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El viaje en el auto de mi jefe hasta mi apartamento transcurrió en un silencio sepulcral. Yo me encontraba en estado de shock. Todavía estaba tratando de entender que demonios había sucedido en esa habitación hacía menos de 20 minutos.
Por indicaciones de mi jefe había esperado en la puerta bajo la atenta mirada de muchos de los invitados que por alguna extraña razón no me quitaban la vista de encima. Supongo que se debía al cabello rubio y los lentes azules, por mi mente nunca pasó que alguien sospechara de mi condición de "chica", porque desde que tengo uso de razón me han confundido con una incluso cuando llevo el pelo tan corto y ropa masculina.
Me mantuve nervioso y algo cohibido por las miradas, hasta que comprobé que había pasado el tiempo indicado por Hámster Vil y decidí entrar a buscarlo como me había pedido.
Al entrar a la oficina pude ver que había varias personas mayores entre ellas una mujer, quien guardaba gran parecido con mi jefe, su tía siempre tan elegante.
Siendo lo más amable posible intenté irrumpir... hasta que me percaté de la atmósfera extraña del lugar y de la intrigante mirada de Hwang sobre mí pidiéndome por señas algo... algo que creo que era que entrara en la oficina.
Desde ese punto todo fue un enredo de palabras y miradas desconcertadas. Solo atiné a entender que el señor Hwang se iba a casar, que al parecer era con mi prima con la que está comprometido, la cual no existe... ahh y se me olvidaba... lo más importante de todo... yo soy mi prima Kim Saeron...
...
Creo que tomé alguna bebida rara en la fiesta de Felix...
Si, definitivamente fue eso.
Miré a mi lado a mi jefe quien conducía con el ceño fruncido... y no había dicho una palabra.
Todo no era más que un delirio de mi mente, sí, eso era... después de todo, el estrés de trabajar con Hámster Vil estaba haciendo mella en mi... haciendo que mi mente creara cosas locas ella sola.
Suspiré y decidí olvidarme del asunto.
Una vez llegamos a mi edificio el auto se detuvo y todavía medio aturdido me bajé. Sin prestar atención a mi jefe le desee buenas noches sin obtener respuesta y me dirigí a mi piso.
-Recuerda mañana despejar mi agenda en las primeras horas de la mañana - me giré un poco confundido y asentí.
-Debo poner algún otro compromiso señor? - lo vi fruncir aun más el ceño y noté cierto enojo en sus ojos.
-Acaso eres sordo además de idiota? - Ahhhh este tipo en serio!!!! Apreté los dientes - necesitamos comprar el anillo urgentemente. - ahora quedé desconcertado.
-Qué anillo Señor? - lo vi suspirar frustrado y yo solo lo miré sin entender... hasta que...sentí pánico de repente... tal vez yo... no estaba delirando?
-Acaso no escuchaste nada de lo que dijimos en esa oficina? Olvida que pregunté, había olvidado que no eres una persona normal- se pasó la mano por el pelo con un gesto cansado en el rostro - a partir de hoy te vestirás de mujer y te harás pasar por Kim Saeron, la prima de mi secretario, o sea tú, quien va a ser mi futura esposa... por lo tanto mañana compraremos los anillos y lo haremos oficial... entendido? - entendido? Lo miré con la boca abierta... cómo se supone que entienda eso?
Sin esperar respuesta de mi parte Hámster Vil arrancó su auto y se fue a la residencia del diablo, y yo?... yo me quedé como pegado al piso aun con la boca abierta en la entrada de mi edificio.
Bueno viéndole el lado positivo... al menos estaba seguro que no había tomado nada raro en la fiesta de Felix.
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Después de un baño que intentó ser relajador pero no lo logró, me acosté en la cama y observé el techo fijamente mientras pensaba en lo que había sucedido hoy.
Habían pasado muchas cosas imprevistas... desde el baile de Nmixx, saber que mi jefe conocía mis preferencias y que me viera vestido de mujer... hasta el hecho de que el gran Hwang me pretendía arrastrar a una supermentira transformándome en mujer y en su prometida.
Ese hombre estaba loco?
Cómo pretendía que esto saliera adelante?
Creo que incluso podría ir preso por fraude si pasábamos a una boda o algo así... Hámster Vil estaba verdaderamente loco... y yo al parecer si quería conservar mi trabajo iba a tener que volverme loco al igual que él.
Suspiré y di vueltas en la cama. Miré la mesa de noche y me percaté de un manuscrito de los que me había traído a casa para leer. Una chispa en mi cabeza se encendió.
Muy bien... él quería una prometida, o bueno más bien exigía una prometida, así que yo también debía hacer unas cuantas exigencias.
Si había posibilidades de que me arriesgara a ir a la cárcel... él también debía arriesgar cosas.
Me dormí con una sonrisa en el rostro.
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A la mañana siguiente esperé en mi escritorio con su café, la llegada del jefe del mal.
Exactamente a las 8 recibí un mensaje de su parte pidiéndome "amablemente" que bajara para irnos en su coche, espero que se haya notado el sarcasmo.
Una vez abajo me senté en el asiento del copiloto y le entregué su café. Se hizo un pequeño silencio en el cual terminé de tomar valor para hablar.
-Tengo una pregunta que hacerle... - él me miró con el ceño fruncido aun consumiendo su café y me hizo un gesto para que continuara. Tomé aire y valor - usted pretende en serio casarse conmigo... o solo es fingir ser su prometido? - me miró fijamente por unos segundos mientras terminaba su café, luego lo miré asombrado al verlo salir del auto y dirigirse a un bote de basura a dejar el recipiente. En unos segundos estaba de vuelta... y yo algo anonadado por su perfeccionismo.
-Desgraciadamente si... todo esto nos va a llevar hasta el matrimonio... tenemos menos de 1 mes para casarnos... y serás mi prometida, por mucho que prefiera tu aspecto como chico vas a fingir ser mi prometida Kim Saeron... recuerda que yo no soy gay... todo el mundo lo sabe... sería raro decir ahora que me voy a casar con un chico... ya va a ser suficientemente raro y volverá a la prensa loca saber que me casaré con una don nadie... imagina si además de don nadie dijera que es un chico y mi secretario - dijo todo esto sin sensibilidad ninguna... dejándome mirándolo con lo boca abierta... así que un don nadie no?
OHH si solo supieras quien es mi padre!!!
Espera, espera un poco... él había mencionado a la prensa?
Esto se iba a volver de carácter público no?
Habría alguna posibilidad que llegara a oídos de mi padre?
Un escalofrío de miedo recorrió mi espalda solo de imaginar la reacción del nombrado... iba a ser Seungmin muerto si él se enteraba.
Pero bueno volviendo al tema, mi jefe estaba decidido conmigo?
-No ha pensado en tal ves, hablar con una chica de verdad para que... se haga pasar por su prometida? - le sugerí, quería saber por que yo? Y si todavía tenía posibilidades de no ser yo.
-Ya no viene al caso porque te presenté ante mi tía y los accionistas como mi prometida... pero de todas maneras eres la única persona en la que confío para hacer esto... sé que no estas interesado en mi dinero y que no te vas a enamorar de mí - mi mueca de asco fue épica y creí por un momento verlo sonreír pero deben ser ilusiones mías... aunque si recuerdo bien estaba sonriendo en la fiesta de Felix... y eso fue... algo nunca visto. Pero bueno sus razones eran ciertas... yo jamás me iba a enamorar de un tipo como él y ciertamente no me interesaba su dinero pero...
-Sabe que puedo ir preso... que ambos podemos ir presos por esto? - me miró con aire de suficiencia.
-Sería muy difícil que alguien nos descubriera, eres más femenino que cualquier chica que conozco - algo en sus palabras se sentía como un insulto pero decidí dejarlo pasar, suspiré.
-Tal ves usted no valore su libertad pero yo si lo hago... y no pretendo arriesgarme sin algo a cambio - se quedó descolocado, expresión que solo le duró unos segundos.
-Quieres dinero? - negué con la cabeza y sonreí.
-No, no quiero dinero señor Hwang - entrecerró los ojos y yo tomé aire fuerte - quiero un ascenso y la posibilidad de publicar dos de los manuscritos que yo considere como editor principal - solté la bomba y él se sonrió y me miró como si le hubiese hecho una broma. Esta vez no me asombré por su humor y me mantuve firme.
-Es en serio? - me dijo dejando a un lado la sonrisa al ver que no bromeaba, asentí.
-Yo... me estoy jugando mucho en esto así que... es justo que obtenga algo a cambio - me miró alzando una ceja, intentando intimidarme por unos segundos.
-Está bien... te daré un ascenso y publicaré tus manuscritos, luego de que cumplas con tú parte - le sonreí - pienso que con unas 1000 copias estarás satisfecho no?
-Quiero 10 000 copias - sus ojos se abrieron.
-Estas loco!!!... 5 000 es mi última oferta - sonreí ladino.
-Ok entonces supongo que debe buscar otra prometida - me crucé de brazos con el corazón latiendo a millón. Sí, estaba haciéndome el gallito y presionándolo un poco, esperaba que no me explotara la bomba en la cara.
-Muy bien, 10 000 copias... es un acuerdo? - me tendió la mano para cerrar el trato y de pronto recordé algo.
-Todavía hay otra cosa señor Hwang - él me miró dubitativo mientras yo salía del auto y le hacia señas para que me siguiera. Una vez fuera ambos - Puede venir hasta aquí señor Hwang? - le indiqué que se acercara y él me miraba como si me hubiera crecido otra cabeza pero se acercó. Una vez delante de mí le sonreí y me miró más extrañado aun. - Ahora pídamelo. - me miró confundido.
-Qué te pida qué? - mi sonrisa se amplió a un más.
-Pídame que me case con usted - ahora si me miraba como si me hubiera vuelto loco, y yo temía que me dominara un ataque de risa en cualquier momento - de rodillas por favor... o tal ves... quiere buscar otra prometida? - me lanzó una mirada asesina y después de mirar varias veces del piso a mi y luego de nuevo al piso puso una de sus rodillas en el, no sin antes verificar que no había nadie en el subnivel de la empresa.
Yo trataba por todos los medios de no reír como loco porque... en serio estaba disfrutando de ver a mi jefe, el todopoderoso Hwang haciendo por una vez algo que yo había pedido.
-Estás disfrutando de esto verdad? - sin poder ocultar mi sonrisa asentí, el suspiró frustrado - muy bien terminemos con esto rápido... Kim Seungmin te casarías conmigo? - por su tono de voz más parecía que me quería matar que casarse conmigo... aunque creo que ese era el caso.
-Ummm no lo sé, realmente no me agradó la forma en que lo dijo... creo que no voy a aceptar - rodó los ojos y me miró fijamente, y después de inhalar y exhalar varias veces volvió a hablar.
-Mi querido Seungmin? - lo miré y aguanté la risa.
-Sí? - él volvió a torcer los ojos.
-Mi dulce Seungmin - ok se estaba pasando con el sarcasmo.
-Sí? - frunció los labios para luego dedicarme una sonrisa algo rara.
-Te casarías conmigo? - bien al menos lo dijo no?
-Umm realmente no me gustó el sarcasmo en su voz... pero - ya mi jefe se había levantado por lo que tomé su mano entre las mías, para cerrar el trato - acepto casarme con usted!!

I hate you BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora