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Ingreso a su hogar con tranquilidad cuando escucho gritos que lo confundieron, se encamino a la cocina solo para llevarse la sorpresa de que Shiduo estaba ahí como si nada y miraba a su hermano con altanería.

- ¡Idiota, ya te dije dejaras de lloriquear como un marica! - fue lo que le gritó el bicolor mientras sonreía como un desquiciado.

- ¡Maldición, perdí la apuesta! - grito este devuelta a la vez que miraba los papeles con impresión.

Rin entendió que paso al instante, pero primero preguntaría qué rayos sucedía, suspiro llamando la atención de los otros dos, Sae solo le miro con el ceño fruncido y Shiduo con su típica sonrisa de psicópata.

- ¿Se puede saber que está pasando? - pregunto dejando aún lado su bolso y caminado hacia ellos.

Shiduo sonrió socarronamente y le arrabato los papeles a Sae, se los dió a el mientras se sentaba y ponía su barbilla en su mano, la cual estaba apoyada en su pierna.

- Que tú hermano perdió la maldita apuesta - expreso con burla sin dejar de sonreír.

Rin miro a su hermano y este le miraba con un animal salvaje a su presa, el solo le ignoro y miro el papel, las cuales eran unas fotos de una cámara, de un hotel más específico, ella salía ahí con un hombre muy alto el cual la tenía por la cintura.

Miro en la esquina la fecha llevándose una sorpresa, fue el día que Sae cumplió su primer año, aún lado de esta foto, estaba otra, la de su padre, quien salía con alguien más, no puede distinguir bien el rostro de esta persona, hizo lo mismo con la anterior y miro hacia la esquina la fecha.

Está vez fue el día de su nacimiento, recordo que le habían contado que su padre tuvo una conferencia en otro país un día antes, pero la verdad era se fue a ver a su amnte.

Suspiro y negó mientras volteo a ver a Sae, este le miraba serio, sin decir nada, así que el se adelantó hablar al ver que este tenía esa intención.

- Primero que nada, estoy indignado con esto - señaló el papel - segundo, nuestros padres son una mierdas y tercero... - guardo silencio mientras suspiraba - ¡Ja!, ¡te gane en la maldita apuesta hermano! - se burló mientras se lo restregaba en la cara.

- Ok si ganaste - acepto - ¿que vas a querer a cambio? - pregunto irritado.

Rin hizo una seña y fue buscar en su bolso algo mientras Shiduo como si fuera dueño de la casa, se levantó y fue a buscar en el refrigerador que comer, Rin volvió luego de unos segundos y puso su teléfono destrozado en la mesa, Sae le miro extrañado y señaló el celular.

- Quiero otro celular, el mío quedó hecho puré.

- ¡Ja!, así quedo una vez mi teléfono cuando lo lanze desde el balcón del departamento - ante ese dato, Rin y Sae miraron a Shiduo como si eso fuera normal en su día a día.

Pues esa vez ellos presenciaron eso, iban a visitar al moreno cuando un celular cayó del cielo frente a ellos, luego de eso escucharon los característicos gritos del bicolor, quien gritaba hasta de que se iba a morir todo el mundo.

- ¿Se puede saber ir que tú teléfono quedó así? - hablo Sae con seriedad mientras tocaba el objeto destruido.

- Isagi me estaba llamando.

Sae solo soltó un suspiro y asintió en compresión, en cambio Shiduo miro a Rin y a Sae antes de comenzar a gritar como siempre.

- ¡Ahg, el mediocre de Yoichi, ¿que hizo ese bastardo ahora?! - exclamó con molestia mientras miraba con seriedad a Rin.

- Nada - evadió el tema - solo cumple con tu parte Sae y Shiduo - volteo a mirar el nombrado - quédate el tiempo que quieras, gracias por conseguir esa información.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora