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En serio quería desaparecer, me sentía muy avergonzado con todas esas miradas sobre mí, pero… la tensión en el cuerpo de Seungmin, el ligero temblor en la mano que sujetaba con fuerza la mía y su labio inferior aprisionado por sus dientes demostrándome que sí, que ese era un hábito reflejo de su ansiedad, me hicieron quedarme allí y enfrentar la mirada de su padre.
-Cómo te atreves Kim Seungmin!! No te basta humillarme con que no vas a ser capaz de darme nietos por tu gusto por los hombres!! Si no que además te t-e acuestas con tú jefe qu-e m-ás – ahora fui yo él que sujetó con fuerza la mano de mi secretario, tratando de contener la ira que me dominó al oír a ese hombre insultar a la gran persona a mi lado… porque, Kim Seungmin es alguien que no se merece esas palabras… le gustaban los hombres? Sí, pero no veo como eso pueda ser algo malo, si él es feliz así, entonces no puede ser malo, y ahora la culpa también me carcomía por dentro… porque yo arrastré a Seungmin a esto… y ahora su padre estaba haciendo que sus ojos estuvieran al borde de las lágrimas.
-Señor Kim… no voy a permitir que le hable a Seungmin de esa manera – lo miré seriamente.
-Ahhhh y supongo que pronto recibirás un ascenso por complacer a tú jefe no? – la doble implicación de sus palabras hicieron que me hirviera la sangre, porque en el fondo tenía razón y… me molestaba.
Me molestaba que así fuera como las personas lo vieran, solo porque practicamente obligué a Seungmin a pedir algo a cambio, no significa que él no sea talentoso en su trabajo y se merezca el ascenso.
-Kim Wonpil!!! Atrévete a decir una palabra más y no duermes hoy en esta casa!!! – la madre de Seungmin gritó iracunda y pude ver la sangre abandonar el rostro del padre de Seungmin, el cual solo atinó a marcharse murmurando por lo bajo.
-Muy bien quien quiere más pastelillos de pescado? Los hice yo misma – de pronto todo volvió al bullicio anterior trás el anuncio de la abuela de Seungmin.
Los dos continuabamos con las manos entrelazadas, hasta que me percaté y algo sonrojado me separé de él. Me sentía raro, miré su rostro, yo… me sentía preocupado por él.
-Estás… esta-ás bien? – me miró asombrado y asintió sonrojado.
-Gra-gracias – lo miré confundido, por qué me agradecía cuando debía culparme? – por defenderme… siento mucho que… mi padre se haya… comportado de esa forma – observé como nuevamente se mordía el labio y algo dentro de mí me comenzaba a molestar… nuevamente… la culpa.
-Minnie… lo siento hijo… yo – el suspiró y le dedicó una sonrisa triste a su madre.
-Tranquila mamá, sé que lo hiciste con la mejor de las intenciones – de pronto noté que algo había llamado su atención y con una disculpa me dejó con su madre.
-Lo siento también Hyunjinie.
- Hyunjin – le corregí.
-Si, la relación de mi esposo y Seungminnie es… difícil – ni que lo diga, creo que la palabra difícil se quedaba corta. Asentí a sus palabras. –pero ven conmigo todavía hay muchas personas que quieren conocerte. – negué con la cabeza.
-Ahh, muchas gracias pero… prefiero esperar por Seungmin – ella me sonrió divertida y algo en su sonrisa provocó que me sonrojara apenado.
-Ahh entiendo… quien diría que terminaría mi Minnie contigo, después de todo lo que nos decía de ti – sin prestar mucha atención a lo ofensiva que podían sonar sus palabras la mamá de Seungmin se marchó murmurando.
Suspiré y me dediqué a observar mi alrededor mientras dedicaba inclinaciones de cabeza cordiales a las personas que pasaban por mi lado, que por suerte eran capaces de leer mi aura, y no se acercaban mucho más. Miré a lo lejos y noté la piel miel de mi secretario quien reía tan natural y feliz como si no hubiese discutido con su padre segundos antes.
Sonreí ante la vista hasta que fruncí el ceño al notar algo más, él no reía solo, estaba hablando con otro hombre y… por qué ese chico de pelo azul me resultaba conocido?
Espera… no es ese el chico con el que Seungmin regresó el día de la fiesta del castaño loco?
Quién era ese chico?
-Hola!!! – un brazo alrededor de mis hombros me hizo brincar en el lugar. Me alejé del contacto y me encontré con un chico con sonrisa extraña, pelo alborotado y un lindo hoyuelo. – hola me llamo Changbin! – tenía una energía… algo rara.
Me extendió su mano y lo ignoré completamente. Traía una bandeja con unos canapés y vestía lo que clasifiqué como la versión campesina de un camarero.
- Hyunjin – fue lo único que respondí para no parecer totalmente desagradable, aunque no es que me importara.
-Entonces… eres de Seúl?- asentí devolviendo mi vista a mi secretario quien seguía sonriendo absorto en su burbuja con aquel chico… que seguía resultándome conocido – se ven bien juntos no?- miré al chico raro para ver de que hablaba, y sí, se refería a mi secretario, asentí esperando por más información –eso es porque antes eran novios, ellos se conocen de toda la vida.
Novios? Volví a mirar a mi secretario y aquel chico, y recordé.
Ya sabía porque me resultaba familiar, Seungmin tenía una foto de ambos sonriendo en su apartamento, pero el chico no tenía el pelo azul en la foto por eso no los había relacionado antes.
La pregunta aquí es… mi secretario tenía sentimientos por aquel chico al punto de guardar una foto de ambos en su apartamento? O… tal vez… tenían una especie de relación a larga distancia de la que no conocía?
Fruncí el ceño.
-Quieres un pastelillo de pescado? – volví a la realidad con mi acompañante aquí presente.
-No gracias… como dijiste que se llamaba el chico que conversa con Seungmin? – el chico raro volvió a sonreir y tomó uno de los bocadillos y lo acercó a mi boca. Lo miré asombrado por su atrevimiento.
-Se llama Christopher pero todos los llamamos Bangchan, en serio están muy buenos deberías probarlos!!! – así que Bangchan o Christopher...
Estaba apunto de rechazar de nuevo su oferta cuando en el momento en que abrí la boca el chico raro puso un pastelillo en ella, haciendo que casi me atragantara, sin otro remedio comencé a masticar.
– Están buenos no? – lo fulminé con la mirada, y mi campo de visión fue atraído por mi secretario quien se acercaba a mí con los ojos totalmente abiertos y algo asustado.
Y ahora que pasó? 
Seungmin no tuvo tiempo de decirme nada cuando alguien gritó.
-Es hora de que cuenten como fue la propuesta – propuesta? No se referían a… tragué rápidamente asustado y casi me ahogo por lo que recibí fuertes palmadas en mi espalda de parte del tal Changbin.
-Propuesta?  -miré alarmado a mi secretario quien me miraba totalmente nervioso mordiendo su labio nuevamente.
-Minnie y  Hyunjinie!!
- Hyunjin! – volví a corregir a la madre de Seungmin.
-Vengan con nosotros todos están esperando – miré a la abuela de mi secretario para luego mirarlo a él con estupor mientras eramos arrastrados por ambas mujeres hacia una sala donde habían muchas personas sentadas cómodamente, esperando que algo sucediera. Al parecer Seungmin y yo eramos el show de la noche.
La abuela y la madre de Seungmin tomaron asiento, pude ver al chico de pelo azul, Bangchan, y al chico raro de hace un momento, Changbin. Todos nos miraban con caras expectantes.
-Bueno ya pueden comenzar… quien contará la historia? – la madre de Seungmin nos preguntó. De qué historia estaban hablando?
-Mmmm qué historia? – se escuchó un suspiro colectivo y la abuela de mi secretario me miró como quien le va ha hablar a un niño de 5 años.
-La historia de como se propusieron, como fue que se pidieron en matrimonio – su tono me hacía sentir algo… idiota.
-Creo que es mejor que  Hyunjin cuente la historia, es algo que a él le encanta hacer… no es verdad... amor? – amor? Lo miré con ganas de matarlo al ver su risa maliciosa y escuchar su apodo cariñoso.
De pronto tenía todos los ojos de los presentes fijos en mí con expectativa.
Suspiré y miré a Seungmin.
-Quieren que les cuente como fue que sucedió, como terminamos prometidos? – ellos asintieron y por mi mente pasó todo, desde Seungmin vestido de mujer, la reunión con mi tía y los accionistas, yo diciendo que su nombre era Saeron, como lo obligué a aceptar ser mi prometido, como me hizo humillarme para pedirle matrimonio, y como terminamos hoy aquí. Sí, realmente soy el malo de la pelicula aquí pero… si contábamos esta historia soy él que menos tiene que perder… yo no conozco a ninguna de estas personas, pero sé que hay partes que les van a gustar. Sonreí con sorna. – por donde debo empezar “amor”?- vi como se tensó con el mote cariñoso -  Qué tal antes de la fiesta de tú amigo Felix? Cuando estabas en casa tan…– los ojos de Seungmin se abrieron y me miró enojado – atareado.
-Pero quien se propuso a quien? – preguntó una señora que tenía cara de ser la cotilla del pueblo. La expresión de Seungmin se iluminó y está vez fui yo quien lo miró enojado al percatarme de por donde iban sus pensamientos.
-Jinnie se me declaró y fue lo más divertido que me ha pasado en la vida – Jinnie? maldito secretario, todavía podía recordar su cara de satisfacción cuando me tenía pidiéndole matrimonio en el suelo.
-Divertido? Cuéntanos, porque tú prometido aquí, no tiene cara de divertido – miré malhumorado al dueño del comentario, un señor que parecía tener unos tragos de más.
-No fue romántico Min? – el tal Bagchan le preguntó con preocupación a mi secretario, y yo lo fulminé con la mirada.
-Si lo fue – respondió Seungmin, lo fue? Lo miré un poco confundido. –  Hyunjin pasó todo el día conmigo en la fiesta de Lix, y fue el alma de la fiesta – era yo o se podía notar el sarcasmo en su voz? Vi al tal Bangchan fruncir el ceño contrariado – luego muy preocupado por como yo estaba vestido, me llevó a una cena en un lugar adecuado – sí, definitivamente era sarcasmo en su voz – me llevó a conocer a su tía y luego… - Seungmin dejó de hablar de repente.
-Y luego? – preguntó su abuela impaciente.
-Luego… me dejó en mi casa – se oyó una queja colectiva y no pude evitar una sonrisa, que no pasó desapercibida por mi secretario - pero al día siguiente bien temprano en la mañana me llevó a la joyería más cara de la ciudad y me compró este bello anillo – enseñó el anillo y entrecerré los ojos al apreciar algo de orgullo en su voz. Bueno, supongo que después de todo si le gustaba el anillo.
Se pasó toda la mañana mirándolo disimuladamente, o lo que él creía que era disimulado, hasta que decidí comprárselo, después de todo si era él quien lo iba a usar debía al menos gustarle no? – luego se arrodilló, y con lágrimas en sus ojitos dijo que me necesitaba, a mi, su dulce Seungmin, y comenzó a rogarme, a suplicarme, a implorarme que me casara con él y entonces… - lo miré malhumorado.
-Y entonces él dijo que sí y ya, se acabó – todos nos miraban un poco sorprendidos, o mejor dicho, me miraban sorprendidos, podía ver que en sus campesinas mentes estaban tratando imaginarme de la forma en que me había narrado Seungmin. Escuché a una jovencita decir que no encontraba nada divertido.
-Bueno eso fue… inesperado – comentó el tal Bangchan y pude ver que Seungmin aun no dejaba de reír.
-Eso fue muy romántico – la misma señora cotilla se limpiaba las lágrimas emocionada. Muy exagerada esa mujer diría yo, eso… no fue para tanto.
-Y ahora que tal un beso para celebrar a la hermosa pareja – estaba confirmado, ese tipo había bebido de más.
Seungmin sonrió incómodo y los dos nos negamos.
Estaban locos!!!
Pero luego todo el mundo comenzó a gritar: “beso!!!”, “beso!!!”, “beso!!!” a lo que Seungmin completamente azorado se acercó y besó mi mejilla haciendo que ambos nos sonrojáramos.
-Pero Minnie qué es eso? – le gritó su abuela dejándome sorprendido – dale un beso de verdad!! Uno francés!! – Seungmin fulminó a su abuela con la mirada, y luego se volteó a verme apenado.
-Lo siento solo… piensa en alguien más si quieres – qué piense en alguien más? Por qué debería…
No tuve tiempo de continuar pensando cuando sentí los cálidos labios de Seungmin sobre los míos.
Él los movió lentamente, sin siquiera profundizar el beso, solo rozando nuestros labios.
Y todo pasó muy rápido.
En un momento nos estábamos besándonos, y en el siguiente nos mirábamos extrañados.
Las personas comenzaron a rodearnos para felicitarnos y yo me encontraba como ido.
Porque sí, había pensado que besar a Seungmin no me supondría ningún problema pero…
Sentir que una corriente había traspasado mi cuerpo, que mi estómago se volvía cálido, que cualquier pensamiento coherente volaba de mi mente, y que durante unos segundos solo existió para mi Seungmin y lo que me estaba haciendo sentir…
… fue algo… totalmente inesperado.

I hate you BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora