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Unos ojos aguamarinas apreciaban el rostro dormido de un cobrizo el cual estaba apegado a su pecho como si no hubiera un mañana, cada vez que se movia o se alejaba, estw lo buscaba y escondía su rostro en su cuello.

A Rin le hacía gracia esto, le era muy divertido ver el como Edward no queria que se alejara entre sueños, por eso mismo restregó su mejilla contra la del otro, marcando al vampiro con su aroma para que lo soltará.

No solo lo hizo con el, si no con la almohada también, así que cuando pudo salir de sus brazos, intercambio su lugar con la almohada y salió en silencio de la habitación, no sin antes de tomar unos boxer y un pantalón de chandal negro que tenía cerca.

Se lo coloco con rapidez y cerro la puerta con el máximo silencio que podía para no interrumpir el sueño de su pareja, camino por el pasillo hasta las escaleras y las bajo, cruzó la sala junto al pequeño pasillo que daba a la cocina.

Una vez ahí, busco que podía de hacer de desayuno, registro el refrigerador, los gabinetes y uno que otro lugar, dejo todo en el mesón y empezó con su trabajo.

Hecho los huevos en un tazón mientras en otro agregaba azucar, mantequilla y leche, batio el contenido del recipiente unos segundos con rapidez para luego encender la estufa y poner un sartén ahí con aceite para que calentara.

Camino hacia el recipiente que tenía naranjas y las pelo sin apuro con el cuchillo, hecho las cascaras en la basura cuando terminó su tarea de pelar todas las naranjas, pico cada una por la mitad y las dejo ahí para tomar el tazón con los huevos, los meneo todo con rapidez sin olvidar de echarle su pizca de sal.

Hecho en la sartén caliente el contenido del tazón con huevo, la tapo unos segundos y luego la quito para voltear el revoltillo con una espátula, la dejo ahí unos segundos solo para tomar el tazón con la otra mezcla, le hecho harina, una pizca de sal, una cucharada de aceite y un huevo, lo meneo rápido para dejarlo en la encimera y atender el sartén que dejó con el revoltillo.

Lo reviso, cuando vio que estaba listo, lo saco de la sartén y le coloco en un plato, en la misma sartén, vertió aceite en pocas cantidad para hacer los panqueques.

Vertió tres porciones y fue a dónde dejo las naranjas, tomo una jarra del refrigerador, que dejó en el mesón y empezó a exprimir las naranjas en dicho recipiente, cuando exprimio todas fue a la estufa volteando los panqueques, espero unos segundos y los saco para hacer otra ración.

Volvió con la jarra de naranja, agregándole agua y azúcar, lo revolvió con la misma jarra, estuvo así unos segundos y luego probó el sabor, soltó un jadeo sastifecho cuando el sabor del jugo quedó en su punto, lo guardo en el refrigerador.

Regreso a hacer su tarea de panqueques, que hizo un total de diez, si Edward no quería comer más, no importaba, después de todo el se lo come, por qué hambre tenía mucha.

Busco el tocino y lo hecho en la sartén a la vez que tenía una cucharilla en la boca mientras comía pudin, dejo el tocino friendose para buscar platos que dejó en el mesón, acomodo los panqueques, el revoltillo de huevo que dividió en dos, busco pequeñas frutillas frescas en el refrigerador y también la jarra de naranja.

Colocó todo en el mesón junto a unos vasos, tomo otra porción de pudin y se lo llevó a la boca para volver con el tocino friendose, confirmo que estaba listo para apagar la estufa y dejar los tocinos en ambos platos.

Dejo todo ordenado para ir a lavar los usado para no tener que hacerlo luego.

[...]

Parpadeo un par de veces para intentar despejar el sueño, se estiró en la cama soltando en el proceso un pequeño jadeo cuando el dolor en su espalda baja le llegó.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora