MAFIA IRLANDESA ( CILLIAN MURPHY )

TOKIO

Pov Meiying.

Son las nueve de la noche recién llegaba a mi apartamento pasé por una tienda de conveniencia  después de dar clases particulares por las tardes, al menos las últimas ya que hoy decidieron rescindir de mi trabajo como tutora de una joven de preparatoria.

Después de decidir independizarme una vez que empece la universidad me empeñe en encontrar trabajos de medio tiempo y empecé a dar tutorias pero ahora que ya no tengo empleo al menos el dinero que me pagaron y lo que tengo recogido me sirve para sobrevivir al menos un mes en lo que encuentro otro trabajo de medio tiempo.

Compré comida pero olvide mi billetera y en ella mi identificación.

-Genial mi billetera debí dejarla en la tienda- tomé un abrigo y salí del apartamento.

Hacia algo de frío por lo que decidí meter mis manos a las bolsas del abrigo lo llevaba abierto se podía ver a la perfección que llevaba puesta una camiseta blanca sutilmente prensada con mi pantalón jeans azul y unos tenis blancos, llevaba el cabello suelto me llegaba a la mitad de la espalda.

Llegue a la tienda pero cuando iba a tomar la manija de las puertas de vidrio alguien más las había jalado por lo que simplemente entré y al mismo tiempo alguien salía, en ese momento sentí como una chispa en mi interior.

me quedé parada y decidí voltear a ver atrás fuera de la tienda y lo vi, vi a un hombre de espaldas con una gabardina larga de terciopelo color negro portaba guantes de cuero en su mano izquierda y la otra desnuda sosteniendo un cigarro que se llevaba a la boca, estaba rodeado de tres hombres más como si lo cuidaran y estaban dos camionetas cabina cerrada muy lujosas y polarizadas, no lograba ver muy bien su rostro por lo que dejé de verlo y pensé en seguir hasta la caja a preguntar por mi billetera.

Pero la curiosidad pudo más y voltee a verlo una vez más y justo ahí vi que él había girado su rostro también y me tope con su mirada, nerviosa voltee y camine hacía la caja y pregunté.

-Hola, disculpa creo que dejé mi billetera aqui.

-Hola, si de hecho acá esta me acuerdo perfectamente de ti- me entregó la billetera con una sonrisa.

-Muchas gracias- incline mi cabeza y le sonreí.

Salí de la tienda y vi que el sujeto al que había visto ya no estaba por lo que seguí con mi camino de regreso a casa, una vez que llegué quite mi abrigo y me dispuse a prepararme algo para comer y mientras lo hacía no dejaba de pensar en aquel hombre.

-Que hombre tan apuesto, puedo apostar que no es de acá,  tenía una mirada muy inexpresiva y de un color claro aunque no pude apreciar el tono por la distancia- me hablaba a mi misma - y se veía que es alguien importante como para estar rodeado de varios hombres, bueno y ¿a mi que? No debería estar pensando en un extraño.