20. Humano

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El gruñó en el beso cuando su esposa se acomodó sobre él, apegandolos más. No supo en que momento el paso a estar sin camisa, o en qué momento sus manos estaban bajo la camiseta de su esposa tocando su espalda.

Los dos abrieron sus bocas y parecían desconectarse cada vez más del mundo, sus sentidos estaban encendidos y la lujuria parecía liderar en aquella habitación.

Pero reuniendo todo su autocontrol, el pelinegro se separó de su esposa y la miró a los ojos aún teniéndola de la cintura.

- Jug... -ella jadeó confundida, sin entender porque se separó y ansiando más de sus labios, más de sus besos.

- No... -el murmuró. - No puedo.

- ¿Que? -cuestionó desconcertada.

- No puedo hacer esto ahora. -negó. - Apenas ayer nos arreglamos y siento que debo demostrarte más cambios antes de poder volver a tenerte desnuda y hacerte el amor. -acarició su mejilla. - No quiero que nos apresuremos.

- Pero Jug. -comenzó a hablar pero el la interrumpió.

- No. -el volvió a negar y se inclinó para dejar un beso en su frente. - No insistas, hagamos todo a su tiempo, Betts...

Ella suspiró y asintió, dejando a un lado la necesidad que había comenzado a formarse gracias a esos besos y esos toques.

- Está bien, tienes razón. -aceptó. - Pero ahora debes enviar tu libro. -le recordó.

El soltó una risita y asintió, entonces Betty se bajó de su regazo y él se levantó a tomar su camiseta para ponérsela. Luego fue por su laptop y se sentó en la cama contra el espaldar.

Luego de enviar el archivo por correo la apagó y la dejó a un lado de la cama.

- ¿Dormimos? -miró a su esposa.

Ella asintió. - Sip.

Ambos se acomodaron en la cama, la rubia se abrazó a su esposo y el los cubrió con la manta. Dejó un beso en sus labios. - Te amo. -él murmuró. - Descansa.

- Descansa, Jug. También te amo... -ella susurro en respuesta y cerró sus ojos con una pequeña sonrisa en sus labios.

Al día siguiente luego de desayunar todos juntos, las tres mujeres de la casa se fueron, dejando solos a Jughead y a Stefan.

El pelinegro se encontraba en la cocina, pensando en que podría hacer con su hijo, buscaba hacerlo saber que el de verdad se estaba esforzando, y que en sus planes no estaba romper su promesa de volver a unir a su familia.

Bebía un vaso de agua buscando ideas, hasta que una llamada entró a su celular. El lo tomó de la mesada y respondió al ver el nombre de su amigo en pantalla.

- Hey, David. -Jughead saludó con una sonrisa ladina.

- ¿Que tal todo, Jug? -cuestionó amable.

- Todo bien, hermano... -aseguró el pelinegro.

- Me alegra. -admitió. - Quería llamarte para decir que... Hablé con mi jefe, y ya leyeron tu libro.

El pelinegro tomó su compostura con una sonrisa. - ¿De verdad? ¿Y que te dijo?

- Bien... Me dijo que le gustó y que está dispuesto a representarte para publicarlo. -confesó. - Solo quiere hacer algunos cambios que hablaría contigo antes y si estás de acuerdo se cierra el trato...

- Dios, por fin una buena noticia. -celebró Jughead emocionado.

- Si, pero tú has de cuenta que no sabes nada, ¿Si? -preguntó divertido. - Ellos te llamarán en unos días probablemente... -le informó David.

Jughead soltó una risita y asintió. - Está bien, gracias por tu ayuda, David. -agradeció con sinceridad.

- No hay de qué, hermano, espero que nos podamos encontrar aquí en New York cuando vengas a cerrar el trato. -explicó.

- Así será. -Jughead afirmó. - Hablamos luego.

- Claro, adiós hermano. -se despidió.

Jughead cortó la llamada aún con una sonrisa en sus labios adornando su cara, dejó su celular de nuevo en la mesada y justo en ese momento, Stefan entró a la cocina y abrió el refrigerador.

- No hay leche... Ni yogurt. -le dijo a su padre.

- Porque ya tenemos que hacer las compras. -recordó. - Y esperaba que me acompañaras. -confesó sin mirarlo.

Stefan rodeó sus ojos. - Eso suena taaan divertido. -dijo con sarcasmo. - Yo no iré.

- Si irás. -Jughead le dedicó una mala mirada. - Tu madre se llevó el auto y tendré que ir en taxi... Necesitaré ayuda.

- Increíble, siquiera puedes hacerlo solo. -se cruzó de brazos.

Jughead se acercó. - Será mejor, Stefan, que comiences a escucharme y me respetes. -dijo serio. - ¿Me estás escuchando?

- Tu no te mereces mi respeto, ni el de mis hermanas, siquiera el de mi madre. -escupió con desagrado. - Eres un...

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Jughead lo tomó del cuello de su camiseta y lo acercó más a él, haciendo que su cara de desagrado cambiara a una de miedo en segundos.

- Estoy haciendo lo posible porque tú y tus hermanas se den cuenta de que realmente lo estoy dando todo por ustedes, como siempre lo he hecho. -comenzó entre dientes. - Y no paras de decir cosas en mi contra para herirme, cuando siempre intenté hacer lo mejor por mi familia. -lo soltó y el se alejó unos pasos, mirando a su padre desconcertado. - Y si metí la pata cuando pensaba que hacía las cosas, lo siento, soy humano y cometo errores, pero no te atrevas a decir que los abandoné cuando lo único que hacía era trabajar de más porque la empresa estuvo más de una vez a punto de quebrar y el dinero se acababa, pero claro, yo solo quería darles todo lo que pedían, darles lo que yo no pude tener a su edad. -se señaló a sí mismo. - Ahora tal vez no tenemos eso, no tenemos los millones, pero podemos vivir con buena estabilidad y ser tan unidos como antes, solo si ustedes me dejan. -lo señaló.

- ¿Tres veces? -cuestionó Stefan mirando al piso.

- Si, Stefan, más de tres malditas veces. -murmuró dándole la espalda. - Por eso pasaba tanto tiempo fuera... Toda mi atención estaba en eso, solo buscaba arreglarlo para que no lo perdiéramos todo. -confesó.

Stefan tragó en seco. - No sabía. -admitió.

- No, porque no quería preocuparlos a ustedes o a su madre. -se volteó a él. - Así que perdoname si les quité atención a ustedes por el trabajo... Solo quería lo mejor para ustedes, aún lo quiero y siempre será así porque ustedes son mis hijos y los amo.

Stefan rascó su nuca sin saber que decir y volvió a mirar al piso. - Yo... No se qué decir.

- No digas nada. -Jughead negó. - Solamente ve a alistarte, debemos ir al supermercado. -murmuró antes de darse la vuelta y salir de la cocina bajo la mirada de su hijo.

















Uuhh... ¿De qué lado están ustedes?

¿Que les gustaría que pasara?

Espero que les guste y hayan disfrutado el cap, bye... 💗

Promesas | Bughead | +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora