𝑯𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐

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Canadá
16 de noviembre

Ese tan esperado momento había llegado después de tanto tiempo, todo sucedió conforme a lo necesitó...

Sopresivamente.

Poco a poco se levantó y con un ojo medio cerrado se dirigió al baño para poder bañarse y sentirse más cómoda.

Era su cumpleaños y no sabía exactamente cómo sentirse, pues siempre que llegaba ese día algo malo ocurría, algo que la dejaba desolada y sin ganas de querer sentir algo de nuevo.

Porque un 16 de noviembre perdió a su padre.

Porque un 16 de noviembre la pasó en el hospital.

Porque un 16 de noviembre nadie recordó que existía.

Porque un 16 de noviembre dejó su hogar.

Y es que simplemente no tenía más ganas de volver a celebrar "su" día, a pesar de que ella era una chica que siempre se emocionaba al recordar que pronto cumplía años.

Ella no odiaba su cumpleaños, al contrario, solía estar siempre emocionada por tal evento y planear que cosas haría en su día.

Ya sea sola o acompañada, siempre le emocionaba ese hecho.

Era algo que le pertenecía, ¿por qué la vida siempre se encargaba de quitárselo?

Era su día, hasta que alguien decidió arrebatárselo.

Hacía tres años que no celebraba su día, a pesar de siempre tenerlo en mente no lo celebraba, no sentía ganas de volverlo a hacer.

Fue hasta ese día, donde se levantó y una ligera emoción recorrió su cuerpo alojándose en su estómago, pues el día anterior Luther dijo que había preparado algo para ella.

Él se había tomado el tiempo de preparar algo para ella.

¿Eso era físicamente posible?

¿Cómo es que alguien se había tomado el tiempo para recordar su cumpleaños y celebrarlo?

Tal vez sentía emoción, porque la pasaría con el chico que le gustaba y apreciaba desde que lo conoció más a fondo.

Sus niveles de felicidad aumentaban al pensar en él y en su bonita forma de ser.

Debería ser un día especial, ¿no?

Aunque en su corazón deseaba que no pasara nada malo ese día.

Rogaba que todo estuviera bien, porque si no...

No sabía que sería capaz de hacer.

Salió de su habitación y comenzó a arreglarse para el día, pues Luther la había citado en la noche y se arreglaría para ello más tarde.

Por ahora, salió a su antigua universidad, decidiendo permanecer ahí durante los últimos meses que le quedaban para pasar ahí, obviamente se cuidaría más en todos los aspectos.

Tomaría sus tres últimas clases del día y trataría de dejar de tener tanto miedo, al menos solo por esa vez.

(...)

Definitivamente no estaba tranquilo ¿Cómo es que los días habían pasado tan rápido?

Todo sería en algunas horas y estaba totalmente presionado a que todo estuviera bien para ella, no quería que algo saliera mal.

Revisando los últimos detalles, pudo notar que en sus últimos reportes no había tanto avance, ya que de ella solo se sabían muy pocas cosas.

Lo cual era bueno, pero a la vez malo. Bueno porque no quería que ella estuviera en peligro y malo porque su padre lo presionaría más.

𝑳𝒂 𝑴𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 | 𝑳𝒖𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora