Abigail
Hoy no tenía un buen estado de ánimo, habían pasado dos días desde que Maxim me había sacado de su casa y yo estaba terriblemente enferma, primero por el embarazo y segundo por todo lo que pasó. Había intentado hablar con él todo este tiempo, pero ignoraba las llamadas, sus escoltas me sacaban de la casa y en la empresa no me dejaban entrar.
Había hablado con Leah y le expliqué lo que pasó, me dijo que me fuera para Gardenville a vivir con ella y Landon mientras pasaba mi embarazo.
Tenía hoy la última oportunidad para hablar con él, si no quería escucharme definitivamente iba a irme de su vida para siempre, junto con Emily y el bebé que estaba esperando.
En la tarde sería nuestro vuelo, y la noche anterior habíamos empacado toda la ropa de nosotras dos. Solo quedaban las cosas materiales, pero era lo de menos, está casa era de Leah y en cualquier momento podríamos regresar.
Arreglé mi vestido antes de salir a la casa de Maxim, y miré la hora en mi celular, todavía tenía tiempo de hablar con él.
Me subí al taxi y sujeté con fuerza el sobre que tenía en las manos, ahí estaba el papel que confirmaba mi embarazo, una ecografía, los papeles de la prueba de ADN y por último una carta donde le estaba explicando el porqué de la existencia de Emily.
Tenía fé de que me iba a escuchar y por lo menos si no quería estar conmigo, se hiciera responsable de Emily y nuestro bebé, era lo único que pedía.
El taxi se estacionó frente a la mansión y me bajé, suspiré profundo viendo como las puertas se abrían automáticamente, me adentré al lugar y toqué la puerta principal, que se abrió al segundo dejándome ver a una de las señoras del aseo.
—¿Está Maxim?
—Está en el despacho, pero él señor no me dijo que…
—Lo necesito con urgencia, hoy me voy de Gardenia y tengo algo muy importante que hablar con él, por favor déjeme pasar.
—Adelante—Me dió una sonrisa y pasé.
Subí las escaleras con rapidez y abrí la puerta del despacho encontrándome con Maxim tecleando en su computador mientras tomaba una copa de vino.
Subió su cabeza para ver de quién se trataba y frunció el ceño levantándose de la silla.
—Yo creo que fui muy claro contigo, Abigail.
—Necesito que me escuches, y veas este sobre antes de que me vaya.
—No quiero ver nada, no quiero escuchar nada. Lárgate de aquí.
Se acercó a mi, pero antes de que me pusiera un dedo encima le extendí el sobre que miró sin entender.
—¿Que es eso?
—Algo que hará cambiar toda esta situación, así que por favor cuando tengas tiempo míralo.
—¿Por qué tengo que hacerte caso? —Me rapó el sobre de las manos, lo medio abrió, pero no sacó nada del interior.
—Si no quieres saber nada de mí, lo entiendo. Igual, tampoco es que quiera rogarte, pero yo necesito que sepas que…
—No quiero escuchar nada de lo que pasó con Nate, ni tampoco me interesa esto—Rompió todo lo que estaba en el sobre y lo tiró al suelo.
—Eres un maldito imbécil—Me agaché a recoger los trozos de papel que estaban en el suelo e intenté no llorar por su maldito ego.
—Te dije que no quería saber nada, las cosas ya están claras entre tú y yo.
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Destinos Cruzados
RomanceAbigail Clark es una chica con una vida común y algo aburrida, pues, es soltera, vive sola y tiene un trabajo de empleada doméstica con el que puede sobrevivir. Por el momento. Una noche su mejor amiga decide llevarla a una de las discotecas más lu...