transcurrió, entre besos apasionados, sexo desenfrenado y ni una sola palabra saliendo de nuestras bocas. Su manera de tocarme me hacía sentir tan especial, realmente ningún hombre me había tocado así.

Aunque estaba tomando whisky cada que tenía oportunidad, no lucía como un hombre borracho, dudaba que estuviera ebrio, porque lucía como siempre.

Observé sus ojos una última vez, sintiendo cómo corría su semen dentro de mí. Se posó a mi lado y ambos miramos el techo de la lujosa habitación, me moví un poco mirando la hora en el reloj de mesa y me acomodé para dormir.

Después de lo que me dijo en la gala algo dentro de mí se sentía diferente, y creo que él también. Volteé a verlo un poco, y ya estaba dormido, me acomodé a su lado dejando mi cabeza en su brazo y cerré los ojos sintiendo su loción de baño aún.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora