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—Tengo hambre. —se quejo por quinta vez Félix.

Rin le miro de reojo para luego seguir viendo en su laptop las condiciones de sus jugadores.

—Te dije que comieras lo que te di en casa. —recordo con seriedad.

—¡Pero no tenía hambre en ese momento! —expreso con un puchero.

—Eso te pasa por idiota.

—No insultes a Félix. —dijo Edward mientras le pasaba el pie.

El lobo soltó un siseo adolorido mientras reprimía un gruñido, Félix por su parte rió bajo y miro al vampiro con una sonrisita inocente.

—Y tu deja de esquivar tus responsabilidades. —le dijo al menor, quien hizo un puchero y Rin sonrió ladino.

—Dios si pelean. —se quejo Shiduo en el asiento de atrás manteniendo sus ojos cerrados.

Rin simplemente rodo los ojos sin mirarle y seguía con su vista en su laptop, mirando las estadísticas y cada una de las condiciones de los chicos a parte de que armaba un cronograma.

Nadie hablo otra vez, simplemente algunos se durmieron o miraban sus celulares, lo que era el caso de Jasper y Felix, los cuales miraban acurrucados una serie, Shiduo dormia con la cabeza en el hombro de Sae, este simplemente miraba un partido.

Edward estaba acurrucado a su brazo mientras leía un libro a la vez que de vez en cuando se removió levemente, lo notaba incómodo pero no decía nada esperando que le dijera si necesitaba algo.

Ya tenían como unas cinco horas de vuelo, ese día habían abordado el avión para ir a Italia.

Todos estaban tranquilos, bueno Sae y el no han arreglado su pequeña bronca pero lo harán en cualquier momento.

Mientras tanto, lo dejaría pasar, por ahora se concentraría en ver todo lo que tiene que hacer para cuando llegue a Italia, cielos no ha llegado y se siente estresado aparte de fatigado.

—Maldición... —gruño pasando una mano por su rostro, intentado apartar la molestia que sentía y comcentrarse en su trabajo.

—¿Sucede algo cariño? —le pregunto Edward cerrando su libro y mirándole.

Cerro sus ojos y negó.

—Si, solo estoy un poco estresado bebé. —respondio para sonreírle, bueno, lo intento, más bien hizo una mueca.

El vampiro rió por ello y dejo un pequeño beso en sus labios a la vez que acariciaba sus mejillas.

—Descansa, te hará bien.

—Tengo trabajo por hacer.

—Puede esperar. —le dijo, dejando pequeños besos en sus labios, los cuales Rin no se negaba.

—Si lo hago, luego andaré de mal humor. —fruncio su ceño y dejo que su pareja le besara.

—Si aja. —se alzo de hombros y dejo de besar los labios de Rin para empezar a bajar por su cuello.

El lobo se dió cuenta de eso y alzo una ceja mientras sintió un tirón en su vientre que lo hizo sentir raro.

—¿Que haces angel? —pregunto confundido por la repentino atrevimiento de su pareja.

Edward gruño levemente en su cuello y se separo de el unos centímetros a la vez que le miraba con un pequeño puchero en sus labios rosas.

—Nada. —fue lo que dijo y volvió a leer su libro como si nada.

Aquella acción lo había dejado extrañado y un poco atontado, pero no dijo más, trabajo un rato más en su laptop para luego sin darse cuenta quedarse dormido.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora