‹ャ . . . ¡31!

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— Sé que... Sé que puede que ahora no estemos en nuestro mejor momento, pero no quiero perderte, eres mi mejor amigo y... duele mucho estar peleados.

Ahí, parados frente a frente, compartían miradas en el solitario auditorio de su institución. Había elegido aquel lugar para hablar gracias a que todos estaban en horario de clases y el lugar estaba completamente solo. Hyunjin no se había opuesto a la idea, seguramente más que feliz de reconciliarse y hacer los pasos.

— Yo lo siento, ____. No debí haber hecho aquello, esa noche... De verdad, no sé qué sucedió conmigo, jamás quise lastimarte, no era mi intención. —asintió, desviando el rostro cuando vió al mayor dar un par de pasos para acercarse.

— Olvídalo, como yo lo hice. Es mejor dejar eso en el pasado.

Le brindó una pequeña sonrisa antes de tomar asiento en las escaleras que conducían al escenario, a su lado Hyunjin también tomó asiento con cautela, observando el oscuro techo del lugar con los pensamientos llenando su cabeza.

¿Olvidarlo? Él no podía dejar de pensar en esa noche, en el momento en que sus labios hicieron contacto por primera vez en su vida, aquel instante en el que finalmente pudo ser consciente del dulce sabor que poseían los labios ajenos. No, él no podía olvidar eso, era una locura el solo pensarlo.

— Bien... ¿cómo te va con... Yoongi?

El de cabellos largos notó cambiar la expresión calmada del menor a una de duda, le vió jugar con sus dedos y dejar salir un suave suspiro antes de que volvieran a conectar miradas.

— Supongo que bien. Somos buenos amigos, y eso es todo.

— Pero, ¿no te gusta? —vió al pelirrojo negar, mordiendo sus uñas unos segundos antes de alejar la diestra de su boca.

— No, solo fue mera atracción, y... De todas formas, jamás podría enamorarme de alguien más cuando ya tengo a alguien en mi corazón.

En ese momento sintió su corazón dar un salto, las palabras ajenas rebotaron en su cabeza y pronto sintió que empezaba a sudar frío. Entonces ya le gusta alguien... pensó, mirando de reojo al chico antes de levantarse de los escalones, sacudió sus pantalones y observó la hora en su reloj de muñeca antes de ver al Soo, extendiéndole una mano bajo su atenta mirada.

— Vámonos, se hace tarde. Pronto tocará la campana de salida.

El pequeño asintió, tomando la mano ajena antes de tomar impulso y por fin levantarse. Ambos recogieron sus mochilas del suelo para dirigirse a la salida, sus brazos rozaban constantemente al caminar lado a lado pero nadie dijo nada.

De alguna manera, parecía ser que el hablar había vuelto un poco más... interesante las cosas.

Cuando salieron del auditorio no tardaron en iniciar el camino hacia la salida, no faltaba nada para que se acabaran las clases y lo mejor era esperar a sus amigos afuera. Sin embargo, no esperaron ver a un pequeño grupo de chicas sentadas en las escaleras de la entrada hablando animadamente. Entre esas chicas, estaba Hyesun, riendo acaloradamente mientras dejaba que una de sus amigas pintara sus uñas.

— Hyesun... —escuchó el murmuro de Hyunjin a su lado, pero no dijo nada, esperando a que el mayor le dejara ahí en medio de la entrada solo para ir por su enamorada—, se ha vuelto casi una extraña, ¿sabes?

Parpadeó, confundido y asombrado ante aquellas palabras. Miró al mayor con duda antes de asentir con lentitud, ambos tomando asiento en un pequeño muro de la entrada y alejados del grupo, sin embargo, aún tenían una pequeña vista de éste.

— Lo sé. Extraño a mi amiga... —y no era mentira, ante era Hyesun con la que iba de compras, con quien se ayudaban mutuamente para pintar las uñas del otro o para hacer pijamadas tontas; ahora nada de eso existía, esa Hyesun no existía—, ya casi no hablamos, por no decir que ya no lo hacemos.

Perdón Hyung  >>  Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora