5. Pop's

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- Relájate, hija, no te vas a derretir. -Jughead se burló divertido cuando ella se acercó.

- ¡Arruinó mi ropa!

- ¿Podrías dejar de gritar por todo? -se quejó él, mirándola un poco más serio. - Solo ve a cambiarte. Ahí hay baños. -señaló dos puertas junto a una tienda. - Busca tus cosas y te esperaré en la puerta del baño para que no estés sola.

La chica suspiró y fue a la camioneta para buscar su bolso, lo abrió y tomó una toalla pequeña, unos biker shorts negros y una camiseta oversize rosada.

Luego de unos minutos, ella salió ya cambiada y con la ropa empapada en sus manos y así, ambos subieron de nuevo a la camioneta.

Casi cuatro días después de salir de Los Ángeles, la familia Jones llegó a Riverdale en pleno atardecer.

- ¿Tienen hambre? -preguntó Jughead mirando a sus hijos por el espejo retrovisor.

Ellos asintieron y el sonrió ampliamente.

- Probarán las mejores hamburguesas del mundo. -dijo y miró de reojo a su esposa, quién también tenía una sonrisa en sus labios al saber a donde irían.

Minutos despues, aparcó la camioneta frente a un pintoresco local que en luces led decía en lo alto Pop's Chock' Lit Shoppe.

Stefan hizo una mueca. - ¿Aquí?

- Mhm. -Betty asintió. - Nuestra primera cita fue aquí. -dijo Betty algo divertida, refiriéndose a ella y al pelinegro quien rió, mientras bajaban de la camioneta.

- ¿Una primera cita aquí? -Selena hizo una mueca al ver el local más de cerca. - Que... Peculiar. -murmuró y Sophie rió.

Cuando Jughead abrió la puerta del local, dejó pasar a los cuatro mirando el lugar con una sonrisa. Todo estaba casi igual, el lugar como siempre tan acogedor, los empleados tenían el mismo típico uniforme amarillo y el lugar olía a chicle de fresa.

Lo único que había cambiado, es que Pop Tate ya no estaba más, ahora solo estaba Tabitha, su nieta, quienes ellos conocían desde la preparatoria.

Ella los miró algo sorprendida. La última vez que los vió fue cuando ellos visitaron el pueblo por última vez, dos años antes.

- Jug, Betty. -les sonrió. - Chicos. -miró a los hermanos con una sonrisa. Aunque no los conocía, sabía que eran hijos de Jughead y Betty por el gran parecido que tenían con ambos.

Ellos sonrieron algo incómodos, mirando el lugar con detenimiento.

Lo cierto es que cuando ellos se fueron del pueblo y comenzaron a formar su vida fuera de este, luego de que nació su primer hijo no lo volvieron a visitar más de tres veces.

La primera vez fue cuando Stefan tenía casi un año y Betty estaba embarazada de las gemelas, por lo que claramente, Stefan siquiera recuerda haber conocido Pop's.

La segunda fue cuando estaban mucho más grandes, Stefan tenía 12 y las gemelas 11 años, pero solo fueron un día por el cumpleaños de Cheryl. Estuvieron todo ese día en Tornhill, durmieron ahí y al día siguiente muy temprano tomaron un vuelo de regreso a Los Ángeles.

Y la tercera y última vez fue dos años antes... Viajaron por el cumpleaños de Alice, pero los hermanos no estaban tan contentos por eso, por lo que siquiera querían salir de la casa de sus abuelos a conocer ese pueblo que les parecía aburrido.

Esa vez, Betty y Jughead visitaron Pop's solos, por lo que tampoco en esa oportunidad los hermanos conocieron el local que era escenario de muchos lindos recuerdos de la pareja con sus amigos cuando eran jóvenes.

- Tabitha. -Betty sonrió. - ¿Como has estado?

Ella le devolvió la sonrisa. - Muy bien... Es raro verlos por aquí. -admitió.

- Nos mudamos. -confesó Jughead. - Nos verás seguido por aquí.

La morena se sorprendió pero asintió. - Un placer recibirlos aquí siempre, chicos. A los cinco.

- Oh, claro. -Betty asintió y miró a sus hijos. - Tabitha, ellos son nuestros hijos, Selena, Sophie y Stefan. -señaló a cada uno.

Ellos sonrieron levemente.

- Hola, chicos, si, noté que eran sus hijos por el gran parecido que tienen con ustedes. -admitió. - Espero que les guste la comida, vayan a sentarse, ya los atiendo. -les guiñó un ojo.

- Gracias. -sonrió de lado Jughead y luego todos se dirigieron a una de las últimas mesas.

Luego de un rato de espera luego de ordenar, la comida llegó. Una de las empleadas dejó las cinco hamburguesas en la mesa y luego volvió con las bebidas.

Cuando Selena dio el primer mordisco sus ojos se abrieron como platos.

- ¿Te gustó? -cuestionó Jughead divertido.

Ella lo miró algo sonrojada. - No es tan... Tan mala como esperaba. -murmuró y continuó comiendo.

Betty rió mientras negaba. Aunque a ellos les costara admitirlo, sabía que realmente les había encantado.






















Buenos días!

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