ENCUENTRO.

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Pov Cillian.

No quería asustarla pero era demasiado tarde sabia que lo estaba, camine hacía ella unos pasos y la observe de pie a cabeza, aún no me encontraba razón del porqué un hombre como yo quien le lleva treinta años de más podía sentir aquella sed de tenerla cerca aún con mi cara poco expresiva jamás podría imaginarse todo lo que quiero hacerle.

-Sientate- ordené como si de uno de mis hombres se tratara.

-Estoy bien asi- contestó aún viéndome fijamente.

Me reí  y camine hacía ella tome con mi mano derecha su mandíbula fuertemente y acerque mi rostro al suyo.

-No me hagas obligarte a sentarte, créeme no te agradará- le susurré a la cara.

La solté y ella tomó asiento me senté frente a ella, cruce mis piernas y encendí un cigarrillo ella estaba callada mientras fijaba su mirada en la alfombra.

-Quítate la gorra y suéltate el cabello- ordené otra vez.

Levanto sus brazos lentamente y quitó su gorra con la mano derecha y con la izquierda desiso su cola de caballo, su cabello cayó en cascadas sobre sus hombros, la veía atentamente como si estuviera viendo al abismo.

-Bien, y ahí esta la chica que recuerdo- acaricie mi labio inferior con el dedo índice de mi mano izquierda- ahora mirame- dijé sin más.

Levantó su rostro y me vió un momento cuando volví a hablar.

-¿Sabes quien soy?- pregunte- ¿Sabes a que me dedico?.

-No, no lo se solo lo vi aquella noche- respondió un poco más tranquila.

-Y en el museo- agregé -¿no crees que es demasiada coincidencia?, que extraño me pareció haberte dicho que habías puesto los ojos donde no debías.

-¿Va a matarme? Porque después de todo esto no me queda duda de que sea alguien peligroso- preguntó.

-Si quisiera matarte ya lo habría hecho aquella misma noche en la tienda de conveniencia, ¿quién me lo habría impedido?- contesté con rudeza.

Ella apretó su gorra y quedó en silencio.

Pov Meiying.

Estaba asustada después de escuchar eso último, definitivamente si me quisiera muerta en este instante ya lo estaría estoy a solas con él en su casa, no podía creer como ese hombre que parecía ser un ángel y su rostro era tan perfecto aun cuando su mirada era inexpresiva, fuese tan cruel y despiadado.

-Entonces, ¿Qué quiere de mi?- pregunté.

-Todo- contestó sin pensar.

-¿A que se refiere?- dijé confundida.

-A partir de ahora eres mía, me perteneces solo a mi- dijo sin inmutarse- vas a quedarte conmigo, se que estudias por lo que mis hombres te llevarán y traerán si quieres salir me lo informas primero, si vas a respirar también.

Mi corazón latía demasiado rápido no sabia si era miedo o asombro pero había una pizca de emoción lo sabía perfectamente ya que no podía creer que aquel hombre tan perfecto se había fijado en mi.

-Pero no puedo hacer eso, tengo trabajo tengo un apartamento y una familia no puedo solo desaparecer- dijé exaltada.

-No te lo estoy preguntando, te lo estoy ordenando y ya esta hecho- dijó- mis hombres traerán de tu apartamento solo lo que crean que puedas necesitar, a tu trabajo le mande una suma de dinero como compensación de que dejas el puesto y tu familia sabrá de ti dentro de un mes una vez que ya estés establecida conmigo.

Se levantó cuando su celular sonó y contestó no pude escuchar lo que decía, hasta que regresó y su voz se dirigía hacia mi.

-Te quedarás aquí, por ahora tengo que salir hoy llega quien se encargará de la limpieza y la cocina, quedarán dos hombres a tu cuidado vuelvo tarde- dijó con frialdad y se marchó.

Me quedé ahí observando todo lo que había en el lugar era todo muy lujoso cuando escuché los pasos de alguien y vi que era uno de los hombres que me habían traído.

-Me llamo Alexei seré quien este a cargo de su seguridad señorita- hizó reverencia.

-Soy Meiying, ¿porque no hay más gente en casa?- pregunté.

-El señor vive solo, pero pronto habrá más personal a su disposición- contestó Alexei de manera respetuosa.

-Puedes dejar de tratarme tan formal solo tengo diecisitiete años- dijé algo incomoda- ¿porqué habrá personal hasta ahora?.

-El señor es muy precavido buscó personal específicamente para que usted no haga nada y se sienta cómoda, él está aquí por negocios una vez termine con eso regresarán a Irlanda- dijó tranquilamente.

-Gracias, no necesito nada por ahora- respondí- puedes irte.

Se despidió con una reverencia y me dejó sola pensando en "IRLANDA" no puedo irme así nada más me gusta Tokio y tendré que esforzarme para hacer que Cillian no quiera irse.

MAFIA IRLANDESA ( CILLIAN MURPHY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora