‹ャ . . . ¡30!

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- Oh, Sungjin... no sabes cuánto anhelé éste momento, toda mi existencia se reduce a éste instante.

Movió su mano hasta poder dejarla en la mejilla del mayor, dejando una suave caricia en la tersa piel mientras sentía las manos ajenas aferrarse a su cintura. Decir que estaba nervioso era poco, su corazón parecía estar a nada de salir de su pecho y su rostro seguramente estaba colorado por completo.

Creía que algo así no podía empeorar, pero resultó ser que estaban ensayando en la institución; frente a un profesor, con otros estudiantes de espectadores, en el gimnasio (donde cualquiera podía entrar y salir), en pleno horario escolar.

Sentía que le iba a dar algo.

- Yoomin, deja que mis labios sellen éste amor, que firmen nuestro destino, el cual se ha entrelazado desde el día en que nos conocimos.

Observó con pánico el rostro del mayor acercarse al suyo, ¿en qué parte de la obra estaba eso? ¿por qué nadie interrumpía? ¿¡por qué demonios nadie interfería!?

- ¡Corte, corte! ¡niños, por dios! -se apartó de Yoongi con disimulo, mirando a su profesor de teatro quien, a su vez, observaba a algunos del grupo de básquetbol que jugaban en un espacio de la cancha-. ¡Estamos ensayando! ¡Largo!

- ¡Es nuestra hora de entrenamiento! ¡tenemos permiso del entrenador! -Choi San era el líder del equipo de baloncesto, un total adonis al que todos alababan.

Y cómo no, era todo un papucho.

- ¡Eso no puede ser! ¡Hablaré con el profesor Mark en éste instante! -en ese preciso momento la campana del almuerzo sonó, por lo que la mayoría de estudiantes (incluyendo los extras u ayudante en la obra) salieron disparados del gimnasio-. ¡Oigan, qué...! maldita sea, ¡ustedes dos, tomen un descanso! nos vemos al finalizar el almuerzo.

Soltó un suspiro aliviado ante aquella palabras, bajando de aquella pequeña tarima improvisada para recoger su mochila de las bancas. Verificó qué todo estuviera en su lugar para así colgarla en su hombro, sacando su teléfono para verificar si tenía algún mensaje o llamada.

- Umh, ¿____?

Soltó un pequeño gritito ante el susto, al voltearse pudo ver a su hyung sonriéndole, con ambas manos en sus bolsillos y su mochila al hombro. Las escenas anteriores llegaron a su cabeza, haciéndole sentir calor de repente.

- ¿S-Sí? Lo siento, estoy... umh, voy retrasado con los chicos. -se excusó, guardando su celular en uno de sus bolsillos.

- Oh, no, no te preocupes por eso. ¿Vamos al comedor? -asintió, empezando el camino hacia la salida del gimnasio con el mayor a su lado-. ¿No crees que el tiempo pasó muy rápido?

- Lo sé, en pocas semanas tendremos que exponer nuestra obra... me muero de nervios de sólo pensarlo. -esbozó una pequeña sonrisa, mirando a los demás estudiantes que se dirigían al comedor al igual que ellos.

- Comprendo, estoy igual. Ya no tendremos esas tardes en el parque... -ante aquellas palabras observó de reojo al mayor, volviendo a fijar la vista en el camino cuando le vió mirar en su dirección.

- No tienen que acabarse hyung, no por terminar la obra dejaremos de ser amigos; podremos salir cuando quiera.

Sí, sabía que de cierta forma estaba mandando al mayor a la zona de amigos, pero era algo que necesitaba hacer. No le gustaba Yoongi, no le interesaba, si bien era alguien sumamente atractivo, sabía que su gusto no pasaba más allá de amistad.

- ____, yo... debo decirte algo...

Se detuvo cuando el contrario también lo hizo, mirándole confundido ante su cambio de actitud. De repente, algo en su cabeza dejó de funcionar, y sólo pudo mantenerse estático en su lugar mientras los pensamientos empezaban a llegar.

Perdón Hyung  >>  Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora