𝑷𝒆𝒍𝒊𝒄𝒖𝒍𝒂

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Llevaba una taza de café con leche entre sus frías manos, el calor del líquido llegaba a sus palmas haciendo que entraran en calor. El clima frío y algo nublado siempre la hacía feliz, le gustaba pasar tiempo en casa, en la soledad de su casa.

Aunque siendo honestos, había días en los que deseaba desesperada que su casa no estuviera silenciosa, que hubiera una voz, que existiera algún calor en su casa. Quería que hubiera algo que la hiciera desear entrar a casa después de un día de estudios y trabajo agobiante. 

Desvaneció sus pensamientos y se sentó en su sillón pequeño gris y dio un ligero sorbo a su café; sonreía mientras tomaba el control de su televisión y ponía algo de música.

Música moderna...

Halley's Comet de Billie Eilish sonaba en la sala.

Tarareaba un poco la letra de la canción, no le gustaba cantar ya que sabía que lo hacía horrible, según ella.

Vio la hora, eran al rededor de las 11 a.m. y pensó en comenzar a arreglarse, tenía que hacer algunas cosas antes de reunirse con Luther.

Terminó su café y limpió un poco su habitación, no le gustaba el desorden. Pensaba que lo mínimo que debía hacer todos los días era limpiar su habitación.

Aunque a veces suele irse de más y terminar limpiando toda la casa, no puede sentirse culpable por ellos. El orden siempre le transmitía tranquilidad.

Tiempo después buscó alguna vestimenta que quedara con el clima: frío y con viento.

Tomó un pantalón de mezclilla negro, una blusa de manga larga color gris claro que le quedaba algunas tallas más grande y unos clásicos vans negros.

Llegó al baño para poder maquillarse ligeramente, le gustaba hacerlo ya que la hacía sentirse un poco mejor con ella misma.

Delineó sus ojos con lápiz negro, rizó sus pestañas y colocó máscara para pestañas.

Se vio al espejo y tuvo un sentimiento algo extraño.

Hoy...

Se sentía sola, más que los demás días.
Bajó la cabeza y apretó los ojos con fuerza.

Te extraño muchísimo.

No quería llorar de nuevo, parpadeó bastantes veces y logró hacer que desaparecieran esas lágrimas que brotarían de sus ojos.

Ese sentimiento de soledad se había hecho más presente últimamente, extrañaba su antigua vida y a las antiguas personas que había en ella.

Extrañaba todo y a la vez nada.

Porque si bien es consiente de que cada cosa sucede por algo, también es fiel creyente de que no puede obligar a que pasen ciertas cosas.

Y tenía la ligera sensación de que algo o alguien estaba obligándola a llevar el estilo de vida que llevaba hasta ahora.

Alzó su teléfono y vio la pantalla de bloqueo, el reloj marcaba las 2:30 de la tarde, casi llegaría la hora de ver al "extraño" como lo llamaba ella.

Tomó su pequeña mochila, una gran cantidad de aire y salió de su departamento.

Llegó al parque y se sentó en la única banca seca debajo de un árbol.

Maldito frío, te odio pero te amo.

Se abrazó a sí misma, mientras buscaba con la mirada a Luther.

Hubiera dado lo que sea por tener algún abrigo en ese momento, el frío comenzaba a hacerse más presente y ella solo traía puesta una simple blusa.

(...)

𝑳𝒂 𝑴𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 | 𝑳𝒖𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora