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El sudor cayó por su frente al estar concentrado en hacer sentadillas además de cargar una barra con pesas.

Tenía alrededor de 30 minutos así.

Hoy estaba llevando a cabo una serie de ejercicios que era obligación para todos, necesitaban una buena condición física para el próximo partido que tendrán en un mes.

Eso último le preocupaba, no sabía con exactitud si el bebé vendría una semana antes o luego del partido.

Bufo frustrado dejando caer en un sonido sordo la barra al suelo, consiguiendo que todos sus compañeros le miren buscando si está bien, pero a Rin no le importo, cerro sus ojos mientras sus manos se apoyaron en sus caderas respirando algo agitado por el esfuerzo.

«No puedo dejar solo a Edward»

Paso por su mente aquello a su vez que paso una mano por su frente y quitar el sudor de esta además de apartar su cabello echandolo hacia atras.

Gruño bajo con frustración caminando hacia las duchas para tomar una, hoy se daba auto día libre, se sentía muy estresado, por lo tanto no quería convivir con todo estos imbéciles.

Claro que justamente a su lado apareció Shiduo, el bicolor le miro con una ceja alzada a la vez que sus manos se posaron en su caderas, haciendo la típica pose de jarra.

—¿Para donde vas pestañas? —pregunto Shiduo con una ceja alzada junto a una gran sonrisa divertida.

Rin le miro de reojo mientras se quitaba su camiseta empapada de sudor, se sentó en una banca para empezar a quitarse sus zapatos.

—Me iré a mi casa. —decia sin mirarle, el moreno asintio está vez más tranquilo y se apoyo en un casillero cerrando sus ojos.

—¿Como está Edward? —hizo la pregunta de manera serena, quien quiera que le viera no pensaría que es el mismo loco de la cancha.

El lobo no respondió por unos segundos, en cambio se paró de la banca quitándose el resto de su ropa para tomar una toalla y caminar hacia las duchas.

—Esta bien y tranquilo, con antojos. —giro la manilla de la regadera y pronto el agua fría cayó en su cuerpo de manera refrescante— .uno que otro síntoma de un embarazo, pero bien.

El omega asintió desde su sitio y tarareo bajo para después apartarse del casillero con dirección a la salida de las duchas.

—Me alegro. —antes de salir hablo nuevamente— .me lo saludas. —con eso dicho se fue.

Soltando un suspiro, dejo que el agua recorriera su tensado cuerpo por el entrenamiento del día de hoy.

Cerro sus ojos unos segundos, dejando que el agua hiciera su efecto mientras buscaba una manera de estar tranquilo, solo buscar relajación que necesitaba ahora, puede admitir que ha estado estresado últimamente y siempre se termina desquitando con los demas.

Pero no podían culparlo, sus instintos estaban aflotes, protegiendo a Edward y a su bebé en camino, hasta a Félix, quien a veces lo considera insoportable pero que después de todo lo crío como un hijo, algo que su lobo lo hacía sentir posesivo también con el lobo menor.

La cabeza le daba vueltas de tanto pensar que simplemente quería que todo por un momento estuviera tranquilo, bueno, sincera sincero, era un hombre lobo, que tenía de pareja a un vampiro, iba a tener un híbrido de hijo -fue lo que explico Félix- tenia suegros, yerno, cuñados vampiros, lo normal.

Era una situación fuera de estación que cualquiera que le escuchará pensaría que está loco, algo que no está y más bien es súper conciente de lo que está sucediendo, más no se queja porque ama la vida que tiene y con quién la está compartiendo.

Tu Eres Mi Partido [ Edward Cullen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora