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Rin miraba las maletas con tantas cosas de Edward como suyas.

Desde hace dos días se habían dedicado a empacar para irse a Italia, dos días en los cuales no hablaba con su hermano porque la cosa aún seguia tensa en ellos.

Soltó un chasqueo bajo a la vez que terminaba de colocar el último bolso en el suelo, todas sus pertenencias estaban en la sala, una que otra de Félix o Shiduo.

Al otro día partirán, por lo tanto estaban siendo organizados para no tener que tener retrasos mañana.

Se rasco el cuello de camino a la cocina, necesitaba beber algo.

Abrió una de las alacenas de aquel sitio y saco una botella de vino, tomo una copa en el proceso que salia de dicho sitio e ir a sentarse en un sillón individual en la sala.

Abrió la botella y sirvió de aquel líquido rojizo en su copa, lo agitó un poco para luego degustarse con aquella bebida, cerro sus ojos rescostandose en el sofá, reposo la mano con su copa en el reposabrazos y de llevó su mano libre a su rostro, con ella masajeaba su entrecejo.

No sabe cuánto duró así, pero oía el como Félix salía de casa y antes de irse decía en un bajo susurro «saldre, vuelvo más tarde» de ahí no supo más, solo mas ruido, algo que le hizo doler la cabeza, andaba sensible desde hace unos días y eso lo tenia de mal humor.

Apretó la mandíbula cuando escucho los gemidos de Shiduo y gruñidos de su hermano, aquello lo estreso más, a veces odiaba su audición súper desarrollada.

Bufo abriendo los ojos para acercar la copa a su boca y beberse de una el vino, colocó la copa en la mesita de centro sirviendo más, dejo la botella en el suelo para tomar su bebida nuevamente.

Cerro sus ojos otra vez y se quedó ahí, esperando que aquel terminara.

Sae y Shiduo aún se estaban acoplando a ser lobos, bueno, su olfato, visión y audición se desarrollo, aun no se podian en convertirse en lobos como el pero Félix dijo que era mejor esperar.

Nego jugando con la copa en sus labios, escucho el sonido la puerta abrirse y luego pasos.

Le iba a ignorar si no fuera porque el aroma de Edward pegó en sus cosas nasales, cosa que lo hizo ronronear ligeramente, por un momento todo aturdimiento se fue.

—¿Pasa algo Rin? —pregunto suavemente Edward, a la vez que se agachaba delante de el.

El menor suspiro y abrió sus ojos, mirando a la persona delante de el, nego dejando de lado la copa para sonreírle ligeramente y no preocuparle más.

—No, todo bien bebé. —respondió con una ligera sonrisa en sus labios, Edward le miro con sus ojos entrecerrados y acercó más su rostro a él.

—¿Seguro?

—Segurisimo. —comento besando los labios de Edward ante la cercanía.

El otro no se nego y le correspondió al segundo.

El vampiro se separó un poco de él y le miro a los ojos a la misma vez que se sentaba en el regazo de Rin con sus dos piernas a los lados de este, quien institavemente llevo sus manos a aquella cintura estrecha.

Dios, sus manos encajaban perfectamente en aquella área.

—Estaba hablando mi padre y Jasper. —empezo diciendo, recibió un "aja" de parte del lobo, el cual se había acercado más al cuello de su pareja y empezar a mordisquearlo ligeramente, Edward quiso soltar un jadeo pero lo contuvo, en vez de de eso, siguió con su plática— .si, entonces me entregaron mis papeles y pasaporte para poder irme contigo.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora