15. Libro

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Luego de su charla, ambos comenzaron a ordenar juntos la ropa en su clóset.

Si era cierto que desde que viajaron hasta Riverdale, las peleas habían acabado y podían mantener conversaciones decentes, aunque aún así se notaba cierta tensión e incomodidad.

Pero ahora, luego de que por fin el se animó a hablar con ella y decirle que en verdad estaba decidido a arreglar las cosas, mientras ordenaban todo se sentía mucha más tranquilidad y paz entre ellos.

- Ayer hablé con mi madre sobre los chicos... -Betty le dijo a su esposo, mientras ordenaba su maquillaje en el vanity de su habitación. - Sobre su actitud.

- Juro que ayer no los reconocí. -Jughead rodeó sus ojos ordenando sus camisetas en un apartado del clóset. - Cambiaron su personalidad solo para que ellos no los retaran.

Betty asintió. - Si... Mi madre me sugirió que ponga reglas aquí en casa. -el la miró.

- ¿Como cuáles?

- Sobre limpieza y esas cosas. -explicó. - Empecé ayer que juntos limpiamos toda la casa.

- Si, ahora está mucho mejor. -Jughead admitió. - Había polvo por todos lados. -hizo una mueca.

- Exacto. -la rubia asintió. - Pensé en que tomemos un día de la semana que todos estemos libres y aquí en casa para limpiarla.

- Deberá ser sábado o domingo. -el opinó. - Porque en la semana no siempre vamos a coincidir ahora que todos vamos a trabajar.

- Si, pensé que el sábado es mejor, si todos ayudamos en una mañana todo estará limpio, así podremos tomar el resto del fin de semana como libre. -dijo la rubia.

- Me parece bien.

- Y además de eso, les enseñaremos a cocinar. No me veas así. -se cruzó de brazos cuando Jughead la miró como diciendo '¿Estás loca, mujer?'.

- Betty, eso no, no quiero comer mal, o comida quemada, ¡Quemarán la cocina! -se quejó de forma dramática.

Betty rodeó sus ojos. - Pues aprenderán a no quemar la comida o la cocina, pero todos tomaremos una tarea aquí en casa. -dijo con seguridad.

Jughead suspiró. - ¿En que piensas?

- Pienso qué, ellos deberían preparar la cena todos los días, y nosotros nos turnaremos el desayuno y el almuerzo.

El pelinegro suspiró. - Eso será así cuando aprendan a cocinar bien. -la señaló.

- Bueno. -ella suspiró. - Pero no importa, así estarán ocupados y aprenderán a valorar lo que siempre hemos hecho por ellos, tú trabajar para darles comida y yo estar pendiente de sus cosas y que siempre nuestro hogar esté en completo órden.

Claramente en Los Ángeles contaban con personal de servicio. De limpieza, de cocina, jardinería y todo lo necesario, pero aún así, habían ciertas cosas de la casa que solo ella hacía.

No le agradaba que nadie entrase a ninguna habitación en su casa, la parecía algo muy privado, por lo que las cuatro habitaciones de sus hijos y la suya las limpiaba ella misma.

Además, cada dos semanas se dedicaba específicamente a la limpieza de los vestidores, y los de las mellizas, particularmente, se desordenaban demasiado rápido.

También era ella quién hacía las compras de la comida. Cada semana iba ella sola al supermercado con la lista del chef, compraba todo lo que el chef pedía en el supermercado, y los vegetales en la feria.

Se dedicaba a comprar los productos personales de sus hijos, productos de baño y también los productos de skincare, entre muchas otras cosas.

Así que, por más que había gente encargándose de las cosas de su casa, ella también hacía bastante y se agotaba.

Jughead asintió. - Realmente espero que funcione...

Se quedaron en un breve silencio, hasta que el habló de nuevo.

- En un rato vendrá el dueño de la casa... Veré si cerramos un trato. -explicó.

- ¿En cuanto vendiste la casa de Los Ángeles? -cuestionó Betty.

- Cerré el trato en 15 millones. -la miró. - Y dudo mucho que la de aquí cueste más de 1 millón. No es tan grande y además no podemos comparar los precios entre Riverdale y Los Angeles. -dijo con obviedad.

- Eso es bastante, Jug. -la rubia admitió. - Para que los chicos estudien en una universidad no se lleva más de 100.000 dólares al año...

- Pensé en guardar una parte del dinero para ellos y la otra parte invertirla...

- ¿En qué?

El se encogió de hombros. - Ya pensaré que hacer. -se sentó en la cama. - Y también estuve pensando en otra cosa... -murmuró.

Ella lo miró esperando a que continuara y el tomó una profunda respiración.

- Hace unos días hablé con un chico que estuvo conmigo en mi primer y único año estudiando literatura... El si terminó esa carrera y hasta publicó sus propios libros, me dijo que me podría poner en contacto con la editorial con la que trabaja para publicar mi propio libro. -explicó.

- Jug... Eso sería increíble. -ella sonrió, pero frunció el ceño al ver su rostro alg decaído y su mirada en el piso. - Pero... ¿Por qué te siento tan inseguro? Tu escribes increíble.
























Holaaa!!

Ha vuelto un mini bloqueo para escribir, ojalá pase rápido 🙏🙏🙏

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Espero que les guste! Bye... 💗

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