The Wedding // #44

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Finalmente llegó el día. Las chicas se habían levantado a las cuatro de la mañana para empezar a vestirse y todo eso. Pues primero irían a la iglesia y después de eso, a la fiesta. 

—Ay, siento que voy a vomitar.—Dijo Sana, pues su estómago dolía por los nervios. 

—No te atrevas, Hirai.—La regañó Momo. 

—Además, recuerda, tu ropa es blanca.—Dijo Dahyun.—Pensé que te pondrías vestido. 

Sana usaría una prenda que era como un vestido pero con pantalones. 

Ambas mujeres habían discutido tiempo atrás por culpa de la ropa. Jihyo quería que Sana usara un vestido, al igual que ella; pero la japonesa se negaba, diciendo que quería que ella resaltara con el vestido. 

"—Sana-yah...-Decía la coreana.—Te lo ruego, te lo suplico. 

—No, ya dije que no.-Negó con la cabeza.—No me voy a poner vestido. 

—¿Por qué? 

—Porque no quiero y ya. Me pondré otra cosa. 

—Qu- 

—No será traje. No sé, un vestido con pantalón. 

—¿Pero te vestirás de blanco? 

—Sí, sí.  

—De acuerdo...—Jihyo suspiró. No había forma de que Sana cambiara de opinión, así que terminó aceptando. 

—¿Ves?, ya estamos bien. No era tan difícil que lo aceptaras.—Sana sonrió." 

... 

Por su parte, Jihyo también se encontraba nerviosa, incluso más que Sana. 

—Tiringui, tingui...—Cantaba Nayeon, quien jugaba alegremente con la pequeña Hyo-ri. 

—Nay, ten cuidado.—Dijo Jeongyeon. 

—Ajá, ajá.—No le dió importancia y siguió. 

La mediana suspiró y negó con la cabeza. Miró a la menor. 

—¿Estás nerviosa? 

—Creo que ya estoy sudando.—Dijo, tronándose los dedos. 

—Solo respira, ya se te va a pasar. 

—De acuerdo, de acuerdo...—Jihyo suspiró.—Pobre Sana... 

—¿Por qué? 

—Creo que sus padres no podrán venir. 

—¿Qué?, ¿en serio?—Nayeon soltó a la niña. 

—Mmhm. La semana pasada estábamos... ocupadas.—Tragó saliva.—Y su mamá le llamó. La verdad, no escuché lo que dijo, pero Sana le contestó "no te preocupes, una llamada es suficiente", así que, pues... 

—Que mal... 

—Sí.—Jeongyeon asintió. 

... 

Pasaron las horas, finalmente era tiempo de que ambas se entregaran en el altar. 

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Momo 

Llegó la hora. La gente ya había empezado a llegar y a felicitar a los familiares de Jihyo, y también a los de Sana, todos estaban menos sus padres. 

SUEÑA CONMIGO - SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora