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Edward, no quiero ser duro contigo, no quiero forzar nada, no quiero ser alguien entrometido pero hijo, Rin es tu pareja elegida, tu compañero de vida, aquella persona por la cual compartirás el resto de tu vida, esa persona la cual haría hasta lo imaginable y la cual haría por ti tantas cosas.

» Hijo, el amor es aquello lo cual nos enseña el como vivir, la manera en la cual uno arriesga, uno vive, ama, ríe y llora, no todos llegan a tener la dicha de ser amados o amar, Edward en la cena note el como Rin te miraba cuando tenía algún duda, en el como solo confiaba en ti para hacer un movimiento, a quien busco en su momento de miedo Edward, y no, no te estoy hechando en cara ciertas cosas que tú vez como algo normal, pero que hace falta para que entiendas que no puedes negar aquello que ya está hecho para ti, no sigas negando tu otra mitad, esa la cual fue solo hecha para ti.

— ¿Y que sucede si lo arruinó, que sucede si no quiero herir o ser herido?

— El amor es una manera en la cual descubrimos miles de maneras de vivir, en dónde encontramos a nuestra mitad, esa persona la cual nos acompañará sin dudar a qué, quien nos sacará una sonrisa y nos amara, si, tal vez en el camino se sufre, se llora pero, cuando le miramos a los ojos y encontramos ese brillo, nos damos cuenta que hicimos lo correcto, entonces llegarás a ese punto que dirás ¿Esto es el amor? y mientras tú tienes esa duda, te mirara a los ojos y ese brillo de felicidad, aquello que tanto te hace quererle, te confirmara que hiciste lo correcto, que estás con quién es para ti, tu mitad, tu pareja y sobretodo, tu compañero de vida.

— Y-yo...

— No tengas miedo a amar, si no lo intentas, no sabrás el como hubiera sido, si esas famosas mariposas son reales, si es cierto que cada vez que veas aunque sea una pequeña parte de su sonrisa, te haga sentir miles de emociones, hasta al punto que digas, Te amo y que te responda lo mismo pero con esa sonrisa y ese brillo en sus ojos mientras ambos se miran a los ojos y sin miedo alguno diga también; Te amo...

[...]

Edward miraba el techo de su habitación mientras había una pequeña inquietud en su pecho, desde aquella charla con Carlisle se ha sentido raro, por alguna razón, su cuerpo y una parte de el le exigía ver a Rin.

No entendía nada, solo sabe que cuando lo ve, su cuerpo se queda quieto y sienta la extraña necesidad de estar cerca de el.

Suspiro mientras se sentaba en su cama y recordaba la última vez que estuvo cerca de Rin, aproximadamente una semana atrás, una semana fue la última vez que lo vio.

El sabía muy bien que Rin estaba molesto con el cuando nego su lazo de pareja, sabía que que eso había molestado al asiático, por eso fue que se bajó del auto y se fue.

Insultandose por lo bajo por su estupidez, salió por la ventana de su habitación y corrió hacia al bosque, lugar donde estuvo al rededor de unas 2 o 3 horas.

Cazo algun animal para quitar esa pequeña sed de sangre y camino cerca del río, estaba tan perdido en sus pensamientos, buscando alguna manera de pedirle perdón a Rin que se sorprendió de ver a Félix frente de el.

— ¿Pero que-...

Hola Edward....

Saludo el cachorro con un pensamiento, Edward solo saludo con su mano para luego mirar a todos lados, buscando al dueño del lobo.

— ¿Que haces aquí solo eh? — pregunto mientras empezó a caminar a su lado.

Félix lo miro mientras hacia un intento de sonrisa y caminaba.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora