Capítulo 9:

1.5K 99 4
                                    

Alexia POV

No sé en qué momento había terminado con una corona en la cabeza, y pinchando junto a Mapi, o más bien intentándolo, mientras gritábamos al ritmo de Pepas de Farruko a todo pulmón, no tenía ni idea de que hora era, desde el momento que había entrado había dejado mi móvil por ahí perdido y por primera vez en mucho tiempo no tenía la necesidad de cogerlo, realmente me estaba divirtiendo.

Después de un par de canciones más, decidí salir de aquí e ir en busca de otro vaso de agua, había dejado de beber hacia un buen rato ya, aunque todavía estaba bajo los efectos del alcohol me encontraba más sobria que antes, una vez dentro abrí la nevera y cogí una botella de agua, Ona y Sara aparecieron por la puerta de la terraza riéndose.

- ¿Agua? - Les ofrecí una vez se pararon enfrente de mi.

- Sí, por favor. - Dijo Sara haciéndome asentir y tendiéndole un vaso con agua fría.

- Bueno chicas, voy a llamar a un taxi. ¿Ale tu te vienes con nosotras? - Preguntó Ona.

- Pues lo agradecería la verdad, ya son las tres y no quiero tampoco estar aquí hasta mañana. - Le dije honesta.

Esta asintió y se dirigió a una de las habitaciones para poder hablar más tranquila.

- Uf, necesitaba esto. - Dijo Sara bebiendo agua, sin apartar su mirada de la mía. - Qué calor. - Ae abanicó la cara con la mano para luego aplicarse un poco de agua en su nuca, haciendo que pequeñas gotitas bajasen por su pecho, haciéndome imposible retirar la mirada de ahí.

Ona rompió el silencio cuando volvió a aparecer en la sala. - Ya está, estará aquí en cuarenta minutos más o menos, voy a avisar a Mapi y a Ingrid. - Ambas asentimos y la catalana salió en dirección al jardín.

- ¿Te apetece salir al porche? Se está más fresquito que aquí. - Pregunté buscando sin saber por qué un poco de intimidad.

Esta asintió. - Vamos.

Puso rumbo hacia afuera delante de mi, una vez fuera, respiré, abría unos 20 grados y apenas se escuchaba la música que venía de adentro, era una noche despejada y el cielo estaba lleno de estrellas.

Sara se encontraba apoyada contra una de las vallas de la casa, admirando al cielo, me acerqué y me puse a su lado, la miré y entonces pregunté lo que llevaba desde hace una semana rondando mi cabeza.

- ¿Qué ha visto una chica como tú en un hombre como Arnau? - No sabía si era el efecto del alcohol, pero esa pregunta me rondaba.

Lo que conocía de Arnau no me gustaba, me parecía un hombre bastante altivo a diferencia de su tio, que siempre se había mostrado muy cercano.

Sara apenas me miró por un segundo, pude ver como jugaba con el anillo, apoyó ambas manos en la verja y suspiró antes de hablar. - ¿Te refieres como una chica normal y corriente ha conseguido a un hombre como él? - Escupió sus palabras sin ni siquiera mirarme. 

Me había malinterpretado. - No, como una chica tan agradable y dulce..

Sara me miró directamente a los ojos, sin ese rastro de dulzura, podría decir que ahora estaba mosqueada.

- Alexia, me caes bien, pero no voy a entrar en esta conversación. - Y Justo cuando iba a girar sobre sí misma para irse, agarré su muñeca y la atraje hacia mi.

- Perdón. - Dije sin dejar de soltarla.

Sara conectó sus ojos con los míos y luego los desvió a su muñeca, haciéndome que quitase su mano inmediatamente, aunque ella no se apartó, siguió tan cerca de mi, volvió a subir su mirada y pude notar como por lo que pareció una milésima de segundo, su vista se quedó clavada en mis labios, para luego volver a clavar su mirada con la mía.

Reina - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora