30. Mejorando

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Detalló todas las fotos que logró, aunque eran demasiadas, también admiró por unos segundos el ramo de rosas, luego las velas, hasta llegar a él.

Lo vio ahí, al final del pasillo vestido de traje, con una hermosa sonrisa, una de esas sonrisas que el solo le dedicaba a ella, y que para ser sincera, hacía un tiempo que no lo veía sonreírle así.

Así, con admiración, con amor, con tanta paz y tranquilidad en su mirada, sus facciones relajadas y sus ojos diciéndole te amo, aunque el aún no había hablado.

- Jug... -susurró.

El soltó una risita, algo nervioso. - Ven... Ven aquí, Betts.

La rubia dejó su bolso en el piso luego de cerrar la puerta y camino hasta él con lentitud, con sus miradas conectadas.

- ¿Que hiciste? -ella preguntó en una risa también nerviosa. - ¿Te volviste loco, eh? ¿Como se te ocurre hacer todo esto, cuando yo solo te compre unos dulces?

El soltó otra risa y limpió sus lágrimas, lágrimas que ella no se había dado cuenta de que estaba soltando hasta que el las limpió. Luego quitó el cabello de su cara y dejó un mechón tras su oreja.

- Lo siento por querer darte lo que te mereces... Algo especial.

Ella lo abrazó con fuerza mientras el la tenía de la cintura. Ambos cerraron sus ojos, así, abrazados y en silencio.

Silencio que rompió el, segundos después. - Amor. -le dijo al oído. - No es que no me guste abrazarte, pero la cena se va a enfriar.

Ella rió y se separó. - ¿Al menos me dejas darte mi regalo?

Jughead asintió. - Claro que sí, nena.

La rubia fue por su bolso y sacó una caja con mucho cuidado. Se acercó a él y se la entregó.

Jughead la tomó en sus manos y ahí mismo la abrió, sonriendo aún más al ver que estaba llena de sus dulces favoritos, pero además habían tres cartas y un perfume.

- Betts... No debiste. -sonrió.

- Bueno, tú amas los perfumes, y la verdad, me encantó en cuanto lo olí. -explicó.

- Gracias. Y luego leeré las cartas. -besó su frente. - Me encantó.

- Tu me superaste. -hizo un puchero.

- No es competencia y nunca podría superarte. -negó. - Ahora si, ¿Me esperas afuera mientras arreglo nuestra cena?

Ella asintió. - Está bien.

Poco después estaban juntos afuera, cenando entre charlas y risas. Jughead abrió la botella de vino, sirvió un poco en ambas copas y levantó la suya en señal de brindis.

- Por nosotros y por nuestra familia. -dijo sonriente.

Ella también tomó su copa y la levantó de la misma forma. - Por nosotros y por nuestra familia. -repitió.

Chocaron levemente sus copas y luego bebieron, sin separar sus miradas.

- ¿En qué momento hiciste todo esto? -ella preguntó.

El comió un roll sushi y segundos después respondió. - Lo estuve planeando desde hace más de una semana...

- ¿De verdad?

- Si. Y... Los chicos me ayudaron. Los tres.

Ella hizo un puchero. - Que bonito... -susurró. - ¿De verdad, Juggie? ¿Los tres? -preguntó sorprendida. - ¿Sophie, Stefan..?

- Si, amor. -asintió divertido. - Los tres.

- No puede ser. -sus ojos se cristalizaron una vez más. - ¿Y no pelearon? ¿No te dijeron cosas feas?

- Para nada. -el negó. - Y creo que me ayudó a acercarme a ellos mucho más, Sophie está comenzando a abrirse más y Stefan... Siento que en cualquier momento podrá dejar su orgullo.

- Bueno, tenemos que admitir que el orgullo lo sacó de ti. -lo señaló divertida. - Pero me alegra mucho, Juggie, en serio... Y también he notado que han mejorado su comportamiento, pero no sabía que era por esto...

- Si, de verdad es la mejor idea que he tenido, nos ha unido más. -asintió. - Además, no sabes lo emocionada que estaba Sophie, sabes lo mucho que ama estas cosas, y Selena, bueno, cada día más cerca de tener un ataque de nervios...

- No sabe guardar secretos. -Betty recordó con diversión.

El asintió con una risa. - Así es. Y más que varias veces estuviste cerca de escucharnos hablar.

- ¿Que? -rió. - Nunca escuché nada, ni me di cuenta.

- Porque hacíamos reuniones nocturnas anti-betts. -se burló.

- ¡¿Que?! -preguntó indignada. - Así que por eso decías que ibas a "enviar correos" cada noche. -lo señaló con el tenedor, mirándolo con los ojos entrecerrados.

El empezó a reír. - Lo siento, nena, teníamos una sorpresa que proteger. -le recordó.

- Pero no me respondiste, ¿En qué momento lo hiciste?

- Bueno, la semana pasada compré todo con las chicas y hoy en la tarde ellos decoraron, pero también trabajé de corrido en mi hora libre del mediodía para poder salir una hora antes y llegar a ayudarlos.

- Todo quedó muy hermoso. -ella volvió a repetir, mirando todo a su alrededor.

Cuando terminaron de cenar, Jughead se levantó. - Ven, quiero darte algo antes de que comamos el postre.

Ella tomó su mano y se levantó, entonces Jughead la tomó de la cintura y sacó una cajita de su traje. La abrió para que Betty la viera y ella sonrió.

- Jug...

- Es uno para ti, y otro para mi. No son de oro, ni diamante, pero... Quería que ambos tengamos una parte del otro siempre, se que hace mucho tiempo no tenemos unos así. -dijo refiriéndose a los collares, los cuales tenían un pequeño dije de corazón con sus iniciales talladas.

- Es hermoso, Juggie. -admitió y acarició su mejilla. - No sabes cómo me arrepiento de... De eso. Sabes a lo que me refiero.

El asintió, recordando cuando un tiempo antes, en medio de una discusión en la playa, Betty se arrancó un collar de oro que tenía, era parecido, pero el dije solamente era un pequeño redondito también con sus iniciales, y lo aventó al mar, luego haciendo lo mismo con el del pelinegro.

- No tenemos que recordar cosas malas del pasado. -negó. - Ahora estamos cambiando, estamos mejorando. -le recordó.

Ella sonrió. - ¿Me lo abrochas? -dijo tomando uno.

Jughead asintió y eso hizo, y luego de abrocharselo, dejó un pequeño beso en su hombro. Ella también le puso el de él y besó sus labios.

- Te amo.

- También yo. -dejó tres besos seguidos en su frente. - Oye, hay postre.

Ella rió. - Se que no puedes dejar de pensar en comida.

- No me refería a comida. -negó.

Betty dejó de reír y lo miró sonrojada, haciendo que el comenzará a reír sin poder parar. - ¿De qué tanto te ríes?

- Eres muy tierna. -dijo entre carcajadas. - Vamos, amor, era mentira, de verdad hay un postre que Stefan trajo de la cafetería donde trabaja.

Ella bufó. - Entonces vamos a buscarlo. -se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia adentro de la casa, alejándose de él.

- Pero en cualquier momento habrá otro postre además de ese. -Jughead se murmuró a sí mismo, mirándola caminar mientras contorneada sus caderas.






















Me encanta todo 😭😭

Betty es muy tierna, Jughead muy lindo, ay no yo los amo.

Espero que les guste! ❤️


Promesas | Bughead | +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora