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Entonces...., ¿cuando pensarás decirle al Tío Sae y Shiduo que piensas convertirlos en lobos?  — pregunto Felix a través del lazo con curiosidad mientras caminaban por el bosque en su forma lobuna.

El lobo mayor lo miro de reojo y gruño un poco mientras se detenía en el arrollo a beber agua del río.

Por ahora no diré nada pero, dentro de una semana lo haré.

Felix asíntió a la repuesta y se sentó en sus cuartos traseros a la vez que miraba al bosque delante de ellos.

El joven lobo se paralizó al ver unos ojos dorados que no recordaba pero que hicieron que su corazon latiera rápido, alzó sus orejas con curiosidad y miro al vampiro.

Rin, quien se había recostado en el suelo para descansar un rato, no se percató de esto, estaba más concentrado en que tenía que hacer para pedirle perdón a Edward y hablar con su hermano que de su hijo.

El cual se levantó y camino a la punta del arrollo para ver mejor al vampiro que lo tenía hipnotizado.

Sin pensarlo dos veces, Félix corrió al bosque y Rin reaccionó a esto con curiosidad, antes de que pudiera correr tras el chico, este le hablo por el lazo;

Volvere tarde, no te preocupes, creo que descubrí un fuego en esta lluvia.

Aquella respuesta lleno de más dudas a Rin, el cual ahora sumo a su lista hablar seriamente con Félix.

[...]

Por otra parte, Félix corría a toda velocidad del vampiro de hacia lo mismo, pero que huia de el, Félix entrecerro sus ojos y corrió hacia toda velocidad a la izquierda para saltar a un árbol y escalarlo, empezando a saltar entre árboles.

Por un momento el vampiro al que seguía se detuvo al ver que ya no era seguido, pero grande fue la sorpresa en sus ojos cuando un gran lobo peludo de color negro cayó volando de los aires encima de él.

— Ahg... — jadeo por lo bajo cuando ese lobo cayó encima de él.

El animal lo miro fijamente con sus ojos verdes brillando en un celeste fuertemente, el lobo no apartaba su mirada de el a la vez que respiraba agitado.

— ¿Que quieres lobo? — pregunto con rabia mientras intentaba apartarlo de encima de él, solo logro que el animal chillara feliz y empezará a lamer su cara.

Algo que le causo desagrado y asco al vampiro mientras volteaba su cara para evitar las lamidas.

— ¡Para lobo! — grito asqueado, pero el otro chillo feliz y se levantó de el mientras saltaba alegremente en sus cuatro patas, el hombre lo miro sin entender.

Pronto Félix tomo su forma humana y agitó su mano feliz hacia al otro, quien miro asombrado al chico.

— ¿Félix, eras tu? — exclamó impresionado mientras se sentaba en el suelo y miraba al chico siendo ya todo un adulto joven.

— Hola Jasper, lamento haberte perseguido, acorralado, lamido y otras más... — dijo con ese característico humor amigable y juguetón mientras le sonría al Cullen.

Jasper suspiro y miro con una ceja alzada al hijo de Rin, no sabía que habían vuelto luego de unos años.

Escaneo a Félix con la mirada, encontradose con el chico había cambiado desde la última vez que lo vio, la piel de Félix era un poco pálida pero con un pequeño toque rosa en sus mejillas por el esfuerzo físico, era alto, un poco musculoso pero no tan exagerado como Rin lo era, su cabello negro parecía un nido de pájaros, algo normal ya en el chico, tenía facciones duras pero delicadas a la vez pero algo adorable.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora