27. Deberías apreciarlo

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Selena y Sophie estaban ya en Pop's, luego de que sus padres las dejaran ahí a cumplir su horario.

Cuando entraron, solo estaba Tabitha y un cocinero, pero este estaba adentro en la cocina y la morena ordenando algunas cosas en la parte trasera, por lo que adentro del local solamente estaban ambas gemelas.

Y por ser tan temprano, aún no había llegado gente.

Sophie puso a andar la cafetera para preparar café como Tabitha le había enseñado, y mientras tanto, Selena se sentó frente a la encimera mirando a su hermana.

- ¿No te parece tierno lo que papá quiere hacer? -le preguntó Selena a su hermana con una pequeña sonrisa, jugando con un frasco lleno de caramelos de la encimera.

Sophie asintió, de espaldas a su hermana mientras preparaba la cafetera. - Si...

- ¿Que crees que pueda hacer? Yo no tengo muchas ideas, pero creo que deberíamos quedarnos ese fin de semana con los abuelos para dejarles la casa a ellos, y asi-

Sophie la interrumpió al caminar hacia ella, apoyando sus codos sobre la encimera. - ¿Tú le crees?

Selena dejó de hablar y la miró confundida. - ¿A quién?

- A papá. -respondió Sophie. - ¿Confías en el?

Su hermana bajo la mirada y asintió. - Pues... Yo sí. ¿Tú no? -la miró de nuevo. - Se está esforzando, si Stefan y tu dejaran de ser tan duros con él, podrían notarlo.

- Lo noto. -asintió. - Pero aún así... No se. -se encogió de hombros. - Supongo que tengo miedo de que todo sea mentira.

Selena negó. - Papá está arrepentido. El nos ama, y le duele cuando tú o Stefan le responden mal, o cosas así... Está haciendo lo mejor que puede, y para mí, lo hace muy bien.

- No quiero que se aleje de nuevo, eso le rompería el corazón a mamá. Y nosotros... -suspiró y bajó la mirada.

La ojiverde tomó su mano. - Soph, por favor confía en él. No seas tan dura.

Su hermana asintió. - Lo intentaré.

Selena sonrió de lado. - ¿Y entonces? Dime qué ideas tienes para su aniversario. -le pidió con entusiasmo.

En eso la campana sonó avisando que alguien había entrado al local, y al ver hacia la entrada vieron a una pareja.

Sophie miró a su hermana. - Ya será luego.

Por otro lado, en una cafetería del centro Stefan estaba preparando todo para comenzar a recibir a los clientes.

Mientras lo hacía, su compañero entró luciendo cansado, y también algo apresurado. - Siento la tardanza. -dijo dejando un bolso tras el mostrador y tomando su delantal para ponérselo. - El bus que tomé se accidentó, entonces tuve que llegar caminando. -bufó mientras se amarraba el delantal.

Stefan asintió limpiando el mostrador. - Está bien. De igual forma la gente no llega sino dentro de un rato, no se para que el jefe insiste con abrir tan temprano.

Su compañero, llamado Bryan, se acercó a tomar la escoba para barrer un poco. - Cada venta cuenta. -se encogió de hombros. - Aunque sea una sola... Todo es ganancia para el local, si abre más tarde estaría perdiendo.

- ¿Y que tanto puede importar una sola venta de 10$? -preguntó el pelinegro.

Bryan dejó de barrer y lo miró. - Con 10$ pago dos viajes de ida y vuelta desde mi casa hasta aquí por tres días al menos. Vivo lejos.

- ¿Entonces por qué trabajas aquí?

- Porque fue el empleo que encontré, y mientras tanto no puedo darme el lujo de tener un solo trabajo. -explicó.

Stefan enarcó una ceja. - ¿Tienes dos trabajos?

El asintió. - Claro, a partir de las 4:00 PM hasta la medianoche trabajo en un club nocturno cerca de mi casa en Greendale. Necesito dos trabajos para poder pagar el alquiler de mi departamento y todo lo demás. Mi novia también tiene dos empleos, así tal vez algún día podamos irnos a Nueva York a estudiar.

- ¿Y sólo duermes cinco horas? -hizo una mueca.

- Aproximadamente, pero al menos tengo casi todo el fin de semana para descansar. -se encogió de hombros. - Hay que trabajar duro para cumplir metas, ¿Sabes?

Stefan no dijo nada.

- ¿Tú estudias?

- Aún estoy en preparatoria. Comenzaré mi último año.

- Increíble. Extraño la escuela, todo era más fácil.

- Porque no tenías que trabajar. -sonrió.

El negó. - Claro que sí, igual debía hacerlo para ayudar a mi madre en casa, tengo dos hermanos menores y bueno, era difícil porque ella era la única que nos mantenía, así que cuando cumplí quince, comencé a trabajar para ayudarla, y apenas terminé la preparatoria y cumplí dieciocho, me mudé con mi novia para poder quitarle gastos a mi madre.

- Wow. -susurró.

- Aún así, la vida en la preparatoria era más fácil. Aunque no me quejo ahora, me gustaría poder haber comenzado la universidad en cuanto me gradué.

- ¿Y por qué no te vas de una vez a New York, consigues un trabajo y entras a la universidad?

Bryan rió y negó. - Chico, no seas iluso. -le pidió. - Así logre conseguir una beca completa y un empleo allá... Viviría debajo de un puente. Los alquileres son mucho más costosos, con un solo empleo no podría sobrevivir ni un mes. -negó.

Stefan lo miró apenado. - Lo siento. No se mucho de esto.

- Se nota. Se ve que tus padres te dan todo, y no tiene nada de malo, pero deberías apreciarlo más. -se encogió de hombros.

Cuando él dijo eso, Stefan bajó la mirada y asintió. - Tienes razón... -susurró para si mismo.




















Holis!

Un capítulo solo de los chicos para que vean también un poco de su día. ✨

Espero que les guste! Los amo. ❤️

Promesas | Bughead | +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora