47.

1.7K 145 6
                                    

20 de Noviembre, 2022 - Doha, Qatar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

20 de Noviembre, 2022 - Doha, Qatar

El caluroso clima de Qatar no daba tregua, menos a las altas horas de la tarde dónde el sol estaba en la cima. Para todas las personas que habían llegado al país para asistir al mundial, literalmente se sentían en el mismísimo infierno por las altas temperaturas. Con sólo respirar, ya estabas transpirando.

Tal vez era muy exagerada la descripción, pero así era como lo sentía Lola en aquel momento.

La rubia se encontraba en su habitación buscando con que entretenerse, sus pies aún le dolían por la larga caminata que Valentina le hizo dar el día anterior y ninguno de los chicos le envió un mensaje proponiendo hacer algo.

Finalmente tomó la decisión por preparar la ducha y darse un buen baño descontracturante para ahuyentar todos los pensamientos negativos que últimamente la venían atormentado. Antes de desvestirse, caminó al armario en busca de la ropa que se iba a colocar y las toallas. Sin embargo, las últimas nombradas carecían en el espacio.

Lola soltó un bufido y resignada bajó directamente a recepción para ver si podían reponerle el faltante.

- ¡Hola! disculpa que te moleste, necesitaría un par de toallas porque en mi cuarto no hay más limpias.

- Sí señorita, ¿alrededor de cuántas necesitaría? - consultó amablemente el joven muchacho de la recepción

- Cinco, con éste clima seguramente me vuelva a bañar dos veces más en el día - responde divertida y terminando de robarle una casi inaudible risa al chico

- Ahora se las traigo...

- Discúlpame querido, en mi habitación también me hacen falta. Me darías cinco, como la señorita - intervino Occhiato, llegando y ubicándose a la par de Lola

- Sí como no, ahora las traigo. Permiso.

El pelirrojo abandonó el mostrador y desapareció momentáneamente del campo visual de los presentes. El ambiente ya no era tan agradable como al principio, se había vuelto tenso y complicado.

Nicolás observaba por el rabillo de su ojo a la ojiverde, como había tensado sus músculos y los nervios que le causaba su presencia. Lola en su mente buscaba la forma de huir, pero sentía como sus extremidades no respondían a sus ordenes. Estaba totalmente inmóvil y con su ritmo cardíaco por las nubes.

Comenzó, como podía, en sutiles movimientos a escabullirse y a alejarse del moreno, pero para su maldita mala suerte, Occhiato fue más rápido y en un segundo ya la tenía tomada con fuerza de la cintura.

- Yo creo que me voy - exclamó Lola, con su voz débil y temblando

- Si te pensaste que tan fácil me iba a ir de tu vida y que por fín te librabas de mi - Occhiato suelta una carcajada cínica y acerca su rostro al perfil de la muchacha - Estabas equivocada.

𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐉𝐎 | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora