𝑷𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆

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"Es solo un tiempo, no toda la vida"

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Luther comenzó a desvestirse, se adentró a la regadera y empezó a lavar su mediano cabello rubio, que por estar húmedo se veía más oscuro.

Amaba las largas y relajantes duchas, aunque siempre trataba de no desperdiciar tanta agua.

El aroma a menta llegó a su nariz y sonrió inconscientemente, sin embargo, esa sonrisa desapareció segundos después.

Pensaba en ______ y lo difícil que sería ganarse su confianza.

No la conocía y ella tampoco a él, debía ser cuidadoso con sus palabras y sus acciones. No quería que algo saliera mal.

_____, ¿serás buena persona?

¿Lograré convencerte?

¿Podré cumplir el objetivo?

Soltó una pequeña risa.

Espero que seas buena. 

Tiempo después terminó de ducharse, enrolló una toalla un poco más abajo de su cintura y salió del baño.

Con una toalla más pequeña secaba su cabello.

Abrió los ojos a tope al ver a cierta joven sentada en el borde de su cama, le daba la espalda pero sabía bien quién era.

—¡Allison! ¿Qué estás haciendo aquí? Y sin tocar —colocó la toalla que tenía en sus manos sobre su torso.

—Lamento no avisar, Luther —no volteó a verlo.

—Si, yo... —negó y fue al armario rápidamente.

Buscaba ropa y en cuanto la encontró no dudó en ponérsela lo más rápido que pudo.

—Yo... quería hablar contigo —Allison habló desde afuera.

—Que coincidencia, yo también quería hacerlo —subió su pantalón— Iba a hacerlo, lo prometo.

—Debemos hacerlo, ¿no crees?

—Claro que lo creo —salió del armario ya vestido.

Allison por primera vez volteó a verlo.

—¿Por qué me dejaste? ¿Por qué de esa forma?

Luther pudo notar sus ojos algo cristalizados, sabía que ella estaba triste por su culpa y eso hacía que doliera un poco más.

Hacer llorar a alguien que amaba, siempre lo haría sentir miserable de alguna forma.

—No lo veas de mala forma, es solo que... —fue interrumpido.

—No, por favor dime —veía sus ojos directamente— Dime cual fue el problema. No peleábamos, no nos tratamos mal nunca, hablábamos...

—Lo sé y agradezco mucho eso —se sentó a su lado en la cama— pero... ¿no crees que sería raro un romance entre hermanos?

—No somos hermanos —negó— y al inicio nunca te importó eso, decías que no había por qué preocuparse.

—Una relación viviendo en la misma casa es difícil, yo quiero que estés bien y si en dado caso hubiéramos terminado mal no quería que mi presencia fuera a incomodarte. Papá lo tomaría a mal y el castigo podría ser muy fuerte para ambos —bajó la voz— Solo quiero liberarte de lo malo que conlleva estar conmigo.

—N-no —titubeó por un segundo— Luther, me terminaste en pleno entrenamiento y sin explicación. ¿Acaso son solo esos motivos? Tu no eres así, no podrías...

—Lo siento, ¿si? Debí haberlo hecho en otro momento, pero si no lo hacía en ese momento nunca lo iba a hacer —sentía como ella iba sintiéndose peor con cada palabra que él pronunciaba. 

—¿Ya no me quieres? ¿Hay alguien más?

Él guardó silencio por unos instantes.

—No hay alguien más, pero... —tomó aire— Allison, yo ya no siento amor por ti o al menos ya no de forma romántica.

Allison veía sus ojos aún, una lágrima resbaló por su mejilla.

—¿Y todo lo que hicimos juntos?

—Allison, sé que es difícil y yo no quiero que...

—Las citas, los besos, los abrazos... ¿Todo fue falso?

—No lo veas de esa forma, Allison...

—¿Por qué? Dime... —negó, bajando la vista ante la inegables lágrimas— Me hiciste creer que me amabas.

—Y lo hice. En su momento lo hice.

—¡No! —dijo algo fuerte— pero ¿sabes algo? Está bien —sonrió, aunque no parecía hacerlo— Lo entiendo.

—No quiero lastimarte, solo espero... —nuevamente fue interrumpido.

—No quiero escuchar nada más —se levantó— Eres... —negó— esperaba más de ti en la relación.

Y sin decir nada más salió de la habitación de Luther cerrando la puerta con cuidado.

El rubio soltó todo el aire contenido, recargó sus codos sobre sus rodillas y tapó su rostro.

Le dolía ver a la chica que antes fue su amor sufrir por él.

Al menos pude resolver sus dudas, supongo.

Talló un poco su rostro y vio el suelo.

¿Desde cuando dejé de verte de esa forma?

Ese fuerte latido que sentía al verla ya no era presente, esa emoción por querer compartir su tiempo con Allison ya no estaba más ahí.

Y había decidido cortar ese lazo para no lastimar de más a quien antes amó con todas sus fuerzas.

Aunque en el fondo sabía que lastimarla era algo que sería inevitable.

Saldrían lastimados.

Y tal vez alguien más que otro.

Seguía una etapa de duelo en su vida, viendo a Allison cada día, como ahora su "hermana".

No sabía exactamente cómo lidiaría con todo esto, no quería que Allison llegara a tenerle un tipo de rencor aunque parecía que ya lo despreciaba.

Su pecho dolió, porque sabía que había estado rompiendo aquellas promesas que le dio al caer la noche, aquellas que pensaría que serían eternas.

Esa lágrima traicionera que decoró su rostro le hizo sentir que realmente le afectaba su rompimiento.

¿Y como no hacerlo?

Allison había sido su primer amor, el único hasta entonces y jamás imaginó que él sería el primero en dejar de sentir.

No fue un sentimiento fugaz, nunca lo fue.

Pero todas las etapas acaban y esta, del romance, había acabado completamente para Luther.

Perdóname, Allison.

Soy un idiota.

Luther aún pensando en lo que había ocurrido se terminó de arreglar, casi llegaba la hora de su cita.

Era extraño, sus ojos estaban humedos al igual que su rostro, estaba físicamente y emocionalmente decaído pero debía alejar esos pensamientos de su mente. No quería que la señorita lo viera vulnerable, no podría.

Con sus jeans negros, camisa blanca simple y sudadera gris salió de la academia.

Luciendo fisicamente como un joven normal.

Aunque nunca lo sería.

O tal vez nunca lo fue...









Cap, cap, cap, he vuelto :D

Voy a dar lo mejor de mi para que puedan disfrutar de este libro.

Gracias por leerme, los quiero <3

Foquito se despide.

𝑳𝒂 𝑴𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 | 𝑳𝒖𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora