PRIMOGENITO.

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Pov Meiying.

Han pasado ocho meses y medio estaba a poco para dar a luz a nuestro hijo, estaba viendo la ciudad de Tokio desde el ventanal de la sala de estar, la ciudad se veía de un color gris debido a una tormenta que entró anoche, he pasado mi periodo de gestación en casa mientras Cillian iba al casino y regresaba no tan tarde ya que a pasado más tiempo conmigo para cuidarme, se encontraba en el despacho esta semana he tenido algunas contracciones por lo que pensamos que el bebé pronto nacerá y el quiere estar cuando eso pase por lo que está trabajando desde casa mientras Dimitri esta en el casino.

Decidí llevarle su agua de manzanilla la que prepare yo misma camine con una taza en manos abrí la puerta y entré.

-Te prepare manzanilla- dije sonriendo y puse la taza en la mesa que estaba en medio de los sillones- hace un poco de frío.

Se levantó de su silla y camino hacia mi sentándose en el sillón, tomó la taza y le dio un trago luego sonrió lo cual me confirmaba que la había hecho a su gusto. Posó un mano en mi enorme panza.

-Sabes que te ves muy sexy embarazada- dijo algo seductor.

-Claro que no, soy una mujer con un bebé adentro que viste vestidos porque su ropa no le queda- dije riendo.

-Púes a mi me excitas aun embarazada- dijo acercándose a mi cuello.

Beso mi cuello y aparto mi cabello con su mano derecha y con la izquierda tocaba mis pechos sentía que estaba mojandome y mi respiración se entrecortada, quizás porque después de que pase los cinco meses el había dejado de tocarme tanto debido a no querer maltratarme a mi ni al bebé y esta era la primera vez que volvía a tocarme, a desearme.

Me cargo hasta el escritorio tirando todo al suelo y me recostó en el, se quito la corbata y la camisa para desabotonar su cinturón y pantalón sacando su enorme pene quito mi vestido y mi ropa interior dejándome desnuda, beso mis pechos y mi vientre abultado hasta llegar a mi entrepierna pude sentir como succionaba mi clitoris lo que me hacía gemir fuertemente.

Unos minutos después acomodo su pene en mi entrada y me penetró lentamente él me observaba desde arriba y clavaba sus ojos en mi cara mientras movía sus caderas de un lado a otro.

-Eres perfecta- dijo con voz ronca.

Tomó mis piernas y las subió a sus hombros haciendo que el placer fuese más notorio y que las penetraciones fuesen más profundas al cabo de unos minutos más sentí como mis paredes apretaban su pene en mi interior y como su pene pulsaba, se vino dentro de mi después de escuchar un gruñido ronco y fuerte.

Me ayudo a levantarme y me llevó nuevamente al sillón nos quedamos ahí un momento antes de volver a vestirnos.

-Una vez que hayas dado a luz a nuestro bebé, volveré a follarte con fuerza, por ahora no quiero lastimar al bebé- dijo besando mi nariz.

-Se que cuesta que te contengas ahora- conteste viéndolo a los ojos.

Me vestí y salí él se quedo en el despacho, en todo este tiempo habíamos pospuesto toda actividad por el embarazo incluso el enseñarme a defenderme, solo me había estado explicando el protocolo sobre el manejo del casino pero ni siquiera había podido ir desde la primera vez que me llevó, también pospuso mis clases para que las retomará luego del embarazo.

Caminé hacía la habitación cuando  de pronto sentí una contracción que me hizo caer al suelo grité pidiendo ayuda.

-¡CILLIAN!- grité y vi como corría a levantarme en brazos.

-Te llevaré al hospital, aguanta un poco- habló alarmado mientras corría conmigo en brazos al ascensor.

Bajamos del edificio y las camionetas estaban listas para salir, subimos y en ese momento sentí otra contracción y un líquido correr por mis piernas, él me observo con con una mirada de preocupación, rompí fuente estaba por parir.

Llegamos al hospital cuando me metieron en una silla de rueda lágrimas caían de mis ojos sabía que faltaban dos semanas para el parto programado pero las contracciones eran fuertes y temía por el bebé.

Una vez dentro del quirofano las enfermeras me pusieron una bata de hospital y en una silla de parto minutos después de varias contracciones empecé a pujar, Cillian estaba dentro debidamente vestido con bata, gorro y mascarilla, tomando mi mano.

-Se ve su cabecita, puje con fuerza- ordenó el doctor- vamos puje cuando sienta venir otra contracción.

Pujaba lo más fuerte que podía mientras apretaba la mano de Cillian y gritaba en cada contracción. Así pase unos minutos hasta que de tanto pujar pude escuchar el llanto de un bebé pero estaba tan agotada que mi vista se ponía borrosa, cuando escuche decir al doctor que era un hermoso varón, mire a Cillian quien se veía feliz sus ojos brillaban y no pudé más me desmaye.

Pov Cillian.

Estaba sentado en un sillón en la habitación en donde tenían a Meiying para su recuperación, ella aún no despertaba se había desmayado por toda la labor del parto la observaba desde el sillón pensaba en que lo había hecho bien a pesar de ser tan joven me había dado mi primer hijo un varón sano y fuerte cuando vi a una enfermera entrar, traia al bebé.

-El bebé necesita el calor de su madre- me dijo la enfermera.

-Déjeme cargarlo yo lo pondré sobre ella- me levante con muchos nervios.

La enfermera me lo dio y pude sentir como temblaba mi cuerpo lo cargué y ella se retiró, observaba lo delicado y pequeño que era los ojos se me cristalizaron no podía creer que ese bebé tan fragil y pequeño era mi hijo después de 47 años me había convertido en padre.

-Voy a protegerte a ti y a tu madre de cualquier cosa, lo prometo- susurré al bebé mientras le daba un beso en su cabecita.

Me acerque cuando escuche a Meiying decir mi nombre y cuando despertó le entregué al bebé para que le amamantara, veía como envolvía a nuestro hijo en sus brazos y lo colocaba en su seno.

-Se parece a ti- dijo con los ojos llorosos.

-Gracias- dije y ella volteo a verme extrañada- me has hecho el mejor regalo después de que mi vida era vacía aún teniéndolo todo.

Unas horas después dieron de alta al bebé y a Meiying por lo que iríamos a casa había mucho frío y llovía fuerte, subimos a la camioneta y nos pusimos en marcha.

-Un día tan lluvioso y frío para la llegada de este pequeño- dijó entre risas.

-Mucho tendrá que ver con su caracter- recalqué y reí.

-Genial no solo se parece a ti sino que también heredará tu carácter- dijó burlona.

Llegamos a casa, y una vez ahí todos los del personal e incluso los guarda espaldas nos recibieron, querían conocer al bebé todos parecían contentos, Meiying se llevó al bebé a la habitación y yo me quedé en la sala de estar pedí que me sirvieran un Whisky y lo tomaba viendo el gran ventanal que daba vista a la ciudad. Dimitri se acercó.

-Felicidades señor, su hijo es idéntico a usted y se ve sano- dijó.

-Lo es, se parece mucho a mi- dije tomando de mi whisky mientras le daba la espalda.

Dimitri me dejo solo y yo me quede ahí observando pensando en todo lo que había pasado hace diez meses cuando vi a aquella joven chica por primera vez, que hoy estaba conmigo y me había dado un hijo, esa chica había cambiado de algún modo mi vida me sentía como si perteneciera por fin a algún lugar, aun cuando creía que por ser un mafioso asesino no merecía más que solo poder y dinero.

MAFIA IRLANDESA ( CILLIAN MURPHY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora